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viernes, marzo 29, 2024
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Gestión de riesgos al servicio del agricultor

Ante este nuevo escenario en que la especulación prevalece sobre los fundamentos y la racionalidad del mercado, la seguridad en el cumplimiento de contratos de compraventa, y más si estos son diferidos, debe ser primordial.

Este comportamiento que observamos en los mercados, en el que cualquier noticia, real o especulativa, provoca enormes variaciones y desequilibrios -valga solo como ejemplo observar la variación de las cotizaciones de la harina de soja desde primeros de abril con niveles de 280 €/tm en puerto, a pasar a valores de 420 €/tm a mediados de junio para llegar a día de hoy a precios en el entorno de 360€/tn-, y todo ello considerando que estamos otro año más ante una cosecha récord de la oleaginosa.
Claro ejemplo también el vivido la tarde del jueves 21 de julio, en el que tras el informe de Agritel que hablaba de proyectar la cosecha de trigo blando en Francia por debajo de los 30 millones, hacía subir Matiff en dos sesiones más de 10 €.
u Con esta situación de mercado, cada vez son más los fabricantes que deciden cerrar contratos a medio y largo plazo, para evitar estas fluctuaciones y asegurar sus costes de producción (alguno de ellos a mas de 10 meses del inicio de entrega de la mercancía), provocando que los almacenistas y cooperativas locales se quedan sin armas frente a las compañías que realizan estas coberturas tan a diferido.
El punto crítico de la operativa de este mercado es la ejecución de esos contratos, fundamentalmente cuando se establecen en destino fabricante, ya que las compañías que cubren esas posiciones tan a diferido carecen de infraestructuras de regulación y almacenamiento.
Esto implica que, al final, son los almacenistas y originadores locales los que dan la cobertura y el servicio a esas compañías. Este hecho, en nuestra opinión, va en su propio detrimento, ya que se están quedando sin clientes finales y fidelizados durante toda una vida de servicio. Al mismo tiempo deja en precario la garantía de suministro al propio fabricante en épocas con problemas de generación de mercancía local.
Por todo esto, una empresa como la nuestra invierte y apuesta en planes de valorización del servicio y garantía jurídica en el cumplimiento de todos los contratos y necesidades de nuestros clientes.
En relación al agricultor, Lesa está potenciando el servicio, optimización de costes y una garantía de más de 50 años de antigüedad, ante una nueva competencia cada día más feroz en lo que lo único que prima es la inseguridad y la opacidad.

Para todo esto, Lesa está ampliando su red de almacenes en Castilla y León, así como su red Comercial y Logística en el sur de la península y Portugal, para intentar conseguir la mayor rentabilidad para nuestros agricultores y revalorizar sus productos allí donde más valor tengan, diferenciándonos de aquellos almacenistas locales que están al amparo de las necesidades de cobertura de las grandes multinacionales, con los riesgos que esto conlleva en momentos en que la reposición internacional esté por debajo en precios de la originación local.

 
 
 

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