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jueves, abril 18, 2024
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Panorama inquietante para el cereal en Castilla y León

Los cultivos están sanos, aunque algo atrasados en su desarrollo respecto a lo más habitual. El problema podría llegar muy pronto por la falta de reservas de agua para que la planta se nutra bien en cuanto suba la temperatura y arrecie el crecimiento

Apenas ha llovido en Castilla y León durante todo el invierno. El agua caída ha sido escasa y en momentos puntuales, como a finales de febrero y comienzos de marzo. Las previsiones meteorológicas para el último fin de semana de marzo eran de mucha nieve a cotas incluso bajas, y también de lluvia, pero no se cumplieron en absoluto. El cereal, y demás cultivos, han sobrevivido aprovechando al máximo las escasas precipitaciones recibidas. Solo para seguir con vida, sin desmelenarse.

“Está necesitadísimo de agua. Acumula déficit de todo el invierno; ha ido tirando el cereal justo de lo que ha ido cayendo”, describe el técnico de Urcacyl José María Santos. Del Duero hacia arriba el panorama es más crudo en la Comunidad. En la Unión Regional de Cooperativas Agrarias calculan que hasta ahora habrá llovido solo entre la mitad y un 75% de lo habitual. Todavía menos en la parte septentrional de la región. En Tierra de Campos no ha habido buena nascencia y se ha perdido planta. “El panorama es inquietante”, sintetiza José María Santos.

Ahora el aspecto del campo no es malo, pero caer en el optimismo puede ser un error. Para ser pesimista aún es pronto porque habrá que esperar a ver cómo evoluciona la meteorología. El problema puede incrementarse si suben los termómetros o llegan los vientos fuertes. Las fincas están fertilizadas, de manera que las plantas pretenderán dar un estirón para el que carecen de reservas de agua. Otra vez el problema. Y los expertos vaticinan una primavera seca y más cálida que las últimas. “Se necesitarían 50 o 60 litros más”, aclara Santos.

Los cultivos no están mal del todo en este momento, pero el temor es a lo que pueda pasar. O a lo que no pase. En 1992 cayeron más de 500 litros y la cosecha fue desastrosa. La campaña siguiente precipitó bastante menos y fue extraordinaria. De todo esto se puede deducir que lo importante no es solo la cantidad, sino que lo trascendente es el cuándo. Trigos y cebadas todavía conservan su potencial genético para dar buen grano en el momento de la futura cosecha, así que la llave está en el tiempo que haga las próximas semanas.

La agonía se retrasa

Javier Domínguez, técnico de Cultivos en Grupo AN, también coincide en señalar que las lluvias están siendo escasas, aunque las últimas gotas sirven para que la situación mejore un poco al menos. “Se retrasa la agonía”, se consuela.En la montaña ha nevado algo el fin de semana pasado, lo que servirá para rellenar un poco embalses y acuíferos. “Todo depende de lo que haga este mes, en gran medida. Con lo llovido hasta ahora no es suficiente para salvar la campaña”, añade el técnico.

El nitrógeno aplicado sí comienza a disolverse con la humedad actual, pero en breve se perderá el poco agua que ahora tiene la tierra a poco que la temperatura se incremente. A partir de entonces será muy complicado que las raíces se aprovechen del fertilizante.

“El norte de la región necesita ahora más agua que el resto”, dice. En Madrigal de las Altas Torres (Ávila) cayeron a principios de la semana entre 15 y 16 litros; lo suficiente para unos días pero poco para el futuro a corto plazo. “El cereal se hidrata y mejora el aspecto, pero poco más si pensamos en la cosecha”, se queja otra vez Domínguez.

“Hace falta agua ya”, así de escueto -y tajante al mismo tiempo- es el presidente de la cooperativa vallisoletana Valle Esgueva, Honorato Calleja. “Hace frío, que es lo normal para esta época, y el cereal no tirará mucho ahora; pero necesita agua. Nos dicen que va a llover, pero no cae nada…”, insiste preocupado. Hace bastante que precipitó en la comarca, aunque le humedad apenas dio para satisfacer las necesidades inmediatas de los cultivos. “No hay reservas y cuando empiece a desarrollarse la planta tendrá problemas”, avisa el del valle del Esgueva.

El agricultor y responsable de la cooperativa teme que, si no llegan las nubes generosas, la cosecha será por debajo de la media en producción. Y en rentabilidad. La parte buena de todo esto es que han podido realizar bien todas las labores de fertilización y aplicación de fitosanitarios. “Cuando la cosa va mal para unas cosas, está mejor para otras”, se consuela él mismo.

“Estamos esperando a que llueva”, avanza el presidente de Cocetra, Armando Caballero. Es el sur de Valladolid. Ninguna novedad bajo el cielo de la Comunidad. Caballero, como no puede ser de otra manera, se suma al mantra más común y reiterado en el sector. “El campo está bonito, precioso y muy sano, pero con lo justo…”, matiza. Casi siempre hay un pero. El cereal está bien presentado y, se supone, ha enraizado bien en busca de humedad gracias a la falta de humedad y a las bajas temperaturas. “Hay incertidumbre”, sintetiza. Nadie se arriesga a hacer vaticinios, y menos que pinten todo del color de la esperanza.

Los termómetros se han mantenido, sobre todo por la noche, bajos. El mercurio no estará así siempre; muy pronto se alzará y el cereal lo pasará mal sin agua.

En Segovia predomina la normalidad. El lunes cayeron diez litros, que dan lo suficiente para que el cereal siga adelante y satisfaga sus necesidades sin grandes apreturas. “El campo está bueno”, indica Alfonso Palomo, director comercial de O. Palomo.

Benavente es la excepción. No necesita agua. Los agricultores ya están nerviosos y proclives a recurrir al riego, pero el técnico de Cobadu José Crespo hace todo lo que puede para sosegarles. “Con temperaturas bajas, de tres grados por las mañanas, el cereal no necesita agua tan pronto: todavía estamos en marzo”, matiza Crespo. “Cada vez corren más, pero el campo necesita que se hagan las cosas despacito”, se justifica.

El trigo y la cebada aún poseen fuerza, solo cambian un poco de color si la temperatura aumenta en tierras zamoranas. “Es un ser vivo. Si le acostumbras muy pronto, luego te toca estar con el agua cada dos por tres; y las raíces no van a profundizar más”, teoriza el técnico de Cobadu.

Crespo recalca que lo que toca hoy es prestar toda la atención a los controles con fungicidas e insecticidas. “Es lo que hay que mirar ahora, que después no vas a hacer bueno lo que está malo”, alecciona.

Salamanca está en la parte buena

El responsable del departamento agrícola de Campal, José Antonio Marcos, enfatiza al decir que el aspecto del campo es “un espectáculo”. No hay malas hierbas y el abono se tiró “en tiempo y forma”. Le ha venido perfecto el frío y los hielos de la época invernal. Sentaría bien algo de agua, pero no existe necesidad acuciante. La semana pasada cayeron diez litros. “Hacía años que no lo vemos tan bonito”, aporta en el mismo buen sentido Marcos.

Más sed en el norte

En Soria ya han terminado de tirar los abonos nitrogenados. El fin de semana pasado cayó poca lluvia, pero de todas formas ha obligado a los agricultores para que esperen a que secara algo para comenzar con los fitosanitarios.

El técnico de Cultivos de la cooperativa soriana Copiso Eduardo Pascual apunta que el cereal “no va mal”. Algunas fincas clarean algo, aunque por ahora no se detectan enfermedades. “Está carente de agua”, comenta. Soria no es ajena a la falta generalizada de humedad que sufre el campo castellanoleonés.

En Palencia el cereal tampoco brilla. En el Cerrato está hoy bien, pero no llovió, según señala Lucas Ferreras, presidente de la cooperativa Agropal. En Tierra de Campos -donde los terrenos son más fuertes- nació mal. “Tiene muy mala pinta, aunque llueva… Todo es incertidumbre”, comenta Ferreras.

En el noreste de Burgos está retrasado -tres semanas aproximadamente- y seco, tal como apunta el jefe del departamento técnico de Bureba Ebro, Javier Álvarez. Está sano porque ha sido posible acceder a las parcelas casi todos los días. Lo tratamientos se han aplicado sin dificultades.

La preocupación es la nota dominante, de la misma manera, en la provincia de León. El técnico de Lesa Luis de Juan relata que tanto en las tierras como en los pantanos falta agua.

Aunque el cereal está bien, ya se están viendo algunas enfermedades. Lo más probable es que favorecidas por las temperaturas y la humedad ambiente. Algo inusitado es que  desde hace al menos un mes hay pulgón en los cultivos.

Resulta llamativo también para De Juan que los cultivos “se han venido un poco a menos” con los últimos días de más calor. Y hay retraso en el entallado, quizá porque el invierno ha sido benigno en temperatura y debido al poco ahijamiento de la planta.

El guisante, a la espera

Leguminosas y vezas tienen mal futuro. Al menos así lo ve Lucas Ferreras. El invierno ha sido seco y las heladas han machacado los cultivos. El guisante no ha salido mejor parado. “Han nacido, pero no llueve”, reitera para calificar la situación como de “incógnita”.

En el centro de la Comunidad el guisante ha nacido más o menos según lo previsto. Están bien presentados, según informa Armando Caballero, aunque sin líquido suficiente también les tocará sufrir. En el regadío se han podido hacer a la perfección las labores gracias a las reducidas y poco generosas nubes. Terrenos como los de Mayorga, Villalón de Campo y otros reclaman a gritos que los chubascos les visiten ya.

En la Bureba y el entorno de Miranda de Ebro van con retraso, como el resto de cultivos. Y con la necesidad de agua.
Por Zamora hay poco guisante, pero a pesar de ello “están normales; sin enfermedades”, informan desde Cobadu.

El guisante es un cultivo casi testimonial en Salamanca. Pero las leguminisas han incrementado de superficie este año en la Armuña. Las últimas precipitaciones y las temperaturas altas han contribuido a que le vaya todo bien.

Forraje heterogéneo

En el cereal no hay mucha alegría, pero tampoco en otros cultivos. Quién tiene otras campañas forraje, ahora no se las promete muy felices. También se resigna a una situación que apenas depende de él.

El mercado está atascado ya. “Se va vendiendo a precios bajos. El problema de todo lo que sucede está en Cataluña y en el Bajo Aragón, donde se prevé buena cosecha. Allí ha llovido más y es todo de regadío. Esto causa una distorsión importante en el mercado”, se queja Ferreras, especialista en forrajes.

La campaña agronómica no será de las que quedan en la memoria por sus buenos resultados. La falta de lluvias también le pasará factura. “Las previsiones son malas por la falta de humedad en los secanos de Palencia y en Valladolid. La falta sangre de invierno, así que no tira, y el primer corte ya será malo”, advierte el presidente de Agropal.

En el noreste burgalés predomina la normalidad en el ámbito de los forrajes. Todo en lo habitual excepto que reclaman ayuda por parte de la lluvia. La cara la dan las alfalfas zamoranas, que están adelantadas y con buena apariencia. “Si el tiempo acompaña se empezará a segar para la segunda semana de este mes”, confirma Crespo sobre cuándo será el primer corte.

El forraje charro se asemeja al zamorano. En Campal lo ven adelantado y en buenas condiciones para que dé la cara cuando le toque la siega.

Las vezas van mal en León. Han desarrollado menos de lo deseable, y alguna variedad está especialmente retrasada; lo incluso que puede acabar repercutiendo finalmente en su beneficio.

Mala campaña de colza

Se confirma que, en contra de lo que suele suceder, este no va a ser el año de las colzas. No llovió en la época que la nascencia lo necesita, apenas ha llovido después, malos temperos, heladas… Todo está en contra de estas siembras, que suelen responder mejor que otras cuando las dificultades se alían hasta perjudicar a la mayoría de siembras.

En Zamora informan de que este cultivo “no está muy bueno”. A la pésima nascencia que ha tenido hay que añadir que los tratamientos herbicidas han hecho mella en la colza. Las fincas tienen poca densidad de planta y, además, son pies con poco vigor. Esto último es algo difícil de explicar, ya que a pesar de que cada uno dispone de más espacio y nutrientes no se desarrolla como sería lógico.

Por territorio salmantino, más de lo mismo. Nació mal y después se heló. Al revés que en las campañas precedentes, no habrá buena cosecha de colza.

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