El viñedo sigue siendo un cultivo atractivo en las principales comarcas vitícolas de Castilla y León, que esta primavera verán incrementada su superficie de producción gracias a las plantaciones que ya están autorizadas.
Entre abril y mayo se realizan las plantaciones en la DO Ribera del Duero, donde se ha aprobado la ampliación en 950 hectáreas. Algo más madrugadora será la DO Rueda, que el año pasado redujo a prácticamente cero la ampliación de superficie.
Eso sí, habrá actividad de plantación en la comarca, puesto que hasta el pasado 15 de noviembre se presentaron numerosas solicitudes, que se aprobaron en gran medida, como matiza el responsable de Viticultura de UCCL, Ignacio Martín.
La decisión de detener el crecimiento de la DO, que el año anterior había aumentado en 1.411 hectáreas, era una reclamación tradicional de los viticultores. “¿Cuándo íbamos a tomar la decisión? ¿Cuando el precio de la uva estuviera por los suelos?”, subraya Martín.
En cualquier caso, lo que está claro es que el principal reto del cultivo está en la sanidad vegetal, sobre todo en lo relacionado con las enfermedades de la madera, de las que se han descrito más de 160 y que suponen anualmente unas pérdidas de 1.100 millones de euros en todo el mundo.
Para Carlos Lucea Villanueva, de Viveros Villanueva, las compañías como la suya deben entregar al viticultor plantas con capacidad para producir con la cantidad y la calidad que se les exija, “pero sobre todo en las mejores condiciones sanitarias que sea posible”.
En su opinión, las medidas preventivas “son fundamentales, pero no solo en vivero o en el momento de plantación en la finca, sino a lo largo de toda la vida de la planta”. Porque su experiencia profesional le ha demostrado algo: “Las medidas curativas no existen en el caso de estas enfermedades”.
