ASAJA subraya la profesionalidad de los agricultores que se dedican al viñedo, un cultivo muy exigente en cuidados y que precisa de inversiones importantes (tierra, derechos de producción, infraestructuras, maquinaria…) y de amplia mano de obra para lograr los objetivos de máxima calidad en la uva que permiten la elaboración de vinos excelentes.
Para la organización agraria, “los viticultores deberían estar protegidos por contratos que les garantizaran la compra de la uva a precios sensatos que remuneraran los altos umbrales de exigencia con los que se trabaja en esta tierra”.
ASAJA considera que “no sería justo, ni conveniente” atribuir en exclusiva el brillo del sector vitivinícola de Castilla y León a las bodegas porque apuntan que detrás hay cientos de viticultores que acompañan al viñedo durante todo el año para lograr que los enólogos cuenten con la mejor materia prima para construir los mejores vinos, “y ese trabajo no puede quedar en el olvido”. Ni la leche viene del tetra brick, ni el vino de la barrica. Es importante valorar el trabajo del productor, tal y como explicaron.