Las siembras de invierno se realizaron dentro de las fechas recomendables en León y Zamora, pero ello no se ha traducido en un estado óptimo del cultivo. El exceso de lluvia ha impedido el crecimiento de la planta en varios puntos
Cabe decir que con esta situación ‘llueve sobre mojado’, si bien en sentido inverso, puesto que en gran medida las primeras siembras, las realizadas allá por octubre, no nacieron por falta de agua. La mayoría de los agricultores afectados está esperando a que nazca ese cereal, aunque tiene asumido que en este tiempo habrá perdido buena parte de la semilla. Está por ver si lo que finalmente nazca tendrá una implantación suficiente y llegue a dar una producción digna, como apunta el técnico de LESA Luis de Juan.
Del resto del cereal, que ha crecido con normalidad, el ahijamiento se está produciendo en torno a estas fechas, después de unas siembras que fueron tardías, según De Juan. “No estamos ante un año excesivamente bueno”, remacha.
En la zona de actuación de la compañía se han estado poniendo ciclos alternativos largos hasta ahora, mientras se continúa con las siembras de cereales de primavera, sobre todo trigos fuerza. Esto se hace así porque en las variedades de ciclo corto las siembras de diciembre entrañan riesgos para la planta, mientras por otro lado se puede obtener una producción mayor.
Quienes esperan a la primavera son en muchos casos aquellos agricultores que multiplican semilla, puesto que en su caso la máxima preocupación no es tener grandes producciones, sino obtener el grano portador de una genética fruto de años de investigación.
En la provincia de Zamora es poco lo que se siembra de ciclo corto, que empezará a lo largo de este mes, a medida que finalice el arranque de remolacha. Las variedades de invierno han nacido en su casi totalidad en la provincia, como destaca el técnico de Cobadu José Crespo.
