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sábado, abril 20, 2024
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La lluvias acaban con la última opción de sembrar cereal en el norte, aunque ayudan a lo ya nacido

Las lluvias han vuelto a regar en Castilla y León en la última semana un campo que, a buen seguro, lo agradecerá. Al menos en la mayor parte de la región. El invierno más cálido de los últimos cuatro decenios necesitaba algo de humedad para el cereal ya nacido, y que ayude a que las últimas siembras salgan adelante. Han sido unas precipitaciones desiguales, que han ido desde los 34 litros caídos por metro cuadrado en Soria según los datos de Aemet hasta nada más 4,6 litros recogidos en Ávila y Segovia.

En Soria, desde el sábado pasado hasta este jueves, han caído 33,4 litros; 29,4 en Zamora; 20 en León; 18 en Valladolid; 14,1 en Salamanca y 8,8 litros en Palencia. La desigualdad de precipitaciones por zonas se ha dejado notar, por ejemplo, en la burgalesa zona de Arlanza no ha llovido tanto como en la capital a pesar de que la cercanía. En Burgos capital nevaba a media mañana de hoy.

El agricultor de esa comarca ha dejado los tratamientos aparcados, primero por el viento de los últimos días y también porque en los terrenos más fuertes cuesta entrar aunque haya precipitado poco. Además, la gran oscilación térmica entre el día y la noche desaconseja tratar, según explica la técnica de Arlanza Sociedad Cooperativa, Sandra Hernando. Los cultivos están más adelantados de lo normal, con el peligro de que hiele a mediados de mayo.

En Soria hay bastante humedad, así que tendrán que parar os trabajos. “No pasa nada”, dice tranquilo el responsable de cultivos de Copiso, José Antonio Gonzalo. La primera tarea será aplicar el nitrógeno, pero hasta mediados de mes no hay prisa. El cereal está nacido, en un campo con buen aspecto.

La lluvia de estos días ha sido el remate que faltaba en el norte de Palencia, donde acumulan tanto retraso en las siembras que muchas fincas tendrán que quedar de barbecho o, en el mejor de los casos, para girasol. David Rodríguez, técnico de Agropal en la comarca, explica que los agricultores estaban poniendo cebadas de ciclo corto sin descanso, pero tras el agua del fin de semana pasado han tenido que parar otra vez.

En Aguilar de Campoo queda bastante tarea, pero ya no va a haber más margen de tiempo para sembrar. En Herrera de Pisuerga quedaba menos de poner. Cuando sea posible entrar de nuevo a la tierra será ya el momento de aplicar tratamientos fitosanitarios.

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