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viernes, marzo 29, 2024
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Los ensayos en cereal de Itacyl, referencia para las siembras de esta campaña

El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) divulga los resultados de los campos de ensayo de cereal, que ha realizado como red Genvce

En seis localidades ha probado cebada, trigo y centeno

Las conclusiones son de gran utilidad para el agricultor

Ahora hay que atinar más que nunca. Es el momento de dejar los experimentos para un tiempo mejor y optar por un valor seguro en la parcela. Se trata solo de sembrar la variedad de cereal más adecuada -la que dé mayor rentabilidad- a cada terreno. El agricultor debe conocer al dedillo cuáles han sido los resultados de los campos de ensayo para no equivocarse. Y también para acertar.

La campaña que ya concluyó se ha caracterizado por un importante déficit de precipitaciones, tanto en el otoño como en primavera, que ha contribuido a un destacado descenso en las producciones medias de todos los cultivos, especialmente de los cereales.

Si nos fijamos en los datos climatológicos facilitados por Inforiego, la media de precipitaciones en los últimos diez años en el periodo septiembre a agosto, en las zonas cerealistas de Castilla y León ha estado entre 420 y 500 milímetros cúbicos. La media, en ese mismo periodo, este año, ha sido solo de 152 milímetros. Menos de un tercio de lo habitual y por debajo incluso de la campaña 2011/12, que ya fue considerada seca.

A estos datos de precipitaciones escasas se unen las altas temperaturas y, en algunas comarcas, la incidencia de heladas primaverales. Especialmente las de los últimos días del mes de abril, que afectaron de manera notable a los cereales que se encontraban en plena floración. El granizo también castigó a un gran número de explotaciones.

Todas estas incidencias meteorológicas han tenido como consecuencia que en Castilla y León se registre una reducida cosecha de 2,6 millones de toneladas, lo que supone una producción un 59% más baja que la media de los últimos cinco años -que se situaba en torno a los 6,3 millones de toneladas- ampliándose este porcentaje si se compara con los 8 millones de toneladas obtenidos en el excelente año anterior.

En esta campaña, la superficie de cereal en Castilla y León ha disminuido un 4% respecto a la sementera precedente, situándose en aproximadamente 1.830.000 hectáreas. Se ha mantenido el trigo blando con 851.000 hectáreas, como el cereal con mayor superficie, seguido por la cebada con 781.000 hectáreas sembradas.


El diseño experimental ha sido de bloques completos al azar con cuatro repeticiones

La parcela experimental tiene una superficie de 12 metros cuadrados y la densidad de siembra está entre 425 y 450 semillas por metro cuadrado en cebada y trigo


Más trigo que cebada

En cuanto a rendimientos, los más de 1,4 millones de toneladas de trigo y las 939.000 toneladas de cebada hacen que la media se sitúe en 1.672 kilos por hectárea en trigo blando y 1.202 kilos en cebada, muy por debajo de los 4.398 de trigo y los 4.216 de la temporada de antes.

Por provincias, tanto Burgos como Soria han estado por encima de la media. Burgos tuvo una media de 2.700 kilos por hectárea en trigo, pero muy por debajo de los 4.700 del verano de 2016. En las demás provincias el descenso ha sido mayor, superándose el 63% en casi todas las provincias de la región, lo que da una idea de lo complicada que ha sido esta campaña.

Con la disminución de la producción y los precios actuales, el valor de la cosecha se estima en unos 450 millones de euros. Este valor supone una reducción en torno al 60% del valor de la producción media de cereales en los últimos cinco años.

Los precios de los cereales, cada vez más ajustados para la rentabilidad de las explotaciones, hacen que toda la información que se reciba para mejorar los rendimientos sea muy valiosa. Castilla y León es una región eminentemente cerealista desde el punto de vista agrario.

Es la primera en superficie y producción, lo que representa algo más de la tercera parte de la superficie y producción nacional, lo que hace que el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León realice la evaluación de nuevas variedades de cereales, encuadrada dentro de la red de ensayos que el grupo Genvce (Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos) desarrolla en diez comunidades autónomas, y en las que participan además la Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV), el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria (INIA) y la mayoría de empresas obtentoras de cereales.


Burgos tuvo una media de 2.700 kilos por hectárea en trigo, pero muy por debajo de los 4.700 del verano de 2016


Tiene como finalidad conocer la adaptación y el comportamiento de las nuevas variedades de cereal que van apareciendo en el mercado, sobre los que el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León lleva a cabo una serie de ensayos en distintas localidades significativas de comarcas cerealistas de la región.

El objetivo de esta red experimental es evaluar las características y comportamiento agronómico y productivo de este nuevo material vegetal. Comprueba la adaptación a dichas zonas, para poder ofrecer esta información a agricultores y técnicos y que “pueda resultarles de utilidad a la hora de decidir sobre las variedades a sembrar en cada campaña”, según señalan desde Itacyl.

Esta red de evaluación varietal está integrada por ensayos de cebada de ciclo largo, cebada de ciclo corto, trigo blando de otoño, trigo blando de primavera, trigo duro, avena, centeno híbrido y triticale.

La campaña no ha sido problemática desde el punto de vista de la sanidad de los cultivos, siendo muy escasas las incidencias de hongos, especialmente de roya amarilla (Puccinia striiformis), que ha sido un problema en anteriores temporadas. Este año sus ataques pueden considerarse nulos, a juicio de los técnicos del Instituto Tecnológico Agrario de la Junta.

El peor tiempo en 35 años

En la web del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León www.itacyl.es dentro de Inforiego, pueden obtenerse todos los datos meteorológicos de las estaciones más cercanas a las localidades en las que se han llevado a cabo de los ensayos.

Ha sido un año de invierno no muy frío y con escasa precipitaciones, con una primavera -especialmente el mes de abril- con ausencia de lluvias y con temperaturas muy elevadas, salvo sus últimos días. Entonces se registraron importantes heladas, aumentando los daños que la sequía ya venía traía consigo desde tiempo atrás.

Las temperaturas por encima de lo normal en casi todos los meses de la campaña, la usencia de precipitaciones, las heladas y en algunos lugares las tormentas de granizo han hecho que el ejercicio agronómico haya sido una de las peores de los últimos treinta y cinco años.


Los campos de ensayo de Itacyl sobre variedades se distribuyeron en San Bernardo (Valladolid), Zamadueñas (Valladolid), San Cristóbal de la Cuesta (Salamanca), Cerratón de Juarros (Burgos), Zael (Burgos), San Esteban de Zapardiel (Ávila), Cordovilla la Real (Palencia), Esteras de Lubia (Soria) y Castrillo de la Guareña (Zamora)


San Bernardo (Valladolid)

La parcela de San Bernardo se caracteriza por unos suelos profundos y materia orgánica alta, lo que influye en favor de los rendimientos en un año de condiciones climáticas más normales para la zona, según señalan en Itacyl.

Cebada de ciclo largo. La media fue de 2.227 kilos por hectárea, muy por debajo de la media del año pasado que estuvo en 4.981 kilos. En referencia a los rendimientos obtenidos, las variedades RGT luzia e idra (Pandora), con 3.049 y 2.887 kilos fueron las más productivas, mostrando diferencias estadísticamente significativas con seis variedades, especialmente con el testigo pewter y la variedad crecendo. “En general, la mayoría de las nuevas variedades, presentan rendimientos superiores a los testigos”, recalcan en el balance técnico. Ver tabla

Trigo blando de otoño. Como puede apreciarse en los datos que aparecen en el cuadro, el coeficiente de variación supera el 15%. A pesar de esto, se ha considerado oportuno presentar los resultados a pesar de la anulación de ensayos. Así es posible que el productor tenga más de información, aunque estadísticamente pueda haber algunas reticencias. Ver tabla


La variedad más destacada ha sido el testigo camargo, con una media de 2.673 kilos por hectárea


Si nos fijamos en los resultados de rendimiento del trigo blando de otoño, la variedad más destacada ha sido el testigo camargo, con una media de 2.673 kilos por hectárea, seguido de los testigos chambo y Botticelli, con 2.157 y 2013 kilos respectivamente.

En el ensayo, la variedad más productiva, sí tiene diferencias estadísticamente significativas con respecto a la mayoría. Destaca la diferencia con la menos productiva, que fue solehio con 1.184 kilos.

Cabe destacar que en esta localidad, los trigos han tenido un rendimiento medio muy inferior a la campaña pasada, que estuvo en 8.172 kilos por hectárea de media, y a la media de la zona (que está en torno a los 4.500 kilos). Se ha dejado sentir más este descenso que el que presentan las cebadas.

Cerratón de Juarros (Burgos)

La zona burgalesa de Cerratón de Juarros se caracteriza por suelos franco arcillosos, muy ricos en materia orgánica y profundos, además de contar con un clima en el que las precipitaciones están muy por encima de las media en Castilla y León.


Destacaron las variedades maltesse y RGT luzia, con 3.849 y 3.702 kilos respectivamente


Trigo blando de otoño. Respecto al trigo blando de otoño en este ensayo, si nos atenemos a los rendimientos observamos que la variedad más productiva ha sido basmati, con un rendimiento de 4.808 kilos por hectárea, seguida de nemo con 4.638 kilos. Hay diferencias estadísticas significativas entre variedades. Especialmente respecto a las menos productivas: lavandou y falado. Ver tabla

En esta localidad de los Montes de Oca donde los rendimientos son especialmente altos en todas las campañas, este año los rendimientos han estado muy por encima de la media de la mayoría de las comarcas castellanoleonesas, con 4.204 kilos. A pesar de ello, este rendimiento es un 50% inferior al de la campaña pasada, que estuvo en 7.251 kilos. También está por debajo de la media de las campañas, que supera ampliamente los 6.000 kilogramos por hectárea.

Trigo duro. Destaca como variedad más productiva anvergur con 3.100 kilos. Existen diferencias en los parámetros recopilados con casi todas las variedades, salvo con vinilo, el testigo don ricardo y RGT partitur. Estas fueron las menos productivas. Anvergur, repite como variedad con mayor rendimiento en esta localidad, lo que pone de manifiesto que es capaz de producir en años con buenas condiciones y en otros donde no son tan favorables. Ver tabla

Como ocurre en los trigos blandos, la media de los rendimientos en trigos duros, con 2.718 kilos es muy inferior a la campaña pasada, que alcanzó los 5.565 kilos por hectárea.

Cebada de ciclo largo. En esta especie, al no haberse realizado ensayos en campañas anteriores, no se tiene una referencia de rendimientos, si bien se puede decir que la media de este año está muy por debajo de una media normal en esta comarca. Ver tabla

La media del ensayo fue de 3.364 kilos por hectárea. Destacaron las variedades maltesse y RGT luzia, con 3.849 y 3.702 kilos respectivamente. Ambas han mostrado diferencias significativas con las menos productivas, especialmente pewter, que “demuestra en todos los ensayos que las condiciones climatológicas desfavorables le afectan de manera notable”, según apunta el informe de Itacyl.

Zael (Burgos)

En la ribera del Arlanza, cerca de Lerma y bañado por el río Cubillo, su nombre procede del árabe con el significado de ‘lecho de arena’.

Centeno híbrido. En los ensayos de centenos híbridos de Zael, la variedad que más alto rendimiento obtuvo fue SU mephisto, con 2.679 kilos por hectárea. A continuación se posicionan SU performer y KWS gatano. No ha habido diferencias estadísticamente significativas con otras variedades, excepto con la última en producción: RGT fabreo, con 1.993 kilos. Ver tabla

El coeficiente de variación supera el 15%, por lo que los resultados pueden ofrecer algunas reticencias para ser tenidos en cuenta, si bien esto suele ocurrir en condiciones climatológicas desfavorables como las registradas en esta ocasión.

Al igual que en todas las localidades, el rendimiento medio fue muy inferior al de la campaña precedente donde se alcanzó una media de 3.581 kilos, frente los 2.309 de la ahora recogida.

Esteras de Lubia (Soria)

La provincia soriana, en general, ha resultado mejor parada que la mayoría de las de la autonomía. Ha habido más precipitaciones, que han permitido que los cultivos se resintieran menos de la sequía.

Cebada de ciclo corto. En esta zona, los rendimientos han sido más altos que la media de Castilla y León y también de casi todos los ensayos. Aun así, no superó la media de la campaña pasada, que fue de 5.945 kilos en lugar de los 4.169 de esta última. Las lluvias, más numerosas en la zona, han hecho que los resultados sean “interesantes”. Ver tabla

La gran altitud de las tierras ha incidido en que las temperaturas no fuesen tan elevadas. Y la siembra tardía evitó las heladas de primavera en la época de cuajado del grano.

La variedad más productiva es RGT planet, con un rendimiento de 5.774 kilos. No hay diferencias con el resto, salvo con la variedad pewter.

Zamadueñas (Valladolid)

La provincia vallisoletana ha sido esta campaña de las que más han acusado la falta de agua, tanto en forma de lluvias como en reservas para el riego. Parcelas, cultivos y agricultores se han visto muy perjudicados por la adversidad meteorológica. Más que los de otras zonas.

Trigo duro. En el ensayo de trigo duro de Zamadueñas no se observan diferencias significativas desde el punto de vista estadístico entre variedades. Es la más productiva monastir con 3.066 kilos por hectárea. Vinilo, con 2.995 kilos, es la siguiente. Ver tabla

Los rendimientos se han visto afectado muy seriamente por las altas temperaturas y la falta de lluvias. La media ha sido de 2.657 kilos; muy por debajo de los 6.811 kilos de la campaña 2015/16.

Cordovilla la Real (Palencia)

El territorio palentino tampoco ha sido agraciado este año con precipitaciones apenas. El invierno pasó de largo y los embalses del Pisuerga y el Carrión han carecido del agua suficiente para regar casi lo mínimo.

Trigo blando de primavera. Sin apenas diferencias entre las variedades ensayadas, la más productiva es LG aficion con 4.132 kilos por hectárea. Después está el testigo artur nick, con 4.040 kilos. Aparece como menos productiva la variedad LG acorazado, con 3.873 kilos. Ver tabla

Este ensayo es el único que ha recibido riego, por lo que los rendimientos pueden considerarse “aceptables”. Las altas temperaturas han afectado al rendimiento, que ha sido un 27% inferior en media del ensayo respecto a la media de la otra campaña.



Tres ensayos anulados

Las variedades cuyo nombre seguidas de la letra ‘T’ aparece en los cuadros aquí incluidos son las tomadas como testigos. Las que están seguidas de ‘RC’ se refieren a que se encuentran registradas en registro comunitario.

Las producciones se expresan en kilogramos por hectárea al 13% de humedad. La fiabilidad de los ensayos viene reflejada por su coeficiente de variación. Los ensayos de cereales se consideran válidos si presentan un coeficiente de variación inferior o igual al 15%.

Cuando un ensayo es válido y fiable, los diferentes test que pueden utilizarse en la evaluación de los ensayos permiten determinar la diferencia significativa de rendimiento entre variedades con un umbral de 5%. Las variedades a las que se asigna la misma letra no presentan diferencias estadísticamente significativas. Las medias están ajustadas por mínimos cuadrados. El sistema estadístico empleado es a través del test de Duncan.

Para simplificar las interpretaciones y poder comparar los ensayos, independientemente de los valores absolutos, se utilizan en diferentes cuadros los índices de producción por variedades. El índice de producción de los testigos es 100, que se calcula sobre la media de las variedades testigo en cada ensayo, y en función de este valor se obtiene el índice de todas las demás.

Los ensayos se realizan siguiendo las prácticas culturales de la comarca en la que se emplazan. Indicándose en la ficha los resultados de la dosis de siembra, el cultivo precedente, la fertilización, el uso de fitosanitarios y las fechas de siembra y recolección.

Para transponer los datos de la experimentación a la escala de una parcela, se deben reducir las producciones de un 20% a un 30% aproximadamente.

En esta campaña, debido a las especiales condiciones meteorológicas, se ha decidido no publicar los datos de vegetación, como nascencia, ahijado, espigado, madurez fisiológica, al considerar que se han visto seriamente afectado por la escasez de precipitaciones y altas temperaturas, distorsionando con ello el funcionamiento normal de todas las variedades.

Tampoco se dan datos de incidencia de enfermedades fúngicas, al considerarse que su influencia en esta campaña ha sido prácticamente nula.

Respecto a los ensayos, los situados en las localidades de San Esteban de Zapardiel (Ávila), San Cristóbal de la Cuesta (Salamanca) y Castrillo de la Guareña (Zamora), tuvieron que anularse debido a la fuerte influencia de las condiciones de la meteorología, donde además de la importante sequía, las heladas de finales del mes de abril afectaron de una forma más fuerte que en otras localidades, no obteniéndose prácticamente cosecha y no poder destacar ninguna variedad que hubiera conseguido salvar las adversas condiciones que tuvieron que soportar durante la campaña.

La anulación de estos ensayos de la red Genvce en Castilla y León, ha tenido como consecuencia que no se disponga de datos en esta campaña, sobre las especies de triticale y avena.

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