Es de sobra conocido el carácter resistente y rústico de la colza, pero ello no impide que el cultivo también se vea amenazado por enfermedades fúngicas. Gisela Peñas, de BASF, destaca en este sentido un producto de gran utilidad, como es el fungicida Caramba®, “polivalente y de gran ayuda para prevenir las principales enfermedades causadas por los hongos, como Phoma”.
Se trata de un fungicida sistémico, de amplio espectro, que en colza actúa como un regulador del crecimiento, “maximizando el crecimiento del cultivo: la planta va ganando rusticidad a medida que se acerca al estado de roseta”.
“La planta experimentará una maduración y floración homogéneas. Será más grande y productiva en primavera”
Su materia activa posee esa acción reguladora del crecimiento, “una propiedad que habitualmente se tiene en cuenta muy poco en España pero en los ensayos se están viendo parámetros que hacen que sea interesante en la Península Ibérica”, señala Peñas.
En una aplicación en otoño, Caramba® tiene la gran ventaja de que contribuye a la implantación del cultivo y potencia el sistema radicular, “que es lo que permite a la planta pasar el invierno”. Al mismo tiempo, hace que se acorte el tallo principal, lo cual aumenta la resistencia al frío, puesto que habrá menos parte expuesta, vulnerable a las bajas temperaturas”.
Su función de regulador del crecimiento mejora el vigor en la salida del invierno aumentando la productividad del cultivo.
