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jueves, abril 18, 2024
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Elegir la variedad adecuada de colza es vital para una buena rentabilidad del cultivo

La colza es un cultivo que va ganando fuerza en Castilla y León. Es rentable e idóneo para las rotaciones. El agricultor debe elegir la variedad más adecuada a su terreno para que todo vaya bien.

“DK expression ha vuelto a imponerse con buenísimas producciones tanto en secano como en regadío, siendo superada en cuanto a contenido de aceite y rendimiento por los nuevos lanzamientos de 2019 DK excepción y DK expedient”, reseña la técnica de Dekalb, Laura O. Saster. “DK implement es la variedad Clearfield más sembrada en España, con unos picos de producción no superados por sus competidoras. Esta cosecha tenemos resultados de 3.700 kilos en sécanos de Castilla y León, con alto contenido en grasa”, remata.

Desde RAGT destacan la variedad RGT jakuzzi porque “incorpora las últimas tecnologías disponibles y que mejor se adaptan a las condiciones de cultivo de Castilla y León. Se caracteriza por una emergencia otoñal rápida, que facilita su rápido establecimiento, gran persistencia invernal, rápida elongación del tallo para alcanzar la floración en cuanto las temperaturas primaverales suben”.
Arsenal, de LG, se caracteriza por estabilidad y seguridad como parámetros más importantes. Se están consiguiendo de manera general rendimientos en secanos de 3.000 kilos, llegando a las 4.500 en zonas de Soria (Velamazán) y Burgos (Bureba). LG carlton CL, con resistencia a herbicidas Clearfield, está alcanzando los máximos rendimientos en secanos.

Javier Prieto, en Peleas de Abajo (Zamora), ha cosechado a primeros de julio las doce hectáreas que había puesto de LG architect, primera variedad comercializada con resistencia a virosis. Los 3.800 kilos por hectárea han satisfecho a Prieto, aunque está convencido de que si no hubiera habido los calores extremos de mayo, ni ataques de gorgojo o enfermedades foliares por exceso de humedad hubiera resultado incluso mejor.

En Agropal no han apreciado diferencia productiva por variedades, ni comportamiento muy desigual. Sí creen que ha marcado diferencias de producción el tipo y cantidad de abono aportado. “La colza es un cultivo exigente en nutrientes y el agricultor que ha hecho un abonado correcto han obtenido unas mejores producciones”, indica Carlos Colmenares.

Ha habido este año ataques del gorgojo del tallo, que en zonas ha hecho mucho daño. No se aprecian, pero restan producción. “Sería necesario realizar un tratamiento insecticida para minimizar los daños”, advierte Colmenares.

Alfonso Sánchez ha tenido esta vez 25 hectáreas en Soto de Cerrato (Palencia), “con un comportamiento muy bueno. Para repetir”, según explica el propio agricultor. Este ha sido su cuarto año como colcero y ya le va cogiendo el truco al cultivo. La primera vez que la puso no le quedó más remedio que ir asesorándose a medida que avanzaba la campaña.

Los 4.100 kilos por hectárea que le ha sacado a “un regadío un poco flojeras, que no es la ‘crème de la crème’ como tierra” atestiguan que merece la pena. “Sabes más o menos qué vas a cobrar y te deja un buen barbecho para el trigo del próximo año. Es muy a tener en cuenta para la rotación”, defiende Sánchez. En Soto de Cerrato hay cada vez más terrenos con colza.

Incluso podía haber sido todo mejor. Ayudada por el riego nació bien y apenas ha tenido parada invernal, de manera que el desarrollo ha sido muy bueno. Solo los calores de mayo han hecho que no se cumplieran las grandes expectativas.
Florida, de Koipesol, en la zona de Alaejos (Valladolid) ha dado producciones medias en grandes superficies de secano de 3.000 kilos, y en regadío hasta 4.500 kilos, recuerda Carlos Blanco. En esta variedad, además de su altísimo techo productivo, no se abren las silicuas antes de recolección. “Y ha tenido magnífico comportamiento en contenido graso en un año en el que las analíticas de cosecha han sido muy dispares. Florida ha mantenido su gran nivel de contenido graso”, destaca.

Iván Alonso tuvo dudas sobre si poner colza o no en 37 hectáreas de Alaejos. No llovía. A final decidió “tirar para adelante” y la jugada le ha salido bien. “Una vez que nace tienes asegurada la producción a poco que llueva”, asegura.

En zonas en las que las altas temperaturas de finales de mayo y primeros de junio no fueron tan dañinas -Burgos y Soria- ha habido parcelas de colza, de secano, con más de 4.000 kilos por hectárea con variedades convencionales como ES imperio, de Euralius.

Félix Navarro había sembrado 30 hectáreas repartidas entre los secanos de Ciguñuela y Simancas con ES nautic. Hacía ocho años que no ponía, pero esta vez ha acertado de pleno. Los 3.000 kilos por hectárea le han dejado más que satisfecho. “Casi que con la mitad ya valía”, comenta ufano.

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