La Cooperativa Valle Esgueva es determinante para hacer rentable la agricultura en una zona sin apenas regadío. El año pasado consiguió para sus socios mejores precios que las grandes empresas.
Este año alcanzará los 15 millones de kilos de grano
La vida en la cuenca del río Esgueva y en la comarca del Cerrato sería muy diferente sin la Cooperativa Valle Esgueva, una entidad que aglutina a 232 socios y que desde 1975 ha contribuido a mantener la rentabilidad de la agricultura en una zona en la que el regadío casi ha desaparecido por completo.
El año pasado entraron en sus silos 13 millones de kilos de grano y este año esa cantidad se verá superada con creces, hasta los 15 millones de kilos. Las cuentas de 2015 revelan una facturación de 5,8 millones de euros.
La fórmula para haber llegado hasta aquí “reside en el propio ADN de la cooperativa, que es el tesón; se ha trabajado mucho para ayudar al socio, que por lo general dirige explotaciones de tamaño pequeño”. Así lo señala Honorato Calleja, presidente de la cooperativa desde hace una década, un periodo en el que se ha realizado una renovación total, con la introducción de numerosos servicios al cooperativista “sin apenas subvenciones; todo a base del esfuerzo de los socios”.
Esto ha sido posible gracias al respaldo del consejo rector, cuya composición se ha ido renovando con la incorporación de gente más joven, “que cree en el cooperativismo y en trabajar por dar un futuro a la comarca”. Porque la cooperativa tiene un papel importante en el desarrollo rural de la zona, en la capacidad para fijar población. “También sirve de punto de encuentro de los profesionales y ayuda a estrechar lazos; hace comunidad”, apunta Calleja.
El socio entrega en las instalaciones trigo, cebada, guisante, veza, girasol. “Busca estabilidad y confianza, y está encontrando el precio”. De hecho, el año pasado Valle Esgueva obtuvo mejores precios para los socios que las grandes compañías que operan en el entorno. El cereal se les paga en dos veces: en diciembre y mayo. Es en el momento de pagar cuando se cobra el abono que se ha servido, dentro de un esquema en el que “no cobramos hasta que pagamos, un sistema que beneficia al socio”.
Entre los servicios que se prestan al cooperativista cabe mencionar dos abonadoras, un gasocentro que vendió medio millón de litros el año pasado, un camión de gasóleo, fertilizantes (en 2015 vendió más de dos millones de kilos), fitosanitarios, un taller de repuestos y semilla certificada: dispone de una seleccionadora Petkus, gracias a la que ha pasado de seleccionar un millón de kilos a más de tres millones al año. También aceites, además de diferentes productos de alimentación que el socio puede adquirir en la tienda de la cooperativa. Eso sí, los precios de los servicios se cobran al mismo precio al socio que al agricultor que no forma parte de la sociedad. La razón reside en que “hay que tener dinero para afrontar las mejoras que hemos ido introduciendo, que nunca se cobran al socio”.
La satisfacción del agricultor con la cooperativa la resume perfectamente Jaime Burgueño, hijo de uno de los fundadores (y también ex presidente) de la sociedad. “Si solo existieran los almacenes privados dependeríamos de ellos, mientras que con la cooperativa podemos defender nuestro producto de forma conjunta y obtener un buen precio”, recalca.
Datos de contacto
Cooperativa Valle Esgueva
Ctra. Tórtoles-Valladolid, 30
Esguevillas de Esgueva (Valladolid)
983 686 161
