La presencia de materia orgánica en el suelo es tan importante como la de sustancias minerales, o incluso más. Esta norma rige para la fertilización como una norma universal, pero adquiere carácter sagrado cuando hablamos de agricultura ecológica.
Joaquín Saila, gerente de la compañía Defeder, señala que como productores de fertilizantes ecológicos se rigen por una serie de principios, como ecoviabilidad, economía circular, sostenibilidad, innovación y residuo cero.
“Estos términos vienen a explicar lo que la agricultura ecológica significa frente a la convencional, tratando de mantener un suelo vivo y dinámico, sistemas de producción diversificados, protección de las plantas cultivadas, conservando la naturaleza y reestableciendo los equilibrios naturales”, subraya.
El origen de Defeder se remonta al año 2008. Raúl y Joaquín Saila son dos hermanos, docentes de profesión y con ganas de emprender. Por lo que la historia comienza de forma espontánea, ya que deciden hacer sus pinitos en el mundo de los fertilizantes ecológicos, donde ven una gran oportunidad, buscando la nutrición de la tierra de la forma más natural posible.
Este ‘hobby’ les entretiene durante años, hasta que por cuestiones empresariales y financieras tienen que tomar la decisión entre la pedagogía y la profesionalización de la empresa.
Trece años han pasado desde entonces, consiguiendo estandarizar la fertilización ecológica en España y fuera de sus fronteras.
El nombre surge de la unión de dos valores cruciales para ellos que también tienen mucho que ver con la deportividad: la calidad y el esfuerzo.
-¿En qué zonas de España desarrollan su actividad?
-En España, tenemos clientes prácticamente en todas las regiones, por lo que nuestro producto tiene una gran aceptación en toda la península. Hemos intensificado nuestro trabajo comercial en Castilla y León, comunidad donde la superficie ecológica se ha disparado en los últimos años. Debido a nuestra localización geográfica, vendemos una gran cantidad de fertilizantes a nuestro país vecino, Francia. En todo el mundo estamos presentes en 20 países.
-¿Hasta qué punto es importante la actividad biológica del suelo o la presencia de materia orgánica en él?
-Debemos saber que la presencia de materia orgánica en el suelo es tanto o más importante como la presencia de sustancias minerales. Y es que de ella depende el rendimiento que pueda tener un cultivo. La materia orgánica aporta una infinidad de beneficios, como mejorar la estructura del suelo, mejorar el drenaje y reducir el encharcamiento del suelo, calentar la tierra para el mejor desarrollo de raíces y reducción de variaciones de temperatura, mejorar el equilibrio del pH del suelo, mejorar el aprovechamiento del agua , reduce los efectos de la erosión…
El enriquecimiento del suelo alcanza tales niveles de importancia que la normativa europea dice que para el 2030 tiene que haber un 30% de suelo fertilizado con fertilizante ecológico. Actualmente es un 8,5% y España ese el primer país de Europa en cumplir esta norma y el tercero del mundo.
-¿Qué es lo que debe tener en cuenta un agricultor convencional para dar el paso a lo ecológico?
-El agricultor debe saber que la agricultura sostenible es el futuro. Queremos terminar con el problema de las tierras castigadas y por ello disponemos de una red de productos orgánicos, siendo la empresa más comprometida con el medio ambiente ofreciendo los fertilizantes ecológicos más idóneos para cada tipo de suelo y cultivo.
-¿Hasta qué punto es fundamental la alimentación de la planta para que haga frente a las amenazas de plagas o enfermedades?
El alimento es la parte más importante. Los fertilizantes ecológicos dotan al cultivo de todos los nutrientes necesarios para que el futuro alimento sea de gran calidad. Los bioplaguicidas van a ayudar a hacer frente a las plagas, eliminando así dichas amenazas y favoreciendo un cultivo sano.
-¿Debemos aceptar, sin más, que la producción en ecológico siempre será inferior a la que se da dentro del sistema convencional?
-No, debemos comprender que la agricultura ecológica ha venido para quedarse. Es más, como he dicho anteriormente, es el futuro. La agricultura ecológica propone una cosecha más duradera en el tiempo y más respetuosa con el medio ambiente.
-Desde su experiencia, ¿cómo contempla el potencial de Castilla y León para que siga creciendo esta forma de trabajo?
-La superficie ecológica en Castilla y León se ha disparado en los últimos años. La tendencia es alcista y cada vez más agricultores apuestan por la agricultura biológica. Los últimos datos publicados en 2020 por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural sitúan la superficie en 59.783 hectáreas.
Los fertilizantes que elaboramos se incorporan en cualquier tipo de cultivo. Cultivadores que, aun operando de forma convencional, apuestan por fertilizantes orgánicos para mitigar la fatiga del suelo, mejorando su estructura, facilitando su laboreo y favoreciendo la aireación, porosidad y penetración del agua.
