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viernes, abril 19, 2024
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Mejorar la imagen de la ‘marca Rueda’ para abrirse a nuevos mercados

Carlos Yllera se estrena como presidente de la DO con ruido de tanques de fondo, con un viñedo que no puede crecer más y con un reto comercial: afianzarse en aquellos rincones del mundo sensibles al mejor patrimonio de la comarca, la variedad verdejo

Ricardo Ortega

Las elecciones al Consejo Regulador de la DO Rueda se celebraron en noviembre, y en febrero este organismo regulador se inclinó por Carlos Yllera (Valladolid, 1971) como presidente. El nuevo responsable, que ya fue vocal del Pleno en el anterior mandato, lleva más de una década al frente de Bodegas Grupo Yllera como director general.

El resultado de las elecciones en la DO corresponde a dos años difíciles, marcados por una pandemia que nos encerró en casa y que llegó a reducir de forma importante el consumo de determinados vinos, como el verdejo de Rueda. Y con una creciente “tensión” entre bodegas y viticultores, reconoce Yllera, por cuestiones como la ampliación de la superficie de viñedo, que la experiencia ha demostrado excesiva.

Al nuevo presidente no le duelen prendas y aboga por revisar los errores cometidos, al mismo tiempo que se deben “afianzar” los aciertos. “Para eso me han propuesto los compañeros bodegueros, con una línea de continuidad en la forma de negociar para alcanzar acuerdos dentro del Consejo Rector”, subraya.

Otro caballo de batalla está en los rendimientos por hectárea de la verdejo conducida en espaldera, que sigue en 10.000 kilos en espera de que Itacyl resuelva sobre el recurso interpuesto contra la decisión de reducirlos.

Ahora mismo las bodegas no tienen la presión de contar con abundante vino almacenado, ya que el año pasado fue un buen ejercicio de ventas, mientras que la producción de uva y vino no fue excesiva.

¿Qué hacemos con Rusia?

Existe un consenso general para seguir creciendo dentro de los vinos blancos, sobre todo pensando en la exportación. “Apostamos por la internacionalización de la actividad del Consejo Regulador, pero también somos conscientes de que las bodegas debemos mojarnos. Sabemos que las bodegas grandes van solas, con su marca, a los grandes eventos, mientras que las pequeñas suelen acudir amparadas por el Consejo”, reconoce el presidente.

Por eso sigue junto al director general de la DO, Santiago Mora, el día a día de la agresión rusa a Ucrania. Precisamente, en febrero la denominación de origen participaba en la XXIX edición de Prodexpo, en Moscú, considerada un referente en el sector alimentario de Rusia y del conjunto de Europa del Este.

A corto plazo se habían programado diferentes acciones en Rusia, pero para realizarlas se tendrá que esperar al final de la guerra. Y de las sanciones. En todo caso, “llevamos tiempo comprobando que los vinos de la DO Rueda se acomodan muy bien a los gustos de los consumidores rusos”, señalaba Yllera con motivo de la feria moscovita, además de recalcar que casi un tercio de las bodegas de la DO exporta a ese país en tiempo de paz.

Eso sí, considera que la guerra “afectará poco” a las ventas en aquella parte de Europa. “Otra cosa son cuestiones como cuánto se va a ver afectada la logística por el conflicto, o cómo va a afectar al sector el incremento de la factura energética”, advierte.

La imagen de una marca

Las necesidades de las bodegas pasan por un incremento de la demanda, para lo que la DO debe llegar a nuevos mercados y posicionarse en ellos de forma adecuada.

Para ello no solo es importante la imagen de la comarca y sus elaboradoras, sino que se debe seguir trabajando en la calidad. “Ese debe ser nuestro principal argumento de venta, y contamos con una magnífica materia prima, nuestra uva, reconocida en todo el mundo”, recalca Carlos Yllera.

Se refiere a la variedad verdejo, pero también a otras que se van incorporando a la elaboración. La chardonnay y la viognier, por ejemplo, se incluyeron en el reglamento de la DO durante el mandato anterior, “como instrumentos para explorar nuevas formas de trabajar y permitir a las bodegas diferenciarse”.

También participan variedades como viura y sauvignon blanc, mientras quedan plantas de palomino, con la que se sigue elaborando, si bien el reglamento de la DO prohíbe nuevas plantaciones.

El Gran Vino de Rueda

También tiene su función una de las grandes novedades de la Denominación de Origen del año: el lanzamiento del Gran Vino de Rueda, una nueva categoría “que cuenta con una materia prima de la mejor calidad”. Las elaboraciones tienen que cumplir varios requisitos: provenir de viñedos con una antigüedad superior a los 30 años, tener un rendimiento máximo de 6.500 kilos por hectárea y una transformación de kilos a litros del 65%.

El objetivo es que los enólogos puedan experimentar y obtener el máximo potencial de las variedades permitidas, en especial de la verdejo. Versatilidad y capacidad de envejecimiento para posicionar la ‘marca Rueda’ en la alta gastronomía.

Contraetiqueta especial, diseñada en tonos dorados y negro, colores que quieren transmitir elegancia y exclusividad. Una nueva categoría para destacar la importancia del viñedo antiguo y el trabajo que realizan los viticultores, preservando el patrimonio de la zona. Respeto al viñedo y atención a los gustos de un público cada día más formado.

Como resume Carlos Yllera, “este vino da prestigio y mejora la imagen de la ‘marca’. Forma parte de una política que apuesta por mantener la personalidad del vino verdejo, al mismo tiempo que las bodegas exploran otros estilos y abren el abanico de elaboraciones”.

En todo caso, la comarca tiene asegurado su futuro al estar sustentada en el patrimonio vitivinícola que supone la variedad verdejo, y que se defiende con el simple gesto de pedir al camarero o sumiller “un verdejo de Rueda”. “Eso no va a desaparecer porque vivimos de ello”, recalca.

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