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viernes, marzo 29, 2024
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El campo español consume 4,76 millones de toneladas de abono

El empleo de fertilizantes se mantiene estable respecto a años anteriores. Los fabricantes advierten frente al empleo de productos baratos pero ineficaces, en detrimento de los abonos agronómicamente más adecuados.

Reproducimos la entrevista mantenida con los responsables de ANFFE para el número de CAMPO publicado el 15 de octubre

 

-¿Cuál es la situación que atraviesa el sector de los fertilizantes en España?  ¿A qué es debida esta situación?

El consumo español de fertilizantes minerales en el último año agrícola 2015/16, que ha ascendido a 4,76 millones de toneladas de producto, se ha mantenido más o menos en los niveles habituales de la agricultura española, con un leve descenso con respecto a la cifra del año agrícola anterior (4,89 millones de toneladas de producto).

No obstante, a pesar de ello hay que tener en cuenta que actualmente los precios internacionales de los fertilizantes se encuentran en niveles bastante bajos, lo que repercute en una bajada de los márgenes para los fabricantes, que se encuentran en una situación complicada. Por su parte, tampoco ayuda el bajo precio internacional de los cereales y el hecho de que en los últimos años se está produciendo en España un incremento progresivo del consumo de determinados productos, procedentes fundamentalmente del norte de África, por una cuestión de precio, en detrimento de aquellos que son agronómica y medioambientalmente más idóneos.

Sin embargo, como puntos a favor, podemos resaltar que en la última campaña agrícola ha habido una muy buena producción española de cereales y que aunque de momento la climatología no acompaña, parece que ya hay previsión de lluvias.

-¿Cambiará cuando se hayan generalizado las siembras y el abonado de fondo?

De cara a la presente campaña de sementera, la situación dependerá de todos los aspectos que se  han comentado anteriormente. De todas formas, otro punto esencial que favorecerá una demanda óptima de fertilizantes es que los agricultores españoles saben que, para mantener una actividad agrícola sostenible en el tiempo y lograr los mejores rendimientos posibles en sus cosechas, es necesario aportar a sus cultivos los nutrientes necesarios, en formas asimilables.

-¿Qué consejos cabe ofrecer al agricultor respecto al abonado en un año como este, con un retraso importante en la llegada de las lluvias?

Ante todo nos gustaría incidir en el importante papel de la fertilización para conseguir un máximo rendimiento de las cosechas y recordar que los fertilizantes son una inversión necesaria, ya que generan una alta rentabilidad cuando se aplican adecuadamente. A la hora de abordar esta próxima campaña quisiéramos señalar algunos aspectos que se deben tener en cuenta para llevar a cabo una fertilización racional de los cultivos, en el marco de unas buenas prácticas agrícolas:

  1. Planificar adecuadamente la fertilización de la explotación, calculando las dosis óptimas de nutrientes que serán preciso aplicar para complementar las necesidades del cultivo. Para ello, es necesario analizar los siguientes factores:
  • La necesidad de nutrientes del cultivo que se va a desarrollar, en función del rendimiento esperado de la cosecha.
  • El contenido de nutrientes disponibles en el suelo asimilables por las plantas, analizando las diferentes parcelas de la explotación (contenido de materia orgánica, restos de las cosechas anteriores, pastoreo, aporte de nutrientes de las semillas, fijación biológica, etc.). El análisis de suelos debe ser realizado, preferiblemente, por un experto en fertilidad.
  • Características físicas, químicas y biológicas del suelo, y condiciones agro-climáticas de la región.
  • Disponibilidad en la explotación de materias orgánicas susceptibles de aplicación.
  1. Conociendo el contenido de nutrientes del suelo, las necesidades del cultivo y las disponibilidades de materias orgánicas, deducir la cantidad de fertilizantes inorgánicos que será necesario aportar. Se debe tener en cuenta que esta cantidad debe ser mayor que la calculada, teniendo en cuenta que no todos los nutrientes que se aportan son finalmente aprovechados por las plantas.
  1. Aportar todos los nutrientes esenciales que el cultivo necesite, ya que la deficiencia de un nutriente determinante conllevará una limitación de la asimilación del resto, que no serán asimilados de forma óptima por los cultivos.
  1. Consultar a los técnicos sobre el producto más adecuado para las necesidades de nuestra explotación y sobre las recomendaciones de aplicación, momentos, equipos, características edáficas, climatología, etc, respetando las dosis recomendadas. Con una elección adecuada se podrá obtener unos rendimientos óptimos y se evitará aportar nutrientes que el cultivo no necesita.
  1. Cumplir los Códigos de Buenas Prácticas Agrícolas, lo que conllevará el consumo óptimo tanto de fertilizantes como de otros insumos agrícolas.

-Sobre todo en secano, la última campaña ha sido excepcional en cuanto a producciones. ¿Cómo afecta esto a la fertilización para las nuevas siembras, teniendo en cuenta la mayor extracción de nutrientes que se ha producido?

Tal y como se ha comentado anteriormente, si se quieren obtener unos productos de calidad y unos buenos rendimientos de las cosechas, a la hora de plantear la fertilización hay que tener en cuenta todas las características del suelo, las cuales que dependerán no sólo de su naturaleza física y química sino también de la cosecha anterior y de los nutrientes que ésta haya podido tomar del suelo.

Por lo tanto, de cara a las nuevas siembras es fundamental reponer al suelo los nutrientes que han sido extraídos por las cosechas anteriores, para evitar una importante pérdida en la fertilidad del suelo de las explotaciones. No debemos olvidar que el suelo es una gran despensa en la que están almacenados los nutrientes que la planta precisa y lógicamente, si estos se van extrayendo del suelo por los cultivos y no se reponen, acabará vaciándose y el suelo se agotará.

-Existe una cierta ‘moda’ que algunos agricultores adoptan de esperar a la primavera y recurrir a los abonos de una sola aplicación, olvidando el abonado de fondo.

Es necesario realizar desde el comienzo de la campaña un abonado equilibrado en nutrientes principales (N, P y K) y también en elementos secundarios y micronutrientes (Ca, Mg, S, Fe, B, Mn, etc.), teniendo en cuenta siempre la naturaleza de los cultivos y los suelos.

El agricultor sabe de la necesidad del aporte de nitrógeno en las fases clave del crecimiento de las plantas y de la rápida respuesta del cultivo a la aplicación de nitrógeno, ya que éste, como factor de crecimiento, proporciona plantas fuertes y vigorosas, que adquieren un color verde intenso que se aprecia claramente.

Aunque no es tan evidente a la vista la respuesta a los otros dos macronutrientes, también son esenciales para los cultivos. El fósforo favorece el desarrollo radicular y la maduración de los frutos, actuando como factor de precocidad y el potasio aumenta la resistencia de las plantas al frío, la sequía y las enfermedades, siendo considerado como factor de calidad.

En este momento, viene bien recordar uno de los principios básicos de la fertilización: la “ley del mínimo”. Enunciada ya a mitad del siglo XIX por Justus Von Liebig, explica que el rendimiento de la cosecha viene determinado por el elemento nutritivo que se encuentra en el suelo en menor cantidad en relación a las necesidades del cultivo. Esta ley pone en evidencia la interrelación entre los nutrientes, ya que el exceso de uno no puede compensar la falta de otro.

-¿Cómo se contempla desde su posición el debate sobre fertilización que se vive en la Unión Europea?

Desde ANFFE, consideramos de vital importancia hacer referencia a la propuesta de futura legislación sobre productos fertilizantes que la Comisión Europea ha presentado esta pasada primavera, en el marco del paquete de Economía Circular y que se está debatiendo actualmente en el Consejo y el Parlamento Europeo. En ella se recogen no sólo los abonos inorgánicos, que ya están regulados a nivel europeo a través del Reglamento CE 2003/2003, sino también otros tipos de productos tales como los abonos orgánicos y órgano-minerales, las enmiendas, los medios de cultivo, los aditivos agronómicos y los bioestimulantes. El objetivo es facilitar el empleo de determinados residuos como materias primas para la fabricación de estos productos y armonizar su comercialización en la UE.

La Asociación Europea de Fabricantes de Fertilizantes (Fertilizers Europe) ha manifestado que celebra el enfoque de “economía circular” tomado por la Comisión, aunque señala que son necesarias ciertas mejoras en su propuesta. Hace especial hincapié en la defensa de la calidad de los productos y en evitar que nutrientes que estén en formas no disponibles para las plantas puedan ser declarados, confundiendo de esa manera a los agricultores sobre la cantidad real de nutrientes que se aportan a los cultivos.

Por su parte, ANFFE, que engloba a los principales fabricantes españoles de fertilizantes, coinciden con Fertilizers Europe en la necesidad de mejorar muchos puntos de la propuesta, que podrían perjudicar a todo el sector, empezando por los agricultores. Consideramos que son especialmente preocupantes aspectos tales como:

  • En la propuesta se ha priorizado la economía circular y la utilización de algunos residuos sobre aspectos tan importantes como la salud y la seguridad de los consumidores y del medio ambiente o sobre la validez agronómica de los productos que se van a utilizar como fertilizantes.
  • Algunas definiciones son muy equívocas y poco claras: fabricante, distribuidor, importador, fertilizante, producto fertilizante, etc. El abono inorgánico se define por defecto (el que no es orgánico ni organomineral) y dentro de la definición de “producto fertilizante” se incluyen algunos productos que no tienen ninguna propiedad para nutrir cultivos o para potenciar la nutrición.
  • Los contenidos en cadmio que se proponen son inasumibles por la industria y no están justificados por razones de salud, seguridad y medio ambiente. Además, dejaría en manos de un solo país productor de roca fosfórica todo el abastecimiento al mercado de la UE. Esto podría afectar negativamente al abastecimiento de fertilizantes fosfatados y complejos, y tener como consecuencia unos mayores costes para los agricultores.
  • En cuanto a los contenidos en nutrientes, la declaración, el etiquetado o las desviaciones que se admiten en el contenido de los mismos, así como los contenidos en metales pesados, etc. son claramente discriminatorios a favor de los productos orgánicos y los residuos, y se han fijado sin tener en cuenta ni criterios científicos ni la necesidad de lograr una productividad y una rentabilidad de la agricultura europea.

En nuestra opinión, la propuesta es claramente perjudicial para los agricultores europeos.  Si se aprobara en los términos actuales favorecería la puesta en el mercado  de productos de peor calidad, con etiquetas que incluyen menos información y menos clara, e incluso permitiría que se comercializasen algunos productos que pueden tener graves repercusiones para sus suelos a largo plazo y que además serían más caros por unidad de nutriente.

Por otra parte, la industria de fertilizantes minerales se encontraría en clara desventaja frente a los productores de otros productos menos eficaces y menos seguros, a pesar de que estos productos son responsables hoy en día del 50% de la producción de alimentos nivel global. La industria de fertilizantes europea,  que es la más eficiente del mundo en términos de producción, consumos energéticos y respeto al medio ambiente y que se ha adaptado a las regulaciones ambientales más exigentes del mundo, se vería en serias dificultades de poder seguir operando y en una situación de muy difícil supervivencia, y esto afectaría a la agricultura europea de manera muy significativa.

 

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