La falta de precipitaciones de marzo ha condicionado la evolución de los diferentes cultivos de regadío.
La remolacha se ha sembrado de forma temprana, lo que es una buena noticia porque el agricultor ya ha asimilado que cada día que se gana se traduce en toneladas de producción.


El maíz también se ha adelantado, igual que ha sucedido con la patata. Incluso con el girasol.
Bajas temperaturas
Los cultivos de regadío han acusado una primera quincena de mayo con temperaturas medias muy bajas para esta época del año. Ha habido días, como el 11 y el 12 de mayo, con cuatro grados centígrados al amanecer, lo que ha supuesto un parón en su crecimiento vegetativo.
¿Qué hacer? Esa parada en el crecimiento se puede revertir con los fertilizantes adecuados. Por ejemplo mediante una cobertera con parte nítrica, que será de fácil asimilación por el cultivo.
Abonar la alfalfa
El agricultor siempre tiene el objetivo de producir más, pero no puede olvidar que ese objetivo debe ir acompañado de la calidad, que siempre tendrá el respaldo de un precio diferenciado. Por eso en la alfalfa de regadío es conveniente aplicar abonos que ayudan a incrementar la calidad.
Una posibilidad es aportar todo el fertilizante de una sola vez, tras la parada invernal.
La otra es hacerlo en dos veces: tras la parada invernal y entre el segundo y el tercer corte, que es la mejor manera de aprovechar el fertilizante.