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viernes, abril 19, 2024
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Estamos a tiempo de tener una muy buena cosecha en Castilla y León

José Ángel Cortijo, responsable zona Noroese de Fertiberia

Ha cambiado tanto el panorama del campo respecto a la campaña anterior que a veces parece increíble que solo hayan transcurrido doce meses. Un nuevo escenario gracias a las fuertes lluvias, que también tienen su lado negativo, pero con carácter general una cosa es cierta: estamos a tiempo de una muy buena cosecha en Castilla y León, a poco que mayo se porte bien.

José Ángel Cortijo, Zona Noroeste Fertiberia

Un mes de retraso

Con carácter general, los cultivos llevaban un retraso de cerca de un mes, pero con la subida de las temperaturas ese retraso ha pasado a ser de unos pocos días. En concreto, el cereal está creciendo de forma exponencial: cada día más que el anterior.

Algo sorprendente este año es que las parcelas de trigo en peor estado son las que vienen de un barbecho. Es donde se perdió más simiente y habrá que analizar las causas, aunque quizá la explicación esté relacionada con cómo se trabajaron esas fincas. Precisamente, la fertilización va a funcionar mejor o peor en función de cómo estén realizadas las labores preparatorias; si estas se realizaron sin el tempero adecuado, repercutirá mucho en los resultados.

Cambia el calendario. Podemos cambiar los ciclos

En la mayor parte de los cultivos de regadío, como en maíz o girasol, el agricultor posee este año una herramienta muy importante en la elección de los ciclos. De este modo, si por culpa de la meteorología se le pasa el momento de la siembra podrá escoger otra variedad, con un ciclo adecuado al tiempo del que dispone.

Cómo afrontar la fertilización

El agricultor de Castilla y León ha reaccionado muy bien al comportamiento del tiempo atmosférico. Muchos han realizado dos coberteras porque eran conscientes de que el cultivo necesitaba otro aporte de fertilizante. Y es que el agricultor se adapta a las circunstancias del año y mayoritariamente ha visto que había que amoldarse para que al cultivo no le faltara nada.

Al mismo tiempo, un problema que puede haber este año es que falte abonado de fondo. Debemos ser conscientes de que, igual que hubo quien aportó poco NPK porque se venía de una mala cosecha, algunos agricultores han sido después muy conservadores con el abonado. Y cuando han querido reaccionar se han encontrado con que no ha podido abonar cuando han querido, sino cuando han podido.

Elementos secundarios

En suelos arenosos han aparecido carencias de azufre por haber empleado abonos sin ese elemento en su composición. Es un buen momento para incidir en la importancia de los elementos tradicionalmente considerados secundarios, como el magnesio, que se convierten en absolutamente fundamentales a la hora de obtener los máximos rendimientos.

Aquí cobran gran importancia las nuevas líneas de fertilizantes sacadas al mercado por las casas comerciales. El agricultor es plenamente consciente de que ni su tractor ni, por ejemplo, su teléfono son iguales que los de hace diez años; su eficacia es mucho mayor, y eso mismo ha pasado con los fertilizantes. Por eso la visión abierta del agricultor, dispuesto a aprovechar la innovación en tecnología, en variedades, debe trasladarla al mundo de la fertilización. Hará bien si dedica parte de su tiempo a indagar, a documentarse, y comprobará que la inversión en I+D+i en materia de abonado se traduce en una mayor rentabilidad por hectárea.

Esa actividad investigadora se dirige, principalmente, a compensar las carencias que en general presenta Castilla y León: bajos niveles de materia orgánica y muchos miles de hectáreas con carencias de elementos secundarios, como pueden ser el magnesio o el calcio.

Seamos exigentes

Las lluvias han restringido el tiempo del que disponemos para hacer los trabajos. Las diferentes labores se van a realizar en muy poco tiempo, pero ello no puede hacer que seamos menos rigurosos: compremos un abono de calidad. Sobre todo, seamos clientes exigentes y compremos lo que de verdad necesita nuestro suelo, no nos encojamos de hombros con un ‘dame lo que tengas’. Si necesitamos una composición determinada, hablemos con el distribuidor y reservemos con tiempo.

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