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viernes, marzo 29, 2024
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Fertilización líquida, tu mejor aliado para la siembra directa

Mercedes Morchón, directora comercial de Fertifluid

Es sin duda la siembra directa una práctica agronómica que cada día cuenta con más adeptos. Dicha posición se apoya, sin duda, en las múltiples ventajas que la avalan y que podríamos analizar en detalle.

Contribución al aumento orgánico del perfil de nuestros suelos (fertilidad y estructura), lucha contra la erosión y las escorrentías (especialmente importante en terrenos con desnivel), mantenimiento de la biodiversidad en la fauna y flora, ahorro energético (combustibles y hierro) en labores de preparación, ahorro de tiempo para otras labores o mayor desarrollo de ellas en una época del año en la que el tiempo es oro son algunas de las razones que llevaron a los pioneros de esta técnica a llegar a nuestros días y a que cada vez sea una práctica agronómica más habitual en nuestra comunidad.

Quizá, y ya entrando más en el apartado de la fertilización, exista algo que en su momento provocó y provoca disparidad de criterios y es el posicionamiento de dicho fertilizante en el perfil del suelo de los tres macroelementos principales, nitrógeno, fósforo y potasio.

Situándonos en la premisa de que, bajo esta técnica, dicho fertilizante quedaría en la superficie (también ocurre en las cada vez más extendidas fórmulas de única aplicación y post-siembra), resultará clave que el abono goce de la máxima rapidez y asimilación por parte de la futura planta. Es aquí donde los fertilizantes líquidos pasan a tener protagonismo bajo esta técnica también.

Los fertilizantes líquidos que fabrica Fertifluid Fertilizantes son 100% solubles (todas sus unidades). Destaca, al ir unido a ello, su celeridad para la asimilación, ya que no deben pasar por un proceso de solubilización para la posterior asimilación por hoja y raíces de la futura planta, como es el caso de los fertilizantes sólidos. En épocas de sequía, el fertilizante líquido es más rápido y efectivo que otros convencionales.

Además de lo anterior, los líquidos se pueden aplicar en cualquier momento del cultivo, es decir, antes de la siembra, después de ella y antes de nacer, o bien una vez nacido y desarrollado el cultivo. Su distribución es perfecta, bien en línea de siembra o aplicado con una máquina de uso convencional de fitosanitarios.

Desde Fertifluid, primera fábrica de fertilizantes líquidos instalada en Castilla y León, apoyamos y defendemos dicha técnica, para la cual hemos desarrollado una amplia gama de posibilidades para complementarla. Fórmulas, tanto neutras como ácidas son perfectas para dicho momento y más cuando llevan aparejadas nuestra molécula exclusiva PHC, que contribuye entre otras cosas a la efectividad y translocación de sus contenidos elementos.

Sin restarle importancia, el complejo líquido aporta una excelencia diferenciadora en el manejo, ya que posibilita (siempre después de las debidas pruebas físicas y químicas de la mezcla, las recomendaciones de los fabricantes de fitosanitarios y desde luego, bajo la responsabilidad del aplicador) la aplicación con ciertos fitosanitarios utilizados en dicho momento de siembra. El fertilizante líquido ejerce de función de caldo en la mezcla potenciando (bajo la salvedad anterior) su acción.

Con una sola labor se haría doble función: fertilizar y acabar con las malas hierbas. Esto sin duda supone un ahorro tanto económico, por las razones antes apuntadas, como de menor compactación del terreno, ya que ahorramos con una sola pasada.

Desde Fertifluid venimos constatando, a través del crecimiento de nuestras ventas en dicho segmento de técnica de laboreo, su incremento en el número de seguidores año tras año. Por ello, desde nuestro servicio técnico asesoramos al agricultor sobre lo más conveniente para su explotación y sobre el momento de aplicación más idóneo.

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