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martes, abril 16, 2024
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Abonado de cobertera: aportar al cereal los nutrientes para un máximo desarrollo

El ahijado y el encañado disparan la necesidad de nitrogenados, que complementan al abonado de fondo. La industria responde a la demanda de abonos de única aplicación, una fórmula que suscita dudas. La clave está en los productos 100% asimilables

No falta tanto tiempo para que el agricultor deba aplicar el fertilizante correspondiente al ahijado del cereal, un momento que será crucial para el futuro crecimiento de la planta. La determinación de las dosis de fertilizante y de los momentos de aplicación es un proceso complejo que depende del cultivo, del rendimiento esperado, de los nutrientes disponibles en el suelo y de su transformación a lo largo del ciclo de cultivo, así como de las condiciones atmosféricas.

La necesidad cambia durante el ciclo de cultivo
Como se apunta en la ‘Guía práctica de la fertilización racional de los cultivos en España’, editada por el Ministerio de Agricultura, “las necesidades de nitrógeno estarán condicionadas por la especie, la variedad y la calidad de la cosecha”. De este modo, a lo largo del ciclo de cultivo las necesidades son distintas y en el caso de los cereales de invierno son más importantes en el ahijado y el encañado.

Por otra parte, “es fundamental la experiencia acumulada por el agricultor en cada zona, que conoce, de manera empírica, la fertilidad de sus suelos y su respuesta, y las necesidades de los cultivos”, como señala el documento.

¿Abonado tradicional o única aplicación?
El aporte de nutrientes en este periodo posee una doble modalidad, en función del sistema escogido por el profesional: el abonado de cobertera tradicional, que complementa el abonado de fondo (y que se recomienda desde el inicio del ahijado hasta poco antes de la floración) y el fertilizante de única aplicación, que va ganando adeptos y que tiene en el ahijado su momento óptimo.

Los fertilizantes nitrogenados se aplican en la cobertera tradicional para completar los requerimientos nutricionales de los cultivos en momentos de máxima necesidad, claves para el desarrollo, mientras que los de única aplicación contienen los tres nutrientes básicos: nitrógeno, fósforo y potasio.

Una fórmula no es mejor que la otra para la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes de España, Anffe, cuyos responsables destacan que cada agricultor debe decidir sobre el tipo de productos que quiere aplicar. Eso sí, desde la entidad se fomenta que se realice “una aplicación racional”, y ello se puede llevar a cabo con diferentes tipos de fertilizantes. “Lo adecuado es tener en cuenta siempre aplicar el producto adecuado, en la cantidad adecuada, en el momento adecuado y en el lugar adecuado”, señalan desde la entidad.

Entre los defensores del abonado tradicional se encuentra José Ángel Cortijo, delegado de Fertiberia para la Zona Noroeste. En su opinión, las ventajas de ese sistema se pueden medir cuando llegan las fechas de abonar y la meteorología impide a los agricultores entrar en los cultivos. “Entonces es el momento de llamar la atención sobre lo tranquilos que están aquellos que realizaron un abonado de fondo en su momento, y qué intranquilos quienes pusieron cereal en octubre y en varios meses no han podido hacer ningún aporte de nutrientes”.

Desde el sector siempre se recomienda diseñar una estrategia de fertilización, que debe partir de un análisis de suelos. Este nos permitirá calcular la dosis óptima de fertilizante mineral para una buena evolución del cultivo. “Esa dosis óptima debe asegurar que la planta se nutra adecuadamente, por lo que no debe haber excesos ni deficiencias de nutrientes y, en consecuencia, se eviten pérdidas por lixiviación y escorrentía”, apuntan desde Anffe.

También hay que tener en cuenta la ‘ley del mínimo’, que explica que el rendimiento de la cosecha viene determinado por el elemento nutritivo que se encuentra en el suelo en menor cantidad en relación con las necesidades del cultivo. Esta ley pone en evidencia la interrelación entre los nutrientes, ya que el exceso de uno no puede compensar la falta de otro, como recuerdan desde Anffe.

¿Cómo afrontar el abonado de cobertera?
Cabe recordar la necesidad de escoger un producto que incluya nítrico, es decir, “evitar productos ureico-amoniacales o exclusivamente ureicos, que requieren la transformación en el suelo para que sean disponibles para la planta”. Así lo señala José Ángel Cortijo, para quien “es evidente que hay una diferencia de precios entre unos y otros, pero el agricultor debe buscar la diferencia en la calidad del producto”.

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