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jueves, marzo 28, 2024
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“La cosecha nos dirá si hemos tomado las decisiones correctas”

José Ángel Cortijo. Fertiberia

Basta con echar una mirada al campo y se puede ver de forma palpable quién ha acertado este año en los gastos que ha realizado, especialmente en fertilización. Porque este año es un fiel reflejo de la utilización de los abonos; en el mismo pueblo, con el mismo suelo, la misma variedad y la misma fecha de siembra algunos cogerán 1.500 o incluso 2.000 kilos menos que sus vecinos. En muchos casos ahí residirá la diferencia entre ser rentable o no.

La fertilización nunca se puede dejar de lado

Hace unos meses decíamos que veníamos de un año catastrófico y que si un agricultor había hecho el esfuerzo de preparar el suelo, de comprar semillas de calidad, etc., con todo listo para obtener una producción al menos media, incomprensiblemente mucha gente dejaba la fertilización de lado. Los resultados se han visto, y esta experiencia nos invita a realizar una reflexión, puesto que el segundo factor más importante de nuestra explotación (el primero es la meteorología) no se puede echar en el saco del olvido.

Podemos controlar  nuestros gastos

Es cierto que el abonado ocupa un capítulo importante de nuestros costes, pero el agricultor tiene medios para controlar sus gastos: dispone de mucha información para tomar las decisiones adecuadas. Y no puede abonar a ojo, echar a la tierra el producto más barato o lo que le dicta el marketing. Hay herramientas para que agricultor profesional acierte. Por eso debe asesorarse.

José Ángel Cortijo, Fertiberia

Y es que en los últimos años se está detectando el empleo de un fertilizante cada vez de peor calidad química, con equilibrios absolutamente desacertados para determinadas zonas. Si en Castilla y León hay suelos con una presencia elevada de un elemento concreto, no debemos emplear un abono rico en ese elemento; estaremos realizando un gasto absolutamente innecesario, aparte del riesgo de generar el bloqueo de algún otro elemento.

Por lo tanto, no nos escudemos en que abonar es ‘muy caro’ porque es, precisamente, la mejor herramienta de productividad y rentabilidad que tiene el agricultor. Vamos a meter la cosechadora en unos días y ahí se van a poner de manifiesto las diferencias entre profesionales.

El abonado es un gasto absolutamente amortizable

El invertir de forma adecuada en fertilización es absolutamente amortizable para un agricultor; si realizamos un abonado adecuado a lo largo de los años y no con dientes de sierra, acertando en la formulación, será lo más rentable que podemos hacer. Porque esos dientes de sierra pueden generar desequilibrios en el suelo. No lo olvidemos.

¿Cómo lograrlo? Recordemos que el abonado debe buscar las producciones medias y si hay que rectificar se va haciendo en el camino; por ejemplo, enfocando la segunda cobertera hacia una mayor producción cuando se dan las condiciones. Y no perdiendo de vista que las campañas son un continuo; no acaba una y en la siguiente partimos de cero. Porque lo que hacemos este año tendrá su repercusión en el siguiente.

Qué hacer este año en el regadío

El nivel de conocimiento que hemos alcanzado en regadío nos permite saber que el agricultor tiene capacidad de reacción ante el retraso generalizado. Por ejemplo, que un abonado con parte nítrica le puede hacer recuperar el tiempo perdido. Pero para eso es fundamental que emplee unidades de fertilizante más eficientes, no más baratas.

Por ejemplo, este año no hay en absoluto tiempo para aportar nitrógeno en forma ureica, que tarda más tiempo en incorporarse al suelo. Por eso en la cobertera que falta en estos cultivos (dos en algunos casos) es importante conocer las ventajas del nitrógeno con parte nítrica.

La lluvia casi nos ha dejado sin tiempo y hay mucha acumulación de trabajo. Por eso hay que centrar bien el tiro: tomar decisiones acertadas y ser efectivos.

Mucho cuidado con los ‘productos milagro’

El agricultor es muy consciente de cuándo no ha hecho bien las cosas, pero no puede ser que ahora trate de corregir las malas decisiones anteriores y se incline por uno de esos ‘productos milagro’ que tanto abundan en el mercado. Esos productos pueden tener un primer efecto muy visual en un momento dado, pero para ver si de verdad hemos hecho una corrección eficaz habrá que esperar a la cosechadora, que nos dirá si nos hemos engañado a nosotros mismos. Hay que hablar de abonado de verdad, de unidades de fertilización de verdad y de cosas de verdad.

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