La IGP Lechazo de Castilla y León nace en 1997 con el objetivo de diferenciar la calidad de los lechazos de las razas autóctonas del resto de lechazos a nivel nacional. En concreto, la raza churra, la castellana y la ojalada, como recuerda el actual presidente de su consejo regulador, José Luis Fraile, que considera muy positiva para el sector la campaña de la Diputación #Palenciaeslechazo, consúmelo
Uno de los principales cometidos de esta figura de calidad es el de controlar la trazabilidad del lechazo amparado por la IGP, en el sentido de que cumpla con todos los requisitos.
Entre ellos, que el ganadero cuente con alguna de las razas que lo conforman, además de que el lechazo ha de cumplir unas condiciones en cuanto a peso, entre 7 y 8 kilos, engrase de la zona del riñón, edad y condiciones de distribución, entre otros.
Otro de los objetivos es promocionar la calidad y beneficios del producto como algo único y característico de la región.
-¿Cuál es la situación del sector en Palencia? ¿Cómo se puede recuperar cuando la vuelva “la normalidad”?
-La situación ahora es complicada, pero creo que lo importante es que cuando todo pase, debemos ‘cambiar el chip’, porque tenemos muy pocas ganaderías y debemos apoyarlas más, también por su labor en el fomento de la sostenibilidad medioambiental, debido a la recuperación de pastos.
Por otro lado, pienso que esta crisis tiene su lado positivo, ya que hay personas que lo han comprado y han vuelto a buscarlo, porque gusta, porque ahora valoramos más el tiempo, las ganas de cocinarlo en familia… Si le das un producto bueno a un precio asequible, la gente se engancha a ese olor y sabor tradicional que solo aporta el lechazo IGP, por todo ello, creo que el consumo se podría incrementar en ese sentido.
-¿Cómo es el día a día de los profesionales del sector en la actualidad
-Se trata de una profesión totalmente vocacional. Aunque nieve, granice, haya cuarenta grados o estés enfermo, vas al campo con las ovejas igual, además, expuesto a condiciones climatológicas extremas. Ahora ha cambiado algo por las mejoras de la ganadería, pero es algo que tiene que gustarte, sí o sí.
Por lo que, si la explotación no es muy rentable, la posibilidad de relevo generacional es más complicada, algo que, por desgracia, será aún más difícil después de esta crisis.
-¿Cree que después de esta situación se valorará más al sector primario?
-Yo creo que debería ser así. Igual que nos estamos dando cuenta de la necesidad de la sanidad, a un agricultor o ganadero lo necesitas tres veces al día, durante 365 al año.
-¿Podemos encontrar lechazo en nuestros supermercados o comercios de cercanía?
-El lechazo IGP de Castilla y León se encuentra solamente en comercios específicos. La idea es que se vaya abriendo el campo de distribución, pero tenemos que asegurarnos de que se trata de lechazo con vitola roja, lo que certifica que su calidad es IGP lechazo de Castilla y León.
-¿Funciona la venta on line con este producto?
-Está empezando a funcionar. Había distribuidores que no estaban preparados, pero el que estaba más preparado, ahora ya tiene más demanda, y es algo que está empezando a crecer, debido a las circunstancias.
-¿Cuáles son los principales beneficios de la carne de lechazo?
-La principal, es que su carne es muy rica en colágeno, importante para articulaciones, niños y personas mayores. También tiene mucho aporte de vitamina B, necesaria para el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Otra de sus grandes cualidades es que aporta mucho hierro, con el añadido de que estas razas autóctonas tienen aún más presencia de minerales por el terreno en el que pastan, para luego transmitirla directamente a las crías, los futuros lechazos, a través de la leche. Por todo ello, creo que la ganadería extensiva es fundamental para garantizar su gran calidad, ya que además, estos lechazos tienen escasa infiltración de grasa, otra de las características únicas de estas razas autóctonas.
