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sábado, abril 20, 2024
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Editorial CAMPO 76: De las palabras a los hechos

Sin darnos cuenta y dentro de esta “nueva normalidad” hemos celebrado en silencio la festividad de nuestro patrón. La dulzaina no ha sonado por nuestras calles abriendo la procesión de San Isidro, nadie ha cargado sus andas, ni se ha arreglado para ir a misa. No se ha preparado el refresco ni el cura ha hecho voltear las campanas por dicha celebración. Los vivas y las felicitaciones se han quedado en las redes sociales y en los breves cruces o encuentros por nuestras calles, donde con cierta tristeza y manteniendo la distancia se soltaba un “no ha podido ser” o “que lo celebremos al año que viene”.

Pues lamentándolo mucho, tendrá que ser así. Por suerte el trabajo no ha parado y la campaña pinta bien, pero sin lanzar las campanas al vuelo. Otro cantar serán los precios y los mercados, que ya se hacen notar por el cierre del canal horeca y la exportación. Será sin duda otro reto, y donde por desgracia, por si no nos habíamos dado cuenta, a nosotros también nos afectará esta maldita crisis.

Es importante que la consejería, las organizaciones agrarias, cooperativas, industrias, etc., estén unidas y hagan frente común a la defensa de nuestros productos e intereses. No sé si será la solución, pero sí el camino para poder presionar y despertar a un ministerio impasible, lento y de escasa influencia en Europa, que no aporta soluciones reales a los problemas que Castilla y León tiene. En esto tendríamos que estar a una. Por la cuenta que nos trae.

Este sector, además de ser esencial, tiene que ser rentable. Hay que pasar de las palabras a los hechos y de una vez por todas actuar en consecuencia: no echar la culpa a los mercados, que seguro que la tienen, y buscar soluciones, que seguro que las hay, para que el pagano de todo esto no sea el de siempre, el agricultor y el ganadero.

Un ejemplo de inacción es el regadío. Tenemos muy claras las necesidades y pasan los años y las planificaciones y nada, los problemas siguen estando ahí. Es verdad y hay que reconocer la ampliación y mejora de miles de hectáreas, pero ¿de qué sirven cuando viene un año seco? No se moderniza para sembrar trigo.

Sobre la mesa, un nuevo plan hidrológico que recogerá todo lo que no se ha hecho y planificará todo lo que no se va a hacer. Eso sí, establecerá o procurará al menos atar en corto y restringir lo que pueda a un regante que en constante ‘estado de alarma’ no le quedará otra que acatar lo que el mando único diga. Faltaría más. Estamos en plazo de alegaciones y la Junta, Ferduero, la Diputación de Valladolid, etc., han anunciado que presentarán alegaciones. Nadie está de acuerdo, pero habrá que esperar. Siempre esperando. Aquí seguiremos, al menos los que puedan.

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