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jueves, marzo 28, 2024
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El girasol, un cultivo a tener en cuenta este año

Fernando Garrachón. Marketing de Cultivos Iberia Norte Euralis

Lluvia, lluvia y más lluvia. Un líquido casi olvidado por el agricultor castellanoleonés, hasta hace apenas tres semanas, cuando su ausencia hizo mella tanto en la pasada mala cosecha, como en su ánimo de cara a la actual campaña.

Es esta agua, caída en los últimos veinte días, la que está recuperando parcialmente el nivel de los pantanos que regarán los cultivos; y es esta agua la que está calmando de sed nuestros campos y corrigiendo, en parte, el retraso que tienen los cultivos.

Este caudal que está entrando en nuestros embalses está posibilitando una cierta recuperación en su capacidad, pero no debemos olvidar nuestro punto de partida, estando aún por desgracia, lejos de tener una situación que posibilite una campaña normal de riego.

A la espera de que las precipitaciones continúen y la nieve existente en las montañas siga cargando los embalses, el agricultor que posea parcelas de regadío debe empezar a evaluar de una forma realista su futura campaña de riego. En las próximas siembras hay que empezar a pensar en cultivos con una menor demanda hídrica o, al menos, que soporten dignamente un déficit en la fase final del cultivo.


En esta campaña el girasol se puede convertir en la salvación de muchos agricultores


Entre los cultivos de media y alta exigencia, pero con una gran capacidad de adaptación a situaciones de estrés hídrico -especialmente a final de ciclo- se encuentra el sorgo. Un cereal que si bien precisa cantidades cercanas a los 5.000 metros cúbicos, es posible su cultivo, con rendimientos muy interesantes, con aportaciones de entre 3.000 y 4.000 metros cúbicos por hectárea, con menores costes y por tanto un menor riesgo. Siendo fundamental apostar por empresas que conozcan el cultivo y les puedan comprar su cosecha.

Pero es el girasol el cultivo que mayor flexibilidad aporta al agricultor en cuanto a la dotación de riego, unos gastos ajustados y una alta rentabilidad al final. El girasol, en esta campaña, se puede convertir en la salvación de muchos agricultores, que aún tienen sus parcelas por sembrar, que no saben hasta cuándo podrán regar y que no quieren arriesgar en exceso con cultivos que requieran de grandes inversiones o gastos.

Más tolerante con el agua

En mi opinión, el girasol cuenta con dos grandes ventajas. En primer lugar, las tan bienvenidas lluvias están propiciando la creación en el suelo de una reserva de agua, o coloquialmente llamada ‘bodega’, que permitirá al girasol -cultivo de raíz profunda- cubrir al menos sus necesidades en una parte del ciclo, tanto en parcelas de secano como de regadío.

En segundo lugar, y especialmente interesante en la coyuntura actual, el rendimiento final de nuestra cosecha se verá incrementado acorde a los riegos que le podamos aportar, sin comprometer en el peor de los casos su recolección. Esto significará que si, por ejemplo, tenemos agua de riego hasta mediados de julio, podemos estar pensando en producciones de entre dos y dos toneladas y media por hectárea. Y si podemos regar hasta mediados de agosto, podemos pensar en cosechas de tres y cuatro toneladas por hectárea.

En estas situaciones, es importante la elección de variedades de girasol todoterreno, productivas como las que más y capaces de adaptarse a todo tipo de circunstancias, tipos de suelo y con un comportamiento muy estable.

Desde el punto de vista económico, incrementaremos la calidad de nuestra cosecha apostando por variedades altas en grasa (característica genética y diferencial entre variedades) y eligiendo variedades alto oleicas. En este último caso nos beneficiaremos de un sobreprecio o prima aplicable a la cosecha obtenida.

Actualmente, y gracias a la gran evolución genética que han llevado a cabo en los últimos años las principales empresas semillistas de girasol, podemos decir que apenas hay diferencia entre variedades convencionales o linoleicas y las variedades alto oleicas.

Sin duda, la situación que nos encontraremos en unas semanas, cuando iniciemos las próximas siembras, habrá cambiado considerablemente con la que teníamos hace apenas un mes. Será un buen momento para plantearse sembrar cultivos como el sorgo y el girasol, unidos a un asesoramiento técnico que traduzca la oportunidad en rentabilidad.

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