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jueves, abril 18, 2024
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El control de malas hierbas es clave en los primeros estadios del maíz

Las adventicias que están generando resistencias son un problema acuciante al que se enfrenta el cultivo como consecuencia de la retirada del mercado de algunos herbicidas residuales. El monocultivo que se da en algunas comarcas también dificulta su control
El maíz, como cultivo emblemático del regadío, tiene un peso específico capital en la agricultura de la comunidad. Sobre todo en León, donde descenderá la superficie dedicada al maíz entre un 7 y un 10% respecto a la campaña pasada, de manera que rondará las 60.000 hectáreas. Las siembras nacieron con vigor gracias al buen tiempo y a los riegos. La mayor parte, de ciclos 400 y 450. Una vez aplicados los abonos nitrogenados, le ha llegado el turno a los herbicidas, tal como explica Matías Llorente, presidente de la Unión Cooperativa de Ganaderos y Agricultores de León (Ucogal).

La meteorología también dejó, a lo largo de abril, en Salamanca mucho margen para hacer las labores. Se adelantaron las siembras, y los productores se decantaron por ciclos más largos. “Nosotros hemos vendido más semilla de ciclo 500 que otros años, en detrimento de los 300, que se han sembrado menos”, indica Ricardo Sánchez, responsable del Área de Fitosanitarios y Semillas de Bernabé Campal. La nascencia del maíz charro ha sido buena en líneas generales. Había humedad, y después no llovió en exceso, por lo que no hubo opción de que se apretaran los terrenos.

En la primera quincena de junio el maíz salmantino recibió las aplicaciones de nitrógeno en cobertera para después asumir los riegos necesarios según fecha y el estado fenológico del cultivo (entre 6 y 10 hojas). Antes, en mayo, hubo muchos cambios de temperatura que ha provocaron un parón en el desarrollo, según explica Sánchez.

Normalmente, en esta provincia, los maíces empiezan la floración a finales del mes de julio, dependiendo de las fechas de siembra y los ciclos. Este año se prevé que sean en las mismas fechas, en el entorno de los días 20 y 25.

Más resistencias

Y es que aunque no son los mejores momentos si ponemos el foco en los precios, el productor está obligado siempre a hacer las cosas lo mejor que sabe y puede. Por la cuenta que le trae. Dejar la cosecha al libre albedrío es pasear por el alambre sin red. La sanidad vegetal es uno de los aspectos básicos que intervienen en la producción. Y en los ingresos.

A comienzos de junio se empezó a suministrar agua por inundación al cultivo leonés en las zonas sin regadío modernizado. En algunas parcelas hubo infestaciones de gusano gris, que se solucionaron aplicando insecticidas o inundando las parcelas. Pero el principal problema en los maizales, en los últimos años, es la presencia de malas hierbas que están generando resistencias a partir de la eliminación del mercado de algunos herbicidas residuales. Esto sucede con algunas del género chenopodium.

Especialmente graves son las infestaciones de abutilón, una invasora llegada desde Brasil en la semilla de algodón. Ahora intentan controlarla con herbicidas de contacto, pero en la siguiente campaña están ahí otra vez. El monocultivo tradicional de maíz tampoco contribuye a eliminar las hierbas no deseadas.

En cuanto a plagas, Llorente advierte del peligro que supone la araña roja. Afecta al cultivo cuando ya ha granado, de manera que no se puede tratar. Si la afección es seria termina por secar la planta. El presidente de Ucogal prescribe el tratamiento de los linderos con maleza que rodean la parcela cuando el maíz comienza a espigar. Algunos años también se producen ataques de pulgón.

El control de las plagas y enfermedades resulta clave para que el cultivo sea rentable. Llorente hace hincapié en las malas hierbas, que además de extraer gran parte de los elementos nutritivos del suelo dejan semillas que germinarán en las próximas campañas. Todo ello, una rémora que se notará de manera evidente en la producción.

Por su parte, el experto de Campal apunta que los herbicidas que quedan en el mercado permiten un control bastante bueno de la emergencia de las primeras hierbas, aunque son muy raras las zonas donde no haya que repetir aplicaciones en contacto una o incluso dos veces más. “Cada vez hay menos alternativas químicas para el control y las hierbas se van haciendo más resistentes”, concluye Ricardo Marcos.

Las plagas y enfermedades no afectan de manera significativa al maíz en Salamanca; algo de cicadella en verano y rosca en la emergencia del cultivo. El mal control de los rebrotes de patatas en el maíz y la falta de aplicaciones químicas por abandono del agricultor, suponen que los insectos se vayan posteriormente a los cultivos colindantes de tubérculo. “Esta situación significa un control cada vez más costoso y de baja eficacia, dependiendo los productos”, advierte Marcos.

Competencia indeseada

Evitar las malas hierbas en el maíz es fundamental, ya que compiten en los primeros estadios del cultivo debido al largo periodo que necesita la semilla para germinar y al lento crecimiento de la planta en las primeras semanas.

Esto obliga a mantener la parcela despejada de adventicias el mayor tiempo que sea posible desde la emergencia del maíz, tal como recomiendan desde Agropal. Sobre todo en los dos primeros meses, momento a partir del cual toma ventaja el maíz por la sombra que ya produce.

Entre las especies de insectos y ácaros causantes de plagas, podemos distinguir insectos de suelo como los gusanos de alambre, los gusanos blancos y los gusanos grises, incluyendo tanto especies de coleópteros como de lepidópteros.

Los daños en la planta se producen por las mordeduras de las larvas en las raíces. Estas heridas son la puerta de entrada para los hongos. El control de estos problemas deben iniciarse con el tratamiento de la semilla de siembra (imidacloprid), y más tarde mediante tratamientos en cultivo con clorpirifos o con una piretrina.

Las rosquillas, plusias, heliotis, mitimas, y otras, forman parte del amplio grupo de especies que integran el grupo de las orugas defoliadoras. Ocasionalmente pueden darse otras plagas en forma de ataques de pulgones (pueden ser vehículos para la transmisión de virosis), mosquito verde y araña. Los ataques de estos dos últimos no justifican la necesidad de tratamientos fitosanitarios, a menos que sean importantes.

A pesar de que el maíz es un cultivo muy adaptado a la afección por hongos, sí puede sufrir algunas enfermedades como las manchas foliares provocadas por Helminthosporium maydis, H. Carbonum, H. turcicum, Phyllosticta maydis, Kabatiela zeae y Colletotrichum graminícola; la roya (Puccinia sorghi); el carbón (Ustilago maydis); la fusiariosis del pie y del tallo (provocada por distintas especies de Fusarium); virosis del mosaico del enanismo del maíz (MDMV), y el enanismo rugoso del maíz (MRDV). Además, la demanda de productos libre de micotoxinas es cada vez mayor.

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