Ricardo Ortega
Rusia parece firme en su decisión de impedir el corredor seguro de materias primas por el mar Negro, que ha dado salida a la producción ucraniana durante un año, e incluso ha dado un salto adelante al bombardear instalaciones de almacenamiento en puertos como el de Odessa.
Es una nueva ‘vuelta de tuerca’ sobre el país agredido, Ucrania, un salto adelante que muchos analistas contemplan como suicida por parte de Vladimir Putin: su gobierno debería ser el principal interesado en mantener el corredor, puesto que de él también dependen las exportaciones rusas de cereal y fertilizantes.
Mientras se van adoptando decisiones en los despachos y los campos de batalla, la economía mundial acusa los efectos. En España, después de una semana de subidas, tanto en las lonjas del interior como en los puertos, algunos mercados locales acusan los efectos de una menor circulación de grano, que ya empieza a vislumbrarse.
Es el caso de la Lonja de Segovia, donde el trigo blando con destino a pienso ha subido 7 euros en su cotización y ha alcanzado los 250 euros por tonelada.
También sube la cebada, con 5 euros más, que se coloca en 230.
La avena sube tanto como el trigo blando, 7 euros, y alcanza los 252 euros por tonelada, mientras el centeno escala 5 euros y pasa a cotizar a 225.
Las oleaginosas se disparan
El recrudecimiento de la agresión contra Ucrania afecta sobre todo al mercado de las oleaginosas.
En la Lonja de Segovia, la colza se encarece nada menos que 15 euros y alcanza la cota de los 400, mientras el girasol mejora su cotización en 10 euros por tonelada. Su precio de referencia pasa a ser de 395 euros.
Sin cambios en los forrajes
La alfalfa empacada mantiene su cotización a 270 euros la tonelada en la lonja segoviana, y está por ver si se producirán compraventas a ese precio. En todo caso, merece la pena destacar que este producto estratégico, muy dependiente de las exportaciones, cotizaba hace solo una semana a unos precios muy superiores en la Lonja de León.
La pizarra establecía un precio de 400 euros por tonelada para la alfalfa en rama y de 415 para la deshidratada.
Desde el sector de las deshidratadoras, se advierte de que los precios que fijan las lonjas se encuentran muy alejados de la realidad, de modo que son “imposibles” las compras al agricultor.
De este modo, sería necesario “adecuar” los precios que recibe el agricultor para volver a ser competitivos en los mercados exteriores, donde reina la alfalfa producida en EEUU, que se pone en destino muy poco por encima de 200 dólares la tonelada.
En el caso de la paja, en Segovia se mantiene el precio de referencia de 125 euros por tonelada.
