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viernes, abril 19, 2024
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Las claves de la poda de formación y de mantenimiento en almendro

El almendro pertenece al género Prunus, dada la proximidad que tiene con otras especies del mismo género como ciruelo, albaricoquero, melocotonero con las que se puede hibridar dando descendencias fértiles. Para la poda del almendro en seto no debemos olvidar los conceptos trascendentales de la poda de fruticultura moderna.

Podemos diferenciar entre poda de formación (durante el periodo juvenil, formación de la estructura del árbol) y poda de mantenimiento (durante el periodo productivo de la planta).

Si a un almendro no se le practica poda la falta de luz afectará a las ramas sombreadas inutilizando los ramilletes de mayo y defoliándolas. Es una especie exigente en luz y, si se poda adecuadamente, estará más iluminado teniendo menos enfermedades y produciendo más hidratos de carbono, o asimilados, que incidirán en la inducción floral de la campaña siguiente.

En el almendro existe una competencia por esos asimilados entre las hojas y los frutos: si hay demasiado desarrollo vegetativo, lo normal es que haya una menor producción.

Los órganos que darán lugar a las yemas según su posición en el árbol son:

1.- yema apical: siempre vegetativas (nunca de flor).
2.- yema axilar: pueden dar hojas y flores, creando distintos tipos de ramos (los que dan sólo hojas o los que dan hojas y flores), podemos definirlos simplificando a 5 tipos:

Ramo de madera: sin flores, solo hojas.
Chupones: si el ramo de madera sale de una rama vigorosa, ocasionando brotación vertical, de gran vigor, gran longitud de entrenudos y sin flores.
Ramo mixto: proporciona flores y hojas.
Chifona: es un ramo mixto de escasa longitud (<25 cm) predominan los botones florales excepto las yemas basales y terminal.
Ramillete de mayo: si el crecimiento es aún menor que una chifona, todas las yemas laterales son de flor, longitud de entrenudos prácticamente inexistente.

Las yemas se encuentran situadas a lo largo del ramo en la base (axila) de las hojas con el tallo, de ahí el nombre de axilares que se da a las yemas del ramo, excepto a la del extremo que se denomina terminal o apical.

Las yemas laterales se encuentran siempre flanqueadas por dos yemas, una a cada lado, denominadas estipulares, que en un principio son de pequeño tamaño; en el caso de que las estipulares evolucionen a flor, su tamaño llega a ser equivalente al de la central. Las yemas que han evolucionado a yemas de flor se denominan botones florales o botones.

Las yemas de flor se producen por inducción e iniciación floral de yemas laterales de la vegetación en curso. Las flores que aparecen en una primavera determinada se han producido siempre por evolución de las yemas laterales de los ramos en crecimiento del verano anterior. Esta diferente capacidad de las yemas laterales para evolucionar a flor es un hábito propio de cada variedad, que puede variar con la edad y las condiciones externas de clima y cultivo. Lo normal es que cada botón dé lugar en el momento de su apertura a una sola flor, pero en determinadas variedades existe una cierta proporción de botones que al abrirse dan lugar a dos flores, como es el caso frecuente en las variedades Tuono, Guara y otras.

Dependiendo de las condiciones del crecimiento, de la edad del árbol y de la variedad, puede encontrarse en la planta, en una u otra proporción, los siguientes tipos de ramos:

Ramo y ramo mixto: Son los ramos que se producen como consecuencia del desarrollo de una yema vegetativa durante un ciclo anual de crecimiento. Se denominan así a los ramos que alcanzan una longitud aproximada o superior a los 25 cm y que, normalmente, no sobrepasan el metro. En la mayor parte de las variedades de almendro se produce en estos ramos la evolución de yemas axilares o laterales a botones de flor, en este caso reciben el nombre de ramos mixtos. Estos ramos pueden ser portadores de botones en toda su longitud o en zonas determinadas de ellos. La zona del ramo en que se produce la mayor parte de botones cada año es una característica varietal.

Brindilla: Son ramos similares a los anteriores que, por las condiciones particulares de crecimiento, por su posición o por la tendencia de la variedad, alcanzan una menor longitud, que no suele superar los 25 cm. En ellos, las yemas laterales evolucionan en su mayoría a botones florales. La yema terminal es siempre vegetativa. Junto con los ramilletes de mayo que veremos a continuación, las brindillas son los ramos productores por excelencia en el almendro.

Ramillete de mayo: Cuando el crecimiento de un ramo es muy lento y reducido, se forma un ramo de escasa longitud y entrenudos muy cortos. Las yemas laterales evolucionan, prácticamente todas, a botones y su aspecto en el momento de la floración es muy característico, lo que le ha valido la denominación de ramillete de mayo. La yema terminal es siempre vegetativa, lo que asegura el alargamiento para el año siguiente.

Dardo: Son ramos de características similares a los anteriores, pero en los que no se ha producido la evolución de yemas laterales a botones. Como en todos los demás ramos, la yema terminal permanece vegetativa. Es un tipo de ramificación que se produce raramente en el almendro y cuando se produce, suele crecer con las mismas características durante varios años.

Chupón: Los chupones son ramos que surgen en posiciones muy favorables del árbol en nutrición y luminosidad, por lo que tienen un gran desarrollo, alcanzando mayores tamaños, en longitud y diámetro.

Ramo anticipado: En ocasiones, cuando un ramo se encuentra en una fase de rápido crecimiento, algunas de las yemas vegetativas laterales inician también su crecimiento, dando lugar a ramos que brotan a partir de una yema lateral de otro que ha crecido previamente en el mismo período vegetativo que él.

El secreto de la poda es conseguir el mejor equilibrio entre las formaciones de madera, que proporcionarán los hidratos de carbono necesarios para todos los procesos de la planta, y las formaciones portadoras de flores. Ramilletes de mayo y chifonas son las más interesantes.

PODA DE FORMACIÓN
El ‘Smart tree’ es una planta que ya viene podada desde el vivero. Una vez realizada la plantación se observará el crecimiento de las múltiples ramas y cuando estas alcancen una longitud de unos 30 cm se procederá a su despunte, frenando así su crecimiento y redirigiéndolo hacia las ramas con crecimiento vertical y hacia aquellas que están desarrollándose en la dirección de la misma línea de plantación.

La tendencia de crecimiento del árbol es en forma globosa, debido a los múltiples puntos de crecimiento. Se observa que el crecimiento en altura se ralentiza en comparación al del eje central, mientras que el espacio entre árboles se va llenando de vegetación más rápidamente al existir mayor número de ramas laterales en crecimiento. Debido a este crecimiento menor en altura, el centro de gravedad de los arboles es más bajo, aumentando su resistencia al viento. Se realizan despuntes laterales de forma mecánica con el objetivo de favorecer el crecimiento de las ramas hacia:

a. arriba. ganando altura de la pared vegetativa.

b. lateral, cerrando el espacio entre plantas y evitando la excesiva forma globosa del árbol. Los crecimientos verticales también se despuntaran cada 30 cm evitando ramas muy vigorosas y favoreciendo la emisión de nuevas ramificaciones laterales, los primeros despuntes se tendrán que hacer de forma manual para evitar que queden ramas sin cortar, posteriormente se puede realizar un topping para favorecer las ramificaciones y ralentizar el crecimiento vertical.

La poda lateral es sencilla y no requiere una gran inversión de horas por hectárea (1– 1,30), y se realizará con la misma maquinaria podadora de discos rotativos que se usará para el topping. Mediante esta poda conseguimos una pared estrecha y vertical de vegetación, con una anchura que irá aumentando desde los 50 hasta los 75 centímetros.

PODA DE MANTENIMIENTO

La poda durante el periodo productivo busca básicamente los siguientes objetivos:

Mantener una superficie foliar expuesta eficiente y activa para desarrollar el máximo potencial productivo.

Conseguir un balance equilibrado entre el crecimiento vegetativo y la producción.

Facilitar el trabajo de las máquinas cabalgantes de recolección.

Con la poda debe regularse la anchura de este seto hasta una distancia no superior a los 30–35 cm a cada lado. Con ello conseguiremos mejorar las condiciones de iluminación y aireación, lo que facilitará la fructificación, la resistencia a enfermedades, la renovación de las yemas productivas y el balance energético de la plantación. Si la anchura es demasiado grande, se va creando en el interior una estructura envejecida, poco activa desde el punto de vista de la fotosíntesis, que disminuye la eficiencia productiva.

La poda lateral se realizará anualmente, después de la cosecha y antes de la caída de hojas, y en todas las caras, para mantener la anchura en los 70 cm.


Agromillora Group
www.agromillora.com

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