El entorno afecta notablemente a todos los sectores. El que más afecta al subsector del ovino es el llamado entorno VUCA: volátil, incierto, ambiguo y complejo. “Si ahora me dicen a qué precio va a valer la leche en diciembre les diría que no tengo ni idea, pero ni yo ni nadie. Esta es la realidad del entorno en el que trabajamos”, afirmó categórico el catedrático Carlos Buxadé en la Jornada Técnica el Ovino celebrada en Valladolid el pasado 12 de abril.
Ante esta situación, el futuro del ovino se presenta muy complejo y es difícil saber con certeza bajo qué coordenadas se podrá trabajar a medio plazo.
En el ovino de carne, el consumo de proteína animal está en caída desde hace unos años en toda Europa, salvo en Polonia. “La causa de este descenso es la disminución del poder adquisitivo real, que ha descendido notablemente en los últimos 10 años”, explicó En nuestro país, entre 12,5 y 13 millones de personas se encuentran en nuestro país en Riesgo de Pobreza; 4 millones en riesgo de pobreza extrema.
En el tablero también entran también en juego elementos como veganos, vegetarianos, flexiterianos, nuevos alimentos, alimentos a base de plantas, nuevos concentrados… Este es el contexto en el que compiten las carnes animales.
En suma, el ganadero se enfrenta a una situación de sobrecostes. ¿Bajarán en los próximos tiempos? NO. A esto se suma la gran incertidumbre en los mercados: aumento del IPC, cambio de hábitos de consumo, dificultades económicas.
La situación no es buena ni mala, es distinta. Los productores se han transformado en profesionales multiproducto: carne, lana, leche, queso…
Carlos Buxadé
Un problema añadido en el ovino es la estacionalidad de la producción y su consiguiente gran desestabilización de los precios. “El porcino y el vacuno consiguieron desestacionalizar la producción, como no ha hecho el ovino. ¿Cómo lo ha hecho? Mediante la profesionalización y tecnificación”.
¿Qué pasa con el número de ganaderos? Disminuye. Entre el 2022 y el 2021 un 6,9%. No hay relevo generacional. ¿Por qué? Falta de reconocimiento social y falta de atractivo en el sector.
El ovino de carne ha perdido presencia, en España superior al 50%. Su importancia es fundamentalmente logística por su ocupación en zonas de elevada marginalidad, fijación de población y, por consiguiente, generación de riqueza, amigable con el medio ambiente.
A pesar de todas estas cuestiones, Buxadé entiende que “no hay una política rural completa, no hay una política agraria que atienda a las necesidades del sector. El valor en la economía global es tan bajo que las políticas no se preocupan de esta situación”.
