spot_img

La publicación agraria líder

miércoles, abril 24, 2024
spot_img
InicioOtros CultivosEl avellano: nueva propuesta productiva en alta densidad

El avellano: nueva propuesta productiva en alta densidad

Agromillora presenta un modelo innovador para este fruto seco, más eficiente desde el punto de vista económico y ambiental. La investigación apunta que la tecnología puede suplir, en gran parte, la ausencia de condiciones edafoclimáticas óptimas

En España el cultivo del avellano es minoritario si se compara con otras especies de frutos secos. Las zonas de cultivo son muy específicas y presentan una larga tradición que ha experimentado un menor progreso con respecto a otras especies.

Una vía de mejora es transitar hacia plantaciones más eficientes, con mayor grado de mecanización y mayor rentabilidad, que pasa por la intensificación de las plantaciones, la mejora del manejo, la mecanización y la calidad final del producto.

Agromillora presenta un nuevo modelo para la producción del avellano en seto en alta densidad, de la que se dispone de referencias a nivel experimental. Será preciso en los próximos años contrastar el potencial productivo, la tecnología y el comportamiento agronómico con las principales variedades.

En la fase experimental las producciones se han considerado superiores al sistema tradicional debido a la mayor eficiencia del sistema, a lo que se pueden unir las nuevas variedades, más productivas.

avellanoDensidad de plantación

La base del sistema la constituye el aumento de la densidad de plantación. Ello permite, además de una mecanización integral del cultivo, reducir el periodo improductivo y disponer de árboles con volumen de copa más reducido y controlado.

La opción del avellano intensivo en seto supone una innovación interesante, al tratarse de un fruto seco con una demanda creciente. Importantes empresas transformadoras de numerosos países precisan de un suministro consistente, con calidad garantizada, mientras que otras de menor dimensión apuestan por el sello local.

Se trata de reinventar el cultivo con un sistema de producción basado en la eficiencia y la sostenibilidad. Y por supuesto contando con las variedades adaptadas a cada zona. En este contexto, la producción ecológica, por la menor incidencia de plagas y enfermedades con respecto a otros frutos secos, puede aportar un valor añadido.

El avellano es un cultivo muy atractivo para los productores, dado que requiere menos tratamientos fitosanitarios con respecto a los frutales. La recolección y la poda se realizan mayoritariamente de forma mecánica, lo que resulta en menores gastos de explotación.

Para vislumbrar en España un nuevo horizonte de rentabilidad y buenas perspectivas futuras hace falta implementar el ‘know how’ requerido, desde el punto de vista de la producción y la transformación.

De los diferentes factores los más determinantes son el clima y el suelo. La acumulación de horas frío y horas calor necesarias para completar el ciclo anual es determinante. Conocer la pluviometría anual y su distribución en el tiempo también es fundamental si no se dispone de riego.

En la distribución de pluviometría anual se observan en España amplias zonas con lluvias superiores a los 500 mm anuales, a las que hay que añadir importantes áreas regables en numerosas regiones del valle del Ebro, Castilla y León, Extremadura y Andalucía.

En el caso del suelo, pH neutro o ácido, suelos fértiles y bien drenados con un buen contenido de materia orgánica son los óptimos para el desarrollo de su sistema radicular, que es superficial.

El avellano tiene unos requerimientos hídricos inferiores a otras especies frutales. El disponer de la aportación hídrica adecuada en las fases críticas del cultivo -de marzo a agosto se dan las máximas necesidades- es esencial para asegurar las producciones, en cantidad y calidad.

También es cierto que la tecnología del cultivo puede suplir, en gran parte, la ausencia de condiciones edafoclimáticas óptimas. La experiencia iniciada hace cuatro años en Mequinenza (Zaragoza) con la plantación de diversas variedades demuestra que un óptimo manejo del riego y de la fertilización permiten compensar de forma eficiente los factores clima y suelo cuando son distantes de los considerados óptimos.

Sistemas de conducción

Un análisis de la evolución de los sistemas de conducción de las diferentes especies de fruta dulce y seca muestra la tendencia a la intensificación, asociada a una mayor eficiencia y sostenibilidad.

Destacan entre otras ventajas la reducción del periodo improductivo, la mecanización de operaciones como la poda o la recolección y la mayor eficiencia de los inputs. Es decir, sistemas más eficientes y sostenibles desde el punto de vista ambiental y de las rentas de los productores.

Las diferentes especies de fruta dulce han marcado hace décadas la pauta hacia una intensificación progresiva de las plantaciones, árboles más pequeños y copas bidimensionales, ante la necesidad de reducir los costes de producción, en particular de la mano de obra para la poda, el aclareo y la recolección.

En los frutos secos el coste de la recolección no es el más importante, dado que permiten un grado importante de mecanización, por lo que la transición hacia sistemas más intensivos ha sido más lenta. En el almendro, las primeras plantaciones en alta densidad con el uso del patrón enanizante RP-20 se realizaron hace poco más de 10 años; en la actualidad se cuenta con más de 5.000 ha a escala mundial, principalmente en España y Portugal.

Agromillora-4Sistemas de conducción y evolución en avellano

El avellano se ha cultivado tradicionalmente sobre sus propias raíces con variedades bien adaptadas a las diferentes zonas de cultivo. En lo referido a sistemas de formación, el más común en todo el mundo ha sido el vaso de volumen variable, amplios marcos de plantación (10 x 10, 8 x 7, 7 x 6, 6 x 5 m…), árboles multitronco o con múltiples pies, lo que con la poda oportuna permite la renovación y longevidad de las plantaciones.

Las operaciones de poda se realizan manualmente con la eliminación de troncos o ramas secas y el aclareo de la base del árbol. En este sistema muy extensivo los árboles apenas se podan durante los primeros 5 o 10 años.

El hecho de utilizar bajas densidades de plantación, a pesar de mecanizarse completamente la recolección, conlleva una lenta entrada en producción. La utilización de árboles multitronco y voluminosos encarece los costes de producción, en particular la mano de obra para eliminación de rebrotes y conlleva además a que los tratamientos fitosanitarios sean poco eficientes.

Con el envejecimiento de las plantaciones y el no control del volumen de copa este se incrementa progresivamente, aumentando las áreas de sombreo o improductivas, disminuyendo tanto la productividad como la rentabilidad al igual que ocurre en otras especies de frutos secos.

Realizando una mirada a lo acaecido en otras especies leñosas es evidente que queda un largo camino por recorrer en los referido a sistemas de conducción y que este camino pasa por la progresiva intensificación de las plantaciones.

Ello posibilita una entrada en producción más rápida, la mecanización de la poda y una reducción de los costes de producción, manteniendo la productividad. Esta transición hacia árboles más pequeños se inició hace más de una década en EEUU y Chile, donde se pasó en algunas plantaciones comerciales a marcos de plantación más estrechos (5 x 3 o 5 x 2,5 m) para reducir el periodo improductivo, sin apenas poda los primeros cinco años, para pasar a eliminar la mitad de los árboles a partir del quinto año.

Esta experiencia ha servido de base para la propuesta productiva del avellano en seto, mejorándola gracias a la aplicación de la poda anual desde la plantación para así controlar el volumen de copa, adaptarla al espacio asignado y al mismo tiempo reducir el período improductivo sin la necesidad de eliminar la mitad de los árboles.

Considerando los países donde la innovación en la tecnología del cultivo es mayor, se aprecia en los últimos años una clara tendencia en el diseño de las nuevas plantaciones que se traduce en:

Mayores densidades de plantación con la reducción de las distancias entre líneas y entre árboles, pasando a marcos de hasta 5 x 2 m lo que supone un incremento de la densidad de más del 400% y consecuentemente una entrada en producción más rápida.

Árboles de menor volumen con copas controladas mediante poda mecánica y más eficientes en el uso de inputs.

Plantaciones mono-tronco que facilitan el mantenimiento y la poda, reduciendo los costes de producción.

Cultivo mayoritariamente de las variedades sobre sus propias raíces sin injertar.

Desarrollo de nuevas variedades, principalmente en Oregón (USA), que aportan resistencias a determinadas enfermedades fúngicas y bacterianas y mejoras en la producción, el calibre y la calidad organoléptica de los frutos.

El avellano en alta densidad

El almendro en seto o SHD (Super High Density) ha constituido el modelo de referencia para el desarrollo del avellano en seto o en alta densidad. Pero es preciso especificar algunas diferencias notables entre especies y que afectan al sistema de conducción:

-El avellano produce sobre madera de un año, es decir del año anterior, similar al olivo, por lo tanto, diferente de la mayoría de las variedades de almendro que producen en ramilletes de mayo.

-La hoja es de tamaño considerable en comparación con el almendro, por lo que la distribución de la luz en el interior de la copa merecerá una especial atención al diseñar la forma, definir el volumen de la copa y la poda a realizar en árboles adultos.

-Los periodos de diferenciación, inducción floral, crecimiento de la cáscara y del grano son diferentes a los del almendro y deberán tenerse en cuenta en el momento de realizar las podas en verde.

-La recolección no se realiza con máquinas cabalgantes lo que permite un mayor volumen de copa y una forma geométrica diferente.

NOTICIAS RELACIONADAS
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img