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viernes, marzo 29, 2024
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“Es un cultivo cómodo y con buena demanda”

La veza es una leguminosa de la que es incondicional para las tierras que carecen de riego, donde sustituye el barbecho por esta forrajera que siega en verde para ensilar en el mes de mayo
Foto: Del Amo siembra 120 hectáreas de veza.

Fernando Redondo cultiva 400 hectáreas de secano en Maderuelo (Segovia) y otras 100 de regadío en Berlangas de Roa (Burgos). En las fincas segovianas dedica 130 hectáreas a la veza, mientras que en la zona irrigada trabaja diez con alfalfa. Redondo tiene previsto duplicar la superficie de alfalfa. En la explotación pone además remolacha, y cereales como trigo y avena, de los cuales es multiplicador.

Ya ha terminado de sembrar la veza, una leguminosa de la que es incondicional para las tierras que carecen de riego, donde sustituye el barbecho por esta forrajera que siega en verde para ensilar en el mes de mayo. Con esta práctica agronómica elimina malas hierbas y fija nitrógeno de manera natural en el suelo.

“Gasto poco porque no echo herbicida y apenas abono. Y la implantación es en invierno, de manera que los riegos me salen gratis. Además, a finales de mayo tienes libre el terreno. Si llueve me permite preparar un barbecho para verano”, enumera.

La producción media ronda los 10.000 kilos por hectárea, aunque hay campañas en las que ha recogido el doble, como la de 2013. Este año se ha quedado en 4.000 kilos. Pero no se queja: “Tengo las tierras limpias y con nitrógeno para sembrar el cereal”, argumenta. “Es un cultivo muy cómodo, incluso empacándolo”, remata el agricultor.

Redondo, que hace una distribución local del forraje que recoge, ha constatado la demanda creciente del producto. “Todos los años me preguntan si no tengo más”, desvela.

En cuanto al regadío, planifica las siembras de alfalfa para cinco años. Así evita labores. Instala la cobertura de riego y la deja hasta que rota el cultivo ya transcurrido el lustro. Una vez implantada la alfalfa solo le queda regar, abonar, y aplicar herbicida en invierno. Utiliza fertilizantes ricos en fósforo para conseguir más hoja.

El primer corte lo da en verde, entre abril y finales de mayo. A partir de ahí puede comenzar con los riegos para garantizarse otros cuatro cortes. Incluso puede que otro más en octubre. Al igual que la veza, la vende en la comarca a un precio medio por kilo de 0,084 euros. La producción media por hectárea está entre 14.000 y 15.000 kilos anuales.

“En esta zona no le sacas ese rendimiento a una cebada. Hay que hilerar y empacar, pero merece la pena”, asegura. Y durante esos cinco años el suelo gana materia orgánica y nitrógeno.

Leer el artículo 'La veza, cada vez más rentable'

Por su parte, Oscar del Amo y su hermano Alberto gestionan una ganadería con 200 vacas y 250 ovejas, que alimentan en parte con los forrajes que cultivan en fincas de las localidades segovianas de Arcones y Pedraza.

Óscar ha esperado a que llueva para sembrar 120 hectáreas de veza. Mezcla la semilla de la leguminosa con avena y trigo, de manera que la veza se enreda en el tallo del cereal a medida que va creciendo para que en su momento, resulte más fácil la siega.

Abona con abundante estiércol, que tapa antes de la sementera. No echa herbicida. Siega a mediados de mayo, para ensilar la mitad de lo que recoge. Las peores tierras, las que menos carga tienen, las reserva para hacer fardos. Ese forraje se seca mejor y es menos complicado de picar.

La producción propia de forrajes -también pone avena y raygrass- es uno de los puntales de la rentabilidad de la explotación ganadera, aunque el año pasado la cosecha no fue buena. Las heladas a comienzos de mayo perjudicaron mucho al cultivo.

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