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viernes, abril 19, 2024
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Extremar la pericia ante las siembras tardías

Luis de Juan, ingeniero agrónomo y jefe de sección de Leonesa Astur de Piensos (LESA)
El agua caída en esta primavera ha obligado a realizar siembras tardías, sobre todo en el noroeste de la comunidad. El agricultor deberá prescindir de los ciclos normales para cada zona de producción, y algunos lo tendrán difícil para cumplir con las rotaciones
Es por todos sabido que las fuertes lluvias de esta primavera han generado una situación muy difícil en determinadas zonas, sobre todo en la rovincia de León. La problemática afecta a la implantación de especies primaverales, e incluso ha impedido recoger el 100% de la cosecha del 2015, principalmente en el caso de la remolacha y el maíz.

La superficie de terreno agrícola, principalmente de regadío, enfocado para la siembra de especies primaverales requiere un análisis riguroso:

Los terrenos se encuentran -o hasta hace poco tiempo se han encontrado- edafológicamente saturados o con exceso de humedad de suelo, cuando no encharcados o anegados, que no han permitido la realización de labores para desarrollar el lecho de siembra.

Existen zonas, como el caso del Páramo bajo y medio en León, que aún se encuentran sin concluir las obras de reconcentración y modernización de regadíos, lo que ha agravado la situación de encharcamientos, por no estar concluidas las infraestructuras de desagüe o drenaje principalmente. Además de encontrarse un alto porcentaje de superficie a expensas de su amueblamiento para el posterior riego moderno.

Hay escaso abanico de especies primaverales para siembras en estas zonas, y más en condiciones tardías, por lo que algunas especies se tendrán que descartar. Ello supondrá la incapacidad de algunas explotaciones de cumplir con la rotación de cultivos que impone la PAC.

Se está en unas fechas de siembra avanzadas que harán prescindir de los ciclos normales de especies para cada área, imponiéndose forzosamente la predilección por ciclos más cortos o ultracortos de estas especies. De ahí que el agricultor afectado por esta situación tenga que improvisar y definir ciertas estrategias de actuación para la preimplantación, siembra y posterior manejo de los planteles elegidos.

Desde un punto de vista meramente agrícola habrá que salvar las circunstancias y tratar de hacer frente a esta situación para la actual campaña de siembra primaveral. El agricultor deberá poner en uso la pericia y destreza necesaria para que en el menor tiempo posible se puedan obtener unas condiciones lo más ideales posibles para la siembra de aquellos cultivares que haya decidido.

Lo primero será preparar el lecho de siembra y, como siempre, más vale esperar un poco y no producir más problemas en el suelo por precipitarse a realizar labores con exceso de humedad.

Estas labores deben ser las mínimas posibles para adelantar tiempo, si bien su forma y número dependerá de las características de cada terreno: si es fuerte o arcilloso, ligero o arenoso, franco, etc.

Debemos evitar los excesivos pases de aperos para no limitar la zona de progreso de las raíces de la planta y su desarrollo, implicando directamente la disminución de la producción final.

La opción de la siembra directa, mínimo laboreo o con máquinas de discos que permitan evitar el movimiento excesivo de suelo sería una opción viable siempre que los restos de cosecha del cultivo anterior lo permitan.

Entre los posibles cultivos a implantar en zonas de regadío destacan por orden de preferencia y superficie el maíz, girasol, remolacha, alubias, soja y otros nuevos, como el sorgo y el híbrido del sorgo con pasto del Sudán, cuyo destino principal será el forraje.

Ante tal demora, y aunque existen otras opciones, lo más lógico será implantar ciclos más cortos de estas especies, principalmente en maíz y girasol, pero considerando que desde el punto de vista productivo interesa el mayor ciclo de madurez posible. La producción final dependerá igualmente de las condiciones climatológicas que se presenten durante el verano.

El cultivo más afectado por la excesiva humedad en el terreno es el maíz. Por ejemplo en León, con unas 66.000 hectáreas sembradas en 2015, este año se ha planteado la misma superficie para este cultivo aun con los problemas descritos. Sin embargo, vista la situación, todo hace suponer que bajará en cierto porcentaje esta superficie de siembra. Lo mismo ocurre en otras zonas maiceras, como Palencia o Salamanca.

Algunos consejos de siembras tardías de maíz

Algunos consejos para que la merma de rendimientos unitarios sea lo más reducida posible por estas siembras tardías y por utilizar los ciclos más cortos:

La densidad de siembra del maíz debe ser similar a si hubiese sido una fecha normal. Si se reduce la densidad en estas fechas tardías bajará excesivamente la producción final, y si la siembra fuera con una densidad mayor a la referida para condiciones normales, al ser una siembra excesivamente tardía se tendrá un crecimiento de la planta muy acelerado por la rápida acumulación de calor, creándose competencia entre plantas. Estas tendrán un grosor de tallo menor y puede haber problemas de caída antes de la recolección.

El abonado tendrá que ser el mismo que un año común, diseñándolo según las necesidades de nuestro suelo y la producción esperada.

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