El arranque de la patata ha ganado fuerza con el inicio del mes de septiembre, después de un agosto más tranquilo que el del año pasado. La noticia esta vez reside en los precios que recibe el agricultor, que muchas veces se queda en cinco céntimos el kilo, mientras en otras ocasiones la patata para lavado alcanza los ocho o nueve céntimos.
Marco Martín, presidente de la asociación de operadores Asopocyl, prevé que los precios se mantengan a corto plazo, sin recorrido a la baja. Y ello pese a que la patata francesa ya ha hecho acto de presencia en algunas comunidades, como Cataluña o el País Vasco.
En cualquier caso, la razón de los precios actuales reside en el irregular arranque registrado en el sur de la península, con diferentes zonas productoras cosechando al mismo tiempo.
Para Martín, además, una parte de la situación tiene su origen en Castilla y León, donde las siembras se hicieron sin escalonar y, en consecuencia, el arranque se está haciendo de golpe. “Es imposible poner en el mercado 20.000 hectáreas en un mes”, recalca.
Para él, es una ocasión para insistir en la necesidad de constituir una interprofesional. “No es que se le puedan pedir milagros, pero debería echar a andar y luego trabajar para, por ejemplo, planificar las siembras”.
