Fotografía: Patatas de la variedad jaerla en la zona de Herrera de Duero (Valladolid).
El arranque de patata se generalizará en Castilla y León entre esta semana y la que se avecina. Hay muy poca producción -las heladas y tres semanas de fuerte calor han hecho mella en los cultivos- pero buena calidad. Se está recogiendo en torno a un 30% menos kilos que el año pasado. Los precios tampoco relumbran. La no lavada ronda los 7 céntimos, mientras que otras está en la horquilla de 10 y 11 céntimos.
En los próximos días los precios podrían incrementarse poco más, siempre dependiendo de variedades y calidades. El productor nota la presión que le supone la cada vez más acusada demanda de calidad del tubérculo.
La patata que está acabada sale al mercado, pero no hay prisas por sacarla de la tierra a la espera de que pueda valer más. “Los precios están bajos por el colapso de otros mercados. La campaña es muy incierta; no sabemos qué va a pasar. Depende mucho de la calidad de la patata, que ahora es buena”, apunta Marco Martín, gerente de Pamaral Patata y presidente de Asopocyl.
El norte de la Comunidad puede presumir de unos patatales con buena sanidad vegetal, según informa Nicolás Serna, de Cooperativa el Carmen de Montorio (Burgos). Las variedades de consumo sembradas a tiempo llevan quince días de adelanto por el calor, de manera que comenzarán a arrancarse a mediados de este mes. Algunas tempranas incluso antes. Las de siembra también saldrán antes que otros años. El bajo precio es el mayor problema que ve Serna.
En las tierras meridionales de la provincia vallisoletana los cultivos hortícolas -patata, cebolla y otros- además del maíz tienen buen aspecto a juicio de Armando Caballero. “Está todo bueno, pero otra historia es el precio que empiezan a tener, como sucede con la patata”, advierte el presidente de Cocetra.
