Vocarraje es una bodega familiar. Abdón Segovia es el encargado de campo, mientras que Sari, Ruth y Belén están al frente de contabilidad, marketing, ventas… Vocarraje SL es una empresa de servicios vitivinícolas fundada a principios de los 80, cuando se produjo la revolución en el sector vitivinícola en Rueda. Segovia es una referencia en la prevención y tratamiento de las enfermedades de madera en el viñedo
-¿Cómo ha afectado al viticultor el estado de alarma?
-Respecto a la vendimia y la contratación de personal ha supuesto más gastos: todo lo necesario respecto a los equipos de protección individual, mascarillas, guantes jabones desinfectantes… También ha supuesto un aumento de vehículos para el traslado a los viñedos, paradas intermitentes de los distintos grupos para no coincidir en los almuerzos, limpieza y desinfección de los vehículos material cajas… El resto del año, con el personal fijo, también se ve incrementado el gasto.

-¿Se han resentido mucho los mercados?
-Mucho. Con el cierre de la hostelería ha afectado tanto en ámbito nacional como en la exportación.
-¿Cómo van las ventas?
-Cero ventas a hostelería. Las ventas ‘online’ han subido, pero un porcentaje muy pequeño. Nuestras ventas principales son a grupos y vinos a medida, que han subido puesto que son consumidores finales, para tomar en casa.
-¿Hay más existencias almacenadas de las deseables?
-Sí, hasta un 50% más.
-¿Los precios?
-Tenemos que bajarlos para subir ventas.
-¿Han servido para paliar los problemas las ayudas de la Administración (poda en verde, almacenamiento, destilado…)?
-No, la vendimia en verde solo se puede hacer manual, y el personal cuesta lo mismo que la ayuda que te dan para no obtener nada. Tener un vino precintado por un precio tan bajo no es una ayuda para bodegas pequeñas.
-¿No fueron suficientes entonces?
-No.
-¿Echáis alguna otra ayuda de menos?
-Sí, para los equipos de protección individual, cursos de la covid, desplazamientos, ventas ‘online’, la suspensión de algunos impuestos…
-¿Qué previsiones manejan respecto a cómo irá todo esta campaña?
-Cuando sigues invirtiendo, y los impuestos siguen llegando, y no hay ingresos, va a peor. El campo no se puede abandonar y seguimos con las mismas labores. Los gastos son los mismos y las ventas de la uva no se verán hasta el momento de la recogida. Es difícil prever.
-¿Repuntarán los mercados?
-Es muy difícil. El vino no es primera necesidad y hay muchos ERTE y muchos sectores tocados y cerrados.
-¿Serán necesarias otra vez ayudas de la Administración?
-Sí, son necesarias.
-¿Qué puede hacer el viticultor para salir adelante de todo esto?
-Lo que se ha hecho toda la vida: trabajar, intentar no gastar y no rechistar. Es complicado, porque si vendes la uva, no está lo suficientemente bien pagada… Si haces bodega tienes que elaborar y después vender ese vino.
Belén Segovia, encargada de Administración y Ventas en Vocarraje también tiene claro que “este año ha sido más complicado aún”. Se refiere a que han tenido en campo dos inspecciones de trabajo “con cuatro inspectores y ocho guardiaciviles rodeando a los vendimiadores para que nadie se moviese”.
Una escena que califica como “aterrorizante”. “Dicen que es por la covid, cuando tenemos la campaña más dura de nuestra vida, con miedo a la situación, más gastos que nunca y la mayor protección para nuestros empleados y nuestras propias familias. Nos analizan desde arriba para ver que las pocas empresas que intentamos sobrevivir, nos pisan y nos exprimen más. Dos meses de campaña dedicándolos a recopilar documentación para los señores inspectores, en vez de dedicarnos a realizar nuestro trabajo”, lamenta.
“Y el resultado final para sacar dinero de alguna parte. Con esto le acompañaron dos inspecciones de riesgos laborales y otras dos de sanidad. Si siguen apretando los pocos que quedamos, iremos también detrás”, vaticina.