Ricardo Ortega
La cooperativa Acor finalizó la campaña el 20 de enero, después de 109 días de arranque y molturación de remolacha. La planta de Olmedo recibió 1.233.600 toneladas de remolacha tipo, obtenidas a partir de 1.119.200 toneladas físicas. La riqueza media obtenida por los socios fue de 17,64 grados y el presidente de la entidad, Jesús Posadas, definió la campaña como “moderadamente buena”, con un rendimiento en campo de 108 toneladas tipo por hectárea.
La recolección y recepción “ha sido una de las más regulares y constantes de los últimos años”, lo que ha permitido alcanzar dos cifras récord: la de máxima recepción en un solo día (más de 18.000 toneladas y 757 camiones descargados) y la de molturación media en fábrica, que ha terminado en 10.300 toneladas diarias.
Incrementar la superficie de cultivo
Cuatro días después de finalizar la campaña, la cooperativa comenzaba un nuevo periodo de contratación, con el objetivo declarado de superar las 12.000 hectáreas de cultivo.
El empeño del nuevo equipo al frente de la cooperativa, encabezado por Posadas, es el de seguir apostando por el precio de la remolacha, con todo el esfuerzo que sea posible para mejorar el precio que recibe el socio.
El reto es importante, sobre todo si se tiene en cuenta la dificultad de ampliar la superficie en un año de transición de la Política Agraria Común, de la que depende un PDR que ya no incluye la ayuda a la remolacha. Por este motivo, “es posible que algún agricultor que desee acercarse al cultivo posponga la decisión hasta las siembras de 2023, ya dentro de la nueva PAC”, analiza el coordinador del Servicio Agronómico y de Cultivos, Javier Narváez.
El ‘suelo’ de la cooperativa son las 11.460 hectáreas de remolacha de la campaña anterior. A partir de ahora se inicia una andadura que debería situar a la entidad en las 12.500 hectáreas, una superficie considerada adecuada para optimizar el trabajo de la cooperativa en general y de la molturadora de Olmedo en particular.
Esta meta se podría alcanzar ya con las siembras de 2023, con una nueva PAC y con unas ayudas que, en su conjunto, podrían incluso superar a las actuales. Y en un contexto de buenos precios del azúcar en la Unión Europea, que como mínimo se prolongará a lo largo de 2022. Ahora mismo, los precios ya superan a los de 2017, cuando desapareció el sistema de cuotas.
“Esperemos que se confirme esa tendencia y que Acor pueda generar beneficios, de modo que pueda haber retorno cooperativo”, subraya Javier Narváez. Se verá el 30 de junio, cuando la sociedad cierre el ejercicio económico.
Costes de producción
En la nueva campaña de siembras también puede pesar el elevado coste de los insumos, sobre todo de energía y fertilizantes, “que afecta al conjunto de los cultivos, pero de forma especial a la remolacha”, según el responsable de Acor.
En realidad, esta subida no ha pillado desprevenida a la cooperativa, que desde hace años considera una prioridad ajustar al máximo la energía empleada, así como los nutrientes que se aportan al cultivo, “algo a lo que se dirige el propio PDR al exigir análisis de suelo”. Se acabaron los tiempos de altísima rentabilidad de la remolacha, tiempos en los que el agricultor abonaba con absoluta alegría, dando por sentado que a más nutrientes la planta daría más azúcar.
“Hoy conocemos muy bien la remolacha y sabemos que las cosas no son tan sencillas”, apunta Narváez, para quien “los inputs se han optimizado al máximo y poca mejora se puede producir desde el punto de vista del ahorro”.
El precio de la remolacha
Más allá del objetivo de regresar al retorno cooperativo, Acor sigue garantizando al socio unos ingresos mínimos de 45 o 45,50 euros, en función del tipo de carga que se realice. “Por eso seguimos animando a pasar este bache y aprovechar el buen momento que vive el precio del azúcar. A medio plazo, además, estoy convencido de que la remolacha será un cultivo más en las nuevas zonas de regadío de provincias como Palencia o Salamanca”, subraya Narváez.
“No puede ser de otro modo, ya que el agricultor sabe lo va a cobrar por el cultivo, y a partir de 2023 las nuevas ayudas del PDR animarán a un escenario más favorable para la remolacha”.
Las ventajas del socio
Para Narváez, el no socio está ante la oportunidad de adquirir en el mercado participaciones de la cooperativa, con lo que pasaría a ser socio por muy poco dinero. A partir de ahí se beneficiaría de un buen número de ventajas, como el precio mínimo de 45,5 euros por tonelada, el avance de campaña de hasta mil euros por hectárea o el asesoramiento por parte del Servicio Agronómico y de Cultivos.
Su apoyo es “fundamental” para el socio, que lo recibe de forma gratuita, con cargo a los fondos sociales. Este departamento desarrolla una importante labor de investigación en materia de variedades, de fertilización… no solo en remolacha, sino también en colza y girasol. Cuenta con doce técnicos a disposición del socio para cualquier incidencia, y de él depende el sistema de módulos para el arranque.
El 70% de la superficie de la cooperativa se acoge a este sistema de módulos. Lo coordina el servicio a partir del mes de septiembre, con una planificación en función de cómo se encuentran los suelos, cuándo se sembró e incluso las propias preferencias del agricultor.
El de arranque es un servicio que facilita la vida al agricultor, “liberado de la tensión de coordinarse con los maquinistas”.
Su labor acaba con el último riego y, a partir de ahí, los técnicos pondrán en marcha el servicio. Con la ventaja adicional de que las labores se realizarán en el menor tiempo posible: Acor enviará el número de camiones que sea necesario para que la recogida se produzca cuanto antes.
