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viernes, marzo 29, 2024
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Asaja advierte del “duro golpe” que supondrá la reforma eléctrica para el regadío

La organización agraria denuncia la falta de información hacia el sector agrario de las nuevas tarifas que entrarán en vigor en junio. La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (Asaja) se suma al malestar generado por las reformas energéticas que pretende el Gobierno y pide que reconsidere su decisión de elevar la factura eléctrica a los regantes.

Ante las nuevas normativas sobre la modificación de tarifas para el regadío, Asaja denuncia la falta de información hacia el sector agrario de los cambios que surtirán un aumento de los costes en las explotaciones de regadío de nuestra provincia. Estas modificaciones que entrarán en vigor el 1 de junio incluyen la desaparición del término de potencia fija, que contrataba la horquilla de uso del 85% hasta el 105%, provocando un incremento de coste del 15% en la factura sobre este concepto los meses de no regadío.

Además, los tramos horarios para el regadío se complican, aumentando de tres a seis horas y quedando más dispersos. Se modifica también el sistema de penalización por sobrepasamiento de tramos horarios sin que los agricultores sepan cuáles son las sanciones de los posibles excesos que puedan cometer para paliarlos y rectificarlos. Por último, aparece un nuevo concepto para la penalización por consumo, energía reactiva capacitiva, que generará nuevos costes hacia el regante.

Las siguientes gráficas se corresponden con los períodos de tarificación de riegos, la primera es del año 2020 y quedará en desuso a partir del 1 de junio. La segunda gráfica es la que entrará en vigor y será obligatoria para este 2021.

Asaja considera imprescindible la puesta en marcha de un desarrollo reglamentario teniendo en cuenta el carácter estacional del regadío y la aplicación de la Ley de medidas urgentes contra la sequía, publicada el 7 de marzo de 2017 en el Boletín Oficial del Estado. En su disposición final tercera se recogía que los regantes cuenten con dos potencias eléctricas distintas a lo largo del año, en función de las necesidades del agricultor y de sus cultivos.

Esta medida venía a paliar en parte el grave problema que se creó en 2008 con la desaparición de las tarifas especiales de riego. Se debe escuchar las necesidades de los regantes, pues precisan de una elevada potencia para bombear agua durante los meses de riego, pero al acabar la campaña, siguen obligados a utilizar la misma potencia contratada, y por ello, pagando un coste muy alto durante los meses en que no la usa.

Esta decisión no supone ningún beneficio para el medio rural, tan afectado por la despoblación, sumado al momento de crisis económica global. Además, Asaja aporta estos datos, de importante consideración, pues la densidad de población es hasta tres veces superior en zonas de regadío de alta intensidad respecto a zonas de secano, siendo el número de incorporaciones de jóvenes agricultores hasta 6,5 veces superior en estas zonas de regadío.

La reforma pretende entrar en vigor a partir del 1 de junio, siendo el reflejo de esta subida inmediata y directa no solo en los gastos del agricultor, sino también en las limitaciones que supone para invertir en la optimización y modernización del regadío o en energías renovables para mejorar la sostenibilidad, pues los agricultores tendrán que hacer frente a mayores gastos en el suministro eléctrico para producir lo mismo.

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