Se percibe una cierta aclimatación del mercado a la situación de guerra, de modo que va tomando sus propias decisiones, sin estar atenazado por el miedo. Aporta tranquilidad el anuncio del acuerdo para que Ucrania siga sacando su producción desde los puertos del Mar Negro.

Continúa la saturación en los puertos españoles, lo que impide la llegada de nuevas mercancías. Resulta muy difícil descargar nuevos barcos, lo que se puede convertir en un factor bajista.
Otras circunstancias que pueden contribuir a una bajada en los precios son la inflación, la debilidad del dólar y la menor demanda china, fruto de las estrictas medidas para contener la Covid.
También tendrán su papel en este escenario la bajada en el precio del petróleo y las grandes reservas acumuladas por Rusia, que acabarán fluyendo a los mercados.
Mientras tanto, en el interior de la península nos encontremos en una situación casi inédita: gran parte del cereal sigue esperando en los almacenes.
Hasta ahora no ha salido en dirección a la periferia porque no podía competir con el grano guardado en los puertos. A medio plazo se puede traducir en cierta pesadez en las operaciones.