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jueves, abril 25, 2024
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El Encuentro Agroprofesional de CAMPO CyL en Saldaña analiza la realidad de la legumbre

  • CAMPOCyL organiza, de la mano de ITACYL, Vitartis y el Banco Santander, un ciclo de 9 jornadas de trabajo que recorren la región acercando a los profesionales del campo y a empresas más representativas del sector
  • Productores, industria y administraciones han desgranado los retos a los que se enfrenta actualmente un sector relevante para la Comunidad, que cuenta con ocho figuras de calidad

María Álvarez. Después de analizar los sectores del viñedo, la huerta y el porcino ibérico en las provincias de Valladolid, Segovia y Salamanca, les ha llegado el turno a las legumbres, un sector relevante para Castilla y León.

Bajo la premisa del diálogo, CAMPOCYL ha organizado el cuarto de sus Encuentros Agroprofesionales en el Ayuntamiento de Saldaña (Palencia). Una jornada de trabajo en la que se ha analizado la actualidad del sector de la legumbre y sus retos en la Comunidad. La situación de los mercados, producción del cultivo, la relación entre el productor y la industria o la innovación dentro del sector son algunos de los temas sobre los que han conversado los productores, empresarios agroalimentarios e instituciones reunidos.

El Ayuntamiento de Saldaña ha acogido el cuarto Encuentro Agroprofesional de CAMPOCyL

En el encuentro han participado Adolfo Palacios, alcalde de Saldaña; Jorge Llorente, director del ITACYL; José Andrés García Moro, presidente de I.G.P Lenteja Tierra de Campos; Apolinar Castellano, presidente I.G.P. Alubia de la Bañeza -León; Javier Penelas, director de Legumbres Penelas; Nicolás Armenteros, director técnico de la Agrupación de Legumbres de Calidad; César Reales, gerente de Agropal; Iván Cadenas, socio fundador de Triticum; José Vidal, agricultor de Villán de Tordesillas; Benigno Pérez, agricultor de Villanueva del Monte, y Piedad Rojo, del Banco Santander. La reunión ha estado moderada por el director de CAMPOCyL, Máximo Gómez.

Déficit de producción

El consumo de la legumbre ha crecido sustancialmente en los últimos años. Los datos hablan de un 25% desde 2018. España consume actualmente 185.000 toneladas de legumbre al año, de las cuales “alrededor de un 60% son importadas del exterior”, según ha señalado Nicolás Armenteros, director técnico de la Agrupación de Legumbres de Calidad.

Nicolás Armenteros, director técnico de la Agrupación de Legumbres de Calidad

Nuestro país produce menos legumbres de las que demanda el consumidor y en consecuencia los distribuidores tienen que llamar a las puertas de los grandes productores mundiales: EEUU, Canadá, Argentina y México.

Esta dependencia externa ve su reflejo en la relación entre el productor y la industria. “Para fijar el precio de los contratos que firmamos con el agricultor, se toman como referencia los precios de la importación”, ha destacado Javier Álvarez, director de Legumbres Penelas. Unos precios que, sin embargo, “no recompensan el esfuerzo extra de trabajar bajo la premisa de un distintivo de calidad”, se lamentaba Apolinar Castellano, presidente I.G.P. Alubia de la Bañeza.

Esta idea también la comparte el productor José Vidal, agricultor de Villán de Tordesillas y productor de lenteja: “el agricultor apostaría por la lenteja si los precios estuviesen al alza”.

Reto: mayor investigación          

Más allá de los precios de venta, otro de los problemas que lastran al agricultor de legumbre es la productividad. “Se trata de un cultivo muy volátil en cuanto a precios y producciones”, destacaba Benigno Pérez, agricultor de Villanueva del Monte.

En este punto, la investigación se presenta como el gran reto que tiene que abordar el sector. “Para que el agricultor apueste por este cultivo necesita que sea rentable y esa rentabilidad pasa por un aumento de la productividad”, justificaba Iván Cadenas, socio fundador de la compañía Triticum.

Una productividad “que no ha avanzado al mismo ritmo que en otro tipo de cultivos con los que compite”, destacaba César Reales, gerente de Agropal. ¿El motivo? Todos los participantes coinciden en la falta de investigación.

César Reales, gerente de Agropal

Un ejemplo es la situación que están viviendo los productores en la IGP Alubia de la Bañeza, quienes “están teniendo problemas de enfermedades y plagas, ocasionados por una semilla que es deficitaria”, como ha expresado su presidente Apolinar Castellanos. En consecuencia, los productores apuestan por nuevas variedades de legumbre procedentes de otros países más resistentes a las plagas. Se estima que en esa IGP cerca de un 60% de las 4.250 ha sembradas este año no son autóctonas.

En este punto, Carmen Asensio, investigadora y jefa de la unidad de cultivos herbáceos del ITACYL, ha instado a los productores a utilizar variedades mejoradas, resultado de las investigaciones del Instituto. Además, apunta a un nuevo problema: “las empresas de semillas no encuentran rentabilidad en la fabricación de estas variedades mejoradas porque el productor tiende a utilizar su propia semilla”.

También se requiere mayor investigación en la recolección del producto de forma mecanizada. Un problema que afecta de diferente forma a las distintas áreas productoras de la Comunidad.

Apoyarse en la calidad

Más allá de los retos a los que ha de enfrentarse, el sector es optimista. “Tenemos un momento de gran oportunidad, en el que se apuesta por la sostenibilidad, la ecología, en el que se tiene en cuenta el valor nutricional de los alimentos y en el que se está aumentando la demanda de productos halal”, afrimaba José Andrés García Moro, presidente de I.G.P Lenteja Tierra de Campos.

Es, como dice, Jorge Llorente, director general del ITACYL, “un cultivo a favor de corriente: fijador de nitrógeno, proteico nutricionalmente y un producto competitivo en lo agronómico”.

Jorge Llorente, vicenconsejero de Desarrollo Rural y director general del ITACYL

Partiendo de las bondades del producto, es necesario apoyarse en la promoción para que la demanda continúe creciendo. “Los consumidores confían en la calidad y están dispuestos a adquirir el producto de calidad a un precio superior”, destacaba Llorente.

La calidad es una máxima que está asegurada en el sector de la legumbre, sobre todo en Castilla y León. La Comunidad cuenta con cinco Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) y tres marcas de calidad.

José Andrés García, presidente de la IGP Lenteja Tierra de Campos

Para José Andrés García Moro, presidente de I.G.P Lenteja Tierra de Campos, la clave está ahí: “en ser capaces de trabajar en calidad diferenciada”, al mismo tiempo que se favorece la unión “para aglutinar todas las legumbres de la Comunidad bajo una única marca de Castilla y León”.

El papel de la administración

Del mismo modo que las administraciones regionales, las locales también juegan un papel importante en la construcción del sector agroalimentario del futuro. Adolfo Palacios, alcalde de Saldaña, ha narrado el ofrecimiento de los alcaldes de la comarca de “terrenos para realizar campos de ensayo que ayuden a mejorar el cultivo, al mismo tiempo que financian las siembras y las semillas”.

Las entidades bancarias también tienen una relevancia importante en el desarrollo del sector. Piedad Rojo, responsable del área agroalimentaria del Banco Santander en Castilla y León, ha detallado que la entidad financió con más de “420.000 millones de euros al sector agroalimentario el pasado año”, una cifra que pretenden mantener o incluso incrementar en este ejercicio, mediante la apuesta por la digitalización y la sostenibilidad.

¿Tiene cabida el ecológico?

El consumidor demanda ecológico. “El crecimiento de este tipo de productos se duplica cada año”, señalaba Javier Álvarez.

A la pregunta lanzada por el director de CAMPOCyL, Máximo Gómez: ¿El consumidor apuesta por el ecológico más que por la figura de calidad? La respuesta unánime es sí.

En este sentido, los participantes denuncian que hay menos diferencia entre el ecológico y las legumbres de Castilla y León que en los cultivos de fuera de las fronteras europeas, debido a que la normativa comunitaria es extremadamente exigente en el uso de agentes químicos.

Por ejemplo, José Vicente Alcántara, jefe de área de Legumbres de Campal, ha contado que están teniendo un problema en el control de las malas hierbas en el cultivo de lentejas que no se subsana con ninguno de los tratamientos permitidos y que requiere tratamientos excepcionales más allá de la normativa estricta de la UE.

Unidad y objetivos claros

A pesar de los retos a los que ha de enfrentarse en sector, “no podemos seguir viviendo en el ay”, decía César Reales. “Tenemos que tener una visión a largo plazo, un horizonte y unos objetivos claros. Necesitamos estructurar el sector, organizarnos mejor, potenciar la investigación en semillas, conseguir mejores producciones y saber comunicarnos mejor con el consumidor”, añadía.

Todo ello, apostando por la colaboración público-privada y apoyados en la investigación, “siempre de la mano del productor”.

Con esta idea concluía también Nicolas Armenteros: “si no tenemos ensamblaje entre productor e industria no vamos a ningún lado”. Además, ha avanzado que ya se está empezando a promover una interprofesional del sector.

La legumbre en Castilla y León

La Comunidad cuenta con más de 22.000 hectáreas actuales de alubias, lentejas y garbanzos, que producen más de 31.000 toneladas. Se trata de un cultivo que mueve anualmente 65 millones de euros en la Comunidad.

Castilla y León es referencia en la producción de legumbres de calidad, el 90% de la producción nacional sale de la región. La comunidad cuenta con 8 figuras de calidad: 5 IGP y 3 marcas de calidad.

Las IGP son la Lenteja de Tierra de Campos, el Garbanzo de Fuentesaúco, la Lenteja de la Armuña, las Judías de El Barco de Ávila y la Alubia La Bañeza-León. Además, cuentan con el aval de una marca de calidad el Garbanzo de Valseca, Judión de la Granja y el Garbanzo de Pedrosillo.

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