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viernes, abril 19, 2024
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¿Es otoño el momento de plantar leñosos?

El periodo previo al invierno es una de las épocas aptas para ampliar nuestra explotación hacia la producción de frutos secos. El nuevo árbol deberá detener su crecimiento para no ser vulnerable a posibles heladas, advierten desde Agromillora

Cada vez es mayor el número de agricultores dedicados a los cultivos tradicionales que giran la mirada hacia los leñosos, una opción atractiva desde el punto de vista del manejo, pero sobre todo teniendo en cuenta la rentabilidad. Resulta oportuno destacar algunas cuestiones relacionadas con estos cultivos, para despejar dudas y para poner el foco en sus ventajas frente a otras opciones de cultivo.

¿Cuándo es la mejor época para plantar frutales?

En realidad son dos las épocas del año aptas. Una de ellas es la primavera, siempre que se eviten las fechas de más calor y con la absoluta necesidad de disponer de agua para realizar los primeros riegos una vez realizada la plantación.

La otra es el otoño, cuando deberemos estar seguros de que el árbol ha detenido su crecimiento. “Si el árbol se planta estando en pleno desarrollo será extremadamente vulnerable a una helada”, advierte Benjamín Crespo, delegado en la Zona Norte de Agromillora, una de las empresas que están liderando la expansión de estas producciones.

De hecho, cuando un cliente desea plantar en este periodo, la compañía saca los almendros del vivero para que detengan su desarrollo y se aclimaten, de modo que se puedan trasplantar a su ubicación definitiva.

¿Valen todos los suelos para el cultivo leñoso?

Quien desee poner, por ejemplo, almendros en su explotación deberá en primer lugar analizar qué variedad se adapta mejor a su zona y a su suelo.

También deberá escoger bien la zona de plantación para evitar zonas proclives a las heladas, como los valles, además de desterrar algunos tópicos, como el de destinar los suelos más pobres a este cultivo. “El almendro necesita un suelo lo más rico posible, como cualquier cultivo, pese a que tradicionalmente era relegado a las peores fincas, consecuencia de una mentalidad cerealista”, señala Crespo.

¿Cómo es de rentable la inversión?

La rentabilidad ha sido, precisamente, la palanca que ha ido llevando al agricultor a modificar su mentalidad. “Se va dando cuenta de que el almendro puede ser diez veces más rentable que un cereal de regadío, de modo que le compensa situarlo en un buen suelo”.

“Un cereal de riego puede dejar un beneficio de entre 400 y 500 euros por hectárea, mientras que el almendro en seto, a los precios actuales, se pueden obtener 3.000 euros netos”, señala el responsable de Agromillora. En producción ecológica, además, ese beneficio puede ser del doble.

Esa rentabilidad es lo que hace que la inversión en almendro esté rentabilizada normalmente al cuarto año, o al quinto como máximo, cifras que permiten decir a Crespo que España y Castilla y León “son más competitivos en frutos secos que Francia o Alemania, por las horas de sol, mientras que en cereal no lo son”.

¿Cómo será el panorama a medio plazo?

Con vistas al futuro, si cambia la PAC la rentabilidad del cereal se puede ver comprometida, algo que no sucederá con los frutos secos, cuyo consumo va a al alza y es previsible que siga creciendo, dadas sus cualidades nutricionales.

A este respecto, Crespo recuerda que España es el principal consumidor per capita del mundo, con cerca de 1,5 kilos de frutos secos al año, mientras que algunas regiones del mundo son gigantes dormidos, como en el caso de China, “que cuando despierte se convertirá en gran demandante de estos alimentos”.

¿Y lo ecológico?

Dentro de la tendencia a demandar más frutos secos como alimentos saludables y de calidad, lo ecológico es un paso más.

Castilla y León presenta unas condiciones para el cultivo ecológico que no tienen otras zonas productoras, según Crespo, gracias sobre todo a disfrutar de un clima seco y de unas heladas invernales que funcionan como eficaz fitosanitario.

Por ejemplo, uno de los formatos idóneos para el almendro ecológico está en los denominados secanos frescos, donde este tipo de árbol supone una opción muy rentable cuando se beneficia de un buen suelo y de cierta humedad, con una pluviometría coherente.

Por eso desde Agromillora se anima a muchos agricultores a apostar por el almendro ecológico, siempre que dispongan del asesoramiento adecuado, tanto para el manejo como para realizar los tratamientos autorizados.

¿Qué es el almendro conducido en seto?

Un almendro conducido en seto permite plantar cerca de 2.000 árboles por hectárea gracias a una alta densidad, en un marco de plantación de tres o cuatro metros entre calles y un metro o metro y medio entre árboles.

En este tipo de conducción el seto alcanza una altura de unos 2,7 metros, lo que permite emplear la misma maquinaria que en el viñedo.

Además, permite una mecanización total de los trabajos y que la planta entre en producción de forma temprana, cuando tenga apenas dos años. Con tres o cuatro años estará en plena producción, y así se mantendrá durante al menos dos décadas.

Para Benjamín Crespo, una de las ventajas del seto es una máxima eficiencia, puesto que todo su muro vegetativo es productivo. “El contraste es muy grande con respecto a los árboles de grandes dimensiones”, señala.

La clave está en el portainjerto Rootpac 20, de Agromillora, con escaso vigor y una alta capacidad de producción, puesto que el desarrollo de la planta no se dirige a tener un gran tallo, sino una gran producción de almendras.

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