Tormentas y temperaturas a la baja este fin de semana en la mayor parte de las zonas productoras de Castilla y León. En varios puntos del valle del Duero las máximas pueden caer diez grados entre el viernes, el día más caluroso, y el domingo.
El calor da una tregua a unos cultivos que están sufriendo mucho, y que en el caso del cereal no ha llegado a crecer como otros años. Es algo que no sucede en comunidades próximas, con una Castilla-La Mancha y un valle del Ebro donde el calor sigue apretando, dentro de la tónica prevista para este mes de mayo por Aemet.
La entrada del aire fresco desde el oeste y su colisión con las capas de aire cálido incrementarán la inestabilidad, con la generalización de chubascos en toda Castilla y León.
Se trata de lluvias escasas, con una media de unos seis litros por metro cuadrado, lo que va a significar muy poco después de más de cien días sin una lluvia relevante.
Tomando las capitales de provincia como referencia, la de Salamanca es la única en la que no se prevén lluvias. Son cero litros que, por comparación, hacen que los tres milímetros por metro cuadrado que se esperan en Ávila parezcan un regalo del cielo.
Se esperan cuatro litros en las ciudades de Valladolid y Palencia, y cinco milímetros en Soria. En esta ocasión, León solo recibe un litro, aunque su zona fue la mejor tratada el fin de semana pasado, con cerca de diez.
Por el contrario, en Ponferrada pueden caer ocho litros este sábado, lo mismo que en Segovia capital.
El panorama es muy dispar en la provincia de Burgos. De norte a sur, en Miranda las nubes pasarán de largo dejando apenas un litro, en Burgos capital se esperan diez y en Aranda, siete.
Atención al caso de Lerma, en plena celebración de la Feria del 1 de Mayo, donde el sábado pueden caer ocho litros.
