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miércoles, abril 24, 2024
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Gestionar el abonado para no meterse en líos

Con la llegada de 2023 el agricultor se mete de lleno en un nuevo esquema de trabajo, con herramientas como el cuaderno digital de explotación (CUE) o el plan de fertilización. Analizamos las claves del nuevo entramado, que parece complejo pero no lo es tanto si atendemos al objetivo principal: reducir las aplicaciones mientras mantenemos -o aumentamos- la producción

José Ángel Cortijo. Fertiberia

Este artículo pretende ser una llamada de atención para que el agricultor conozca el futuro cercano que le viene y que va a cambiar la forma de hacer la cosas. La intención es informar y no asustar, teniendo en cuenta el gran número de normas que se ha aprobado en poco tiempo. Algunas de ellas no están comentadas por una evidente falta de espacio.

José Ángel Cortijo. Fertiberia
José Ángel Cortijo

Con las normas que llegan desde la Unión Europea la fertilización va a cambiar de forma importante en este 2023. Entre ese entramado legislativo destaca el llamado Pacto Verde Europeo, que prevé la reducción de los fitosanitarios en un 50% y de la fertilización inorgánica en un 20%. El proceso de transición debe finalizar antes de 2030.

Esto sitúa al sector en una encrucijada importante, puesto que reducir el aporte de fertilizantes se va a traducir de forma directa en un descenso de la producción. Ya hay estudios de universidades que valoran este descenso en un 15%, a no ser que se gestione muy bien qué aportamos y el avance de los fabricantes de fertilizantes hacia productos más eficientes.

A partir de este cuadro general, el agricultor está obligado a realizar una gestión adecuada de la fertilización. ¿Cómo? La gran novedad reside en que debe contar con un plan de abonado.

¿Cuándo entran en vigor las normas?

No es cuestión de aburrir con legislación, pero sí es recomendable que el agricultor busque en internet, para su consulta, los reales decretos de Nutrición Sostenible de Suelos Agrarios (RD 1051/2022) y el que establece el Sistema de Información de Explotaciones Agrícolas, SIEX (RD 1054/2022).

Este sistema entra en vigor en julio de 2023, aunque desde el punto de vista agronómico lo hace el 1 de septiembre.

Desde esa fecha el cuaderno de cultivo en papel desaparece, de modo que el único existente es el cuaderno digital para quienes tengan más de 30 hectáreas de cultivo o pasto permanente, así como quien tenga más de cinco hectáreas de regadío o más de diez de cultivos permanentes o parcelas de invernadero. En esa fecha la administración está obligada a tener a disposición del agricultor esa herramienta digital.

Por cierto, el mismo día entran en vigor las nuevas exigencias respecto a los fitosanitarios, con la obligación de apuntar en el cuaderno digital cada nueva aplicación. Ojo, con solo un mes para registrar cada paso a partir del momento de aplicación.

Más allá de esa fecha, el 1 de septiembre de 2024 el cuaderno digital será obligatorio para todos.

¿Y si estoy en zona vulnerable?

Ahora mismo, el agricultor de Castilla y León que trabaja en zonas vulnerables debe contar con un plan de fertilización, con unas dosis de abonado que debe notificar y que deben entrar dentro de los parámetros que establece el Programa de Actuación de Zonas Vulnerables diseñado por la Consejería de Medio Ambiente. No es poca cosa, puesto que la comunidad cuenta con más de un millón de hectáreas agrícolas afectadas.

Dicho esto, si el agricultor debe contar con un plan de fertilización, parece congruente que en la actualidad lleve un cuaderno de cultivo y que se pase al digital a partir del próximo 1 de septiembre.

La nueva PAC

Los miles de folios de la nueva PAC también guardan una estrecha relación con el abonado. Entre otras cosas, porque dos de los ecorregímenes requieren contar con ese plan.
Nos referimos a las parcelas de regadío que se acojan al ecoesquema de ‘Agricultura de carbono y agroecología’ o al de ‘Espacios de biodiversidad’.

El agricultor que opte por uno de ellos debe olvidarse de los plazos mencionados, puesto que su obligación es desde ya.

¿Cómo realizo mi plan de abonado?

Como el agricultor ya sabe, hay dos formas para diseñar el plan de abonado: lo puede realizar un ‘asesor en fertilización’, figura creada por el real decreto de nutrición sostenible, o elaborarlo él mismo por medio de un programa informático avalado por el Ministerio de Agricultura o la comunidad autónoma.

Por cierto, debemos felicitarnos de que, hoy por hoy, la única comunidad que ha puesto en marcha esa herramienta sea Castilla y León. Se trata de Sativum, el desarrollo informático que permite gestionar toda la información de parcelas agrícolas y que convierte a nuestra región en la más avanzada en este aspecto.

Nueva fertilización a partir de 2024

Como se va viendo, la introducción de los nuevos requerimientos está siendo gradual, pero llegará un momento en el que la nueva forma de abonar será obligatoria para todos: será el 1 de septiembre de 2024.

A partir de esa fecha ya no podrá abonar con ligereza, llenando el remolque con el producto que nos quieran vender en el almacén y, en algunos casos, aportando el fertilizante a ojo de buen cubero.

En la nueva etapa la fertilización requerirá un plan de abonado elaborado antes de la siembra, que abarque el conjunto de la explotación y que se base de forma realista en la producción esperada, así como en los correspondientes análisis de suelo y agua de riego.
Ese plan será riguroso y exhaustivo, pero no tanto como para diseñarlo parcela por parcela: se elaborará teniendo en cuenta cada unidad homogénea de cultivo (UHC).

Siempre sin perder de vista que uno de los objetivos del decreto sobre nutrición sostenible es el de limitar las aportaciones de nitrógeno en forma ureica, de modo que se reduzcan al máximo las emisiones a la atmósfera.

¿Cada cuánto haré un análisis de suelo?

Señala la normativa que el análisis de suelo es obligatorio, siempre con una antigüedad máxima de cinco años en las parcelas de regadío. El plazo es de diez años en el caso de las parcelas de secano. Todas esas parcelas están descritas en el Registro de Explotaciones Agrarias (REA).

¿Y el abono orgánico?

Uno de los objetivos del nuevo marco normativo es el de incrementar los niveles de materia orgánica en el suelo, algo que Castilla y León necesita como agua de mayo. Por eso el decreto sobre nutrición sostenible pretende dar valor a los subproductos ganaderos; quien decida aportar purines o estiércoles deberá conocer qué elementos está aportando.

Por ello deberá encargar un análisis de ese subproducto (prohibido hablar ya de residuo) o acudir a las tablas oficiales aprobadas por la Junta.

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