Ricardo Ortega
“Se puede decir que ya hemos pasado la crisis producida por la liberalización del sector en 2017; el precio del azúcar no volverá a caer del mismo modo y se puede mirar al futuro con optimismo”. Lo dice el consejero delegado de Azucarera, Juan Luis Rivero, que ha pilotado la compañía en los años más difíciles, con un descenso muy severo del precio internacional del azúcar y un cambio en las condiciones ofrecidas al agricultor que soliviantó a muchos.
Rivero es aficionado al fútbol, seguidor del Atlético de Madrid, y resulta sencillo establecer una paralelismo entre su condición de colchonero y el espíritu competitivo, sufridor, de alguien que ha contribuido a poner la remolacha en el lugar que le corresponde. “Nuestra visión es ahora optimista, desde el conocimiento de la realidad”, subraya.
“En España, contamos con unos agricultores muy competitivos, que conocen muy bien el cultivo, al igual que las empresas que trabajan en el sector o entidades como Aimcra”, con un fuerte respaldo técnico al cultivo. Tampoco hay que perder de vista, dice, que los rendimientos de la remolacha en Castilla y León son la envidia del mundo.
“Se suele ver la necesidad de regar como una desventaja, pero también se puede percibir como una oportunidad para mejorar el cultivo y hacerlo más competitivo; el riego nos ha obligado a tecnificar el cultivo”, recalca Rivero, en comparación con Francia. “Es un país en el que no se riega y que, por lo tanto, no tiene capacidad para reaccionar en un momento dado”.
Por eso considera que la remolacha va a seguir siendo un sector tremendamente competitivo, que va a seguir fijando actividad y empleo en el medio rural. Como ejemplo, las tres plantas de Azucarera en Castilla y León suman 245 trabajadores fijos discontinuos, a los que hay que sumar lo que supone el mantenimiento de las fábricas, el transporte…
También está la oportunidad que brinda su papel ambiental, al absorber gases de efecto invernadero, “pero también con la oportunidad de consumir el producto de aquí para evitar el transporte desde otros países, con el correspondiente ahorro de CO2”.
Campaña de siembras
La campaña de siembras en el sur de España está dejando buen sabor de boca a los responsables de Azucarera, con unas buenas sensaciones que se pueden trasladar a la mitad norte, “sobre todo porque la campaña remolachera está yendo muy bien aquí”.
Con vistas a la contratación para la campaña 2022-2023, la ambición de Azucarera es la de adaptarse a las necesidades del agricultor. “El año pasado hemos conseguido casi cien agricultores nuevos, que no eran expertos en el cultivo pero sí veían atractivos los contratos flexibles que ofrece Azucarera”, apunta Rivero.
En la mitad norte cerca del 50% de los agricultores que trabajan con Azucarera se acogen a este tipo de contrato, especialmente en la zona de Toro. “Todo ello nos hace ser optimistas, tener buenas sensaciones en relación con la nueva campaña de siembras”, recalca.
Un modelo basado en el precio del azúcar
En las últimas semanas el precio del azúcar ha alcanzado los 500 dólares, lo que ronda los 440 euros. Esos precios siguen una línea ascendente y por eso Azucarera sigue apostando por su modelo, en el que el dinero recibido por el agricultor está vinculado al precio del azúcar.
“Aun así, los agricultores a los que no convenza este modelo siempre tienen la posibilidad de escoger un contrato con un precio fijo, uno en el que compartir los ingresos a partir de cierto umbral de rendimientos o el sistema por el que comparten con nosotros las diferentes labores”, apunta Rivero.
En todo caso, “está claro que cuando el azúcar tiene un buen precio nuestra compañía tiene más capacidad para adaptarse a la situación del agricultor”.
Incorporación de jóvenes y mujeres
Los técnicos de Azucarera ya están en contacto con el agricultor con vistas a la contratación. La previsión es que la superficie de cultivo crezca, ya que la propuesta de la compañía es “más ambiciosa” que en años anteriores.
Con el nuevo año se trabaja con intensidad para captar a nuevos agricultores, de forma especial jóvenes y mujeres. La compañía les ofrece tanto el apoyo para conseguir la financiación de las inversiones como la bonificación de los intereses de esos préstamos.
Por otra parte, Azucarera, junto con los equipos de Agroteo y Aimcra, les ofrece un servicio reforzado específico de acompañamiento en todas las fases del cultivo.
El papel de Agroteo
A través de Agroteo se ofrecen diferentes modelos de lo que se llama el cultivo compartido. De todos los servicios que propone al agricultor, lo más atractivo para quien se acerca a la remolacha por primera vez es la ayuda a la financiación, ya que se le apoya en las inversiones que debe acometer en relación con el riego, la maquinaria, etc.
Agroteo abarca todos los servicios que puede necesitar el agricultor, y se abre a modelos de contrato muy dispares para que exista la máxima flexibilidad. “Porque al agricultor le interesan los ingresos, lógicamente, pero también la comodidad. Por eso desde Agroteo se le hace cualquier labor del campo que considere complicada, o en la que no tiene experiencia”, recalca Rivero.
Otro dato para el análisis. “En la campaña 2021-2022 hemos comprobado que muchos nuevos agricultores que se acercaron al cultivo con un apoyo importante de Agroteo se han pasado al modelo estándar porque se han animado a realizar ellos mismos las labores”.
También se valora mucho el apoyo administrativo, relacionado con la gestión de ayudas, la formación, el cumplimiento de la normativa en materia sanitaria… del mismo modo que el servicio de agricultura de precisión, que se ofrece de forma gratuita y permite la dosificación más eficiente en capítulos como el abonado, el agua, los tratamientos…
En cuanto a los costes del agricultor, los mayores esfuerzos se están realizando en relación con la eficiencia energética y el riego solar, en un proyecto desarrollado por Aimcra y Agroteo.
Los beneficios de la tecnología
Esta última campaña ha sido buena, sin especiales problemas sanitarios. No solo ha funcionado bien Aimcra, sino que se han visto los beneficios de la agricultura de precisión, de la elección de variedades… El resultado han sido unos resultados homogéneos, con muy buenas sensaciones para el futuro inmediato.
