Ricardo Ortega
“Si conoces a tu enemigo y te conoces a ti mismo, no deberías temer el resultado de mil batallas”. En esta célebre cita de Sun Tzu en ‘El arte de la guerra’ reside la clave de bóveda de toda política de sanidad vegetal en viñedo.
“Debemos conocer qué patógenos están implicados y cuál es su ciclo de vida, lo que nos permitirá saber cuándo actuar”, señala David Ruano, investigador de Itacyl que interviene este miércoles en Agrotecnológica, en la Feria de Valladolid.
Ruano ofrece una ponencia sobre ‘El futuro de la prevención de plagas y enfermedades y el apoyo en la toma de decisiones en agricultura’. En su análisis de las enfermedades del viñedo, sobre todo en relación con las enfermedades de la madera, la piedra angular “reside en la prevención, tanto en la actualidad como el futuro”.
Se trata de un enfoque “realista”, dado el conocimiento que se tiene de las enfermedades de la madera, como la yesca, para las que está “complicado” conseguir un tratamiento efectivo. “Todo ello nos lleva a abordar la cuestión desde el punto de vista de la gestión integrada de plagas”.
Por ejemplo, desde el punto de vista de la fertilización “hay técnicas preferibles al entierro de restos de poda”, que desde un punto de vista sanitario es preferible eliminar, ya que en ese material vegetal se pueden generar “estructuras de resistencia”, donde a corto plazo se generarán esporas que propaguen la enfermedad.
“Es preferible aportar materia orgánica al suelo en forma de compostaje”, recalca de forma tajante el investigador.
“Cuando hablamos con los viticultores afectados los encontramos desesperados ante las enfermedades; perciben que desde la Administración no hacemos nada”, subraya Ruano, para quien la respuesta a esa preocupación reside “en contextualizar todo el problema y que el viticultor sepa por qué es tan compleja su gestión”.
David Ruano es investigador principal del proyecto europeo Visostec, que toma su nombre de Viñedo sostenible y tecnológico. Se basa en la búsqueda de alternativas para la lucha contra las enfermedades de madera en la vid, algo que resulta “crucial” por la ausencia de materias activas efectivas y autorizadas para hacerles frente. “Es una de las mayores demandas del sector, ya que son un problema en aumento”, recalca.
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