María Álvarez.
Los datos no mienten. Una amplia mayoría de los jóvenes que se están formando en la Escuela Universitaria de Ingeniería Agrícola de Valladolid tienen pensado emprender tras terminar sus estudios. En concreto, más de un 76% ha manifestado su intención de lanzarse a un nuevo negocio agrario o a continuar con la explotación familiar.
Estos datos se desprendieron del tercer encuentro del Plan de Apoyo al Emprendimiento, promovido por la Diputación de Valladolid junto a la Asociación del Polígono San Cristóbal, que se celebró el pasado martes en INEA. Una jornada que buscaba acercar el autoempleo a los jóvenes y habitantes del medio rural, un verdadero nicho de oportunidades en el que operan numerosas compañías encargadas de la producción, la transformación agroalimentaria o la logística.
Diferentes entres y organismos relacionados con el emprendimiento participaron en una mesa redonda intercambiando sus conocimientos y experiencias, al mismo tiempo que se aporta información de utilidad para el desarrollo de una compañía, en un diálogo abierto a todos los asistentes.
El debate estuvo formado por Félix Revilla, director de INEA; José Fernández, gerente de la Asociación del Polígono San Cristóbal; Juan Carlos García, técnico de Iberaval Valladolid; David Pérez, director de Ce Consulting; Yolanda Sánchez, técnico de la Cámara de Comercio de Valladolid; Pady Miranda, propietaria de Las Cortas de Blas; David Vallejo, director técnico de O2 Agricultura; Ángel San Juan, gerente de Prados Hondos, y, como moderador, Máximo Gómez, director de CampoCyL.
Asentar población en el medio rural
“El emprendimiento en el medio rural es la mejor forma de asentar población en el territorio”. De esta forma arrancó la jornada José Fernández, gerente de la Asociación del Polígono San Cristóbal. En este sentido, los jóvenes están llamados a tener un papel imprescindible en el freno a la despoblación en el medio rural y es ahí donde el emprendimiento es una herramienta clave.
En este punto, la Cámara de Comercio de Valladolid puede ayudar a los jóvenes en su labor de emprender. Yolanda Sánchez, técnico de la organización habló a los alumnos sobre sus métodos de trabajo, que constan de dos fases: “por un lado, esta la fase de LA IDEA en la que pedimos al emprendedor que busque algo diferencial, como puede ser la calidad o el apoyo en las nuevas tecnologías; en segundo lugar, está la parte ADMINISTRATIVA, en la que nos centramos en estudiar las formas jurídicas o los trámites necesarios para emprender”.
Este plan de empresa “es imprescindible para determinar la viabilidad del negocio”, señaló Juan Carlos García, técnico de Iberaval Valladolid. En este sentido también se expresó David Pérez, director de Ce Consulting: “es muy importante formarse en aspectos como Recursos Humanos o gestión financiera. Además, las empresas consultoras existimos para facilitar ese trabajo”.
Adquirir una cultura de trabajo
Ángel San Juan, gerente de Prados Hondos, después de estudiar en INEA se hizo cargo de la explotación familiar que hasta ese momento gestionaban su padre y su tío. Los inicios no fueron fáciles: “en aquel momento la empresa daba pérdidas, con el cambio de titularidad y varios cambios que implementé en la gestión conseguí solventar los problemas”, explicó Ángel.
La clave del su éxito está en el trabajo. “Tienes que asegurarte de hacer las cosas bien, el dinero llega después. Primero hay que adquirir una cultura del trabajo”, concluía.
Emprendimiento como forma de vida
Pady Miranda, propietaria de Las Cortas de Blas, es un ejemplo de emprendedora empedernida. Después de su experiencia como formadora en INEA, decidió transformar un viejo gallinero en un albergue con granja escuela: Las Cortas de Blas.
Tras esa aventura puso en marcha en 2009 una cooperativa de productos ecológicos y comercio justo; en 2015, su hermano y ella se hicieron cargo de la explotación familiar agrícola y ganadera; por último, han decidido cerrar el ciclo con una quesería en la que utilizar la leche de sus propias ovejas.
Formarse y tener actitud
Para David Vallejo, director técnico de O2 Agricultura, la clave está en formarse y tener actitud. David trabajó por cuenta ajena después de terminar sus estudios en una empresa de fitosanitarios, semillas y abonos. 6 años después decidió emprender junto con un amigo.
La clave del éxito “está en diferenciarte, bien con un servicio o asesoramiento, como es nuestro caso, y en tener actitud y ganas de trabajar”, apuntó David.
Con el emprendimiento en el punto de mira
Son jóvenes y aún están estudiando, pero ya lo tienen claro. Los estudiantes de INEA quieren emprender en su futuro laboral. Así lo muestran los datos de la encuesta realizada por CAMPOCyL durante la jornada de emprendimiento.
De los 101 alumnos que participaron, 37 tienen el objetivo de emprender y 40 de hacerse cargo de la explotación familiar. Solo un 23% (24 alumnos) tienen intención de trabajar por cuenta ajena.
Al sector agrario ya no solo se dedican los hijos de los agricultores. Cerca de un 50% (45 de 101 alumnos) de los estudiantes que participaron en el encuentro no son hijos de agricultores.
