El panorama bélico marca los índices de volatilidad en el escenario internacional. En los últimos días se han registrado ligeras subidas en los mercados de futuro; pequeños matices alcistas consecuencia de la falta de actividad en los puertos del Mar Negro, así como del pequeño retraso en las siembras de maíz en EEUU y Brasil.


Tampoco podemos olvidar que en Norteamérica una primavera seca y fría puede afectar a la evolución, y a los rendimientos, de los cereales de invierno.
El mercado español está paralizado. Las necesidades de la industria están cubiertas a corto plazo y los compradores se mantienen a la espera, pero no podemos perder de vista el ‘piloto’ rojo que parpadea para recordarnos nuestra principal duda: si habrá mercancía suficiente para llegar sin ahogos hasta la cosecha.
No es probable que haya desabastecimiento, pero sí se pueden producir tensiones en los precios. Las existencias no son demasiado grandes y, en caso de que la industria acuda al mercado exterior, los precios podrían registrar un alza importante en el mercado interior.
Pocas existencias y precios elevados de los nitrogenados, con una urea situada por encima de los 1.100 euros por tonelada, lo que va a complicar las coberteras en el regadío.