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viernes, marzo 29, 2024
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InicioCerealPendientes de los gastos de producción, del cielo… y de Ucrania

Pendientes de los gastos de producción, del cielo… y de Ucrania

Ajenos a las preocupaciones de los agricultores, la colza y el cereal permanecen en parada invernal. Pero muy pronto se pondrán en marcha, y entonces necesitarán agua y unos nutrientes cuyos precios están disparados. Éramos pocos… y apareció Putin

Ricardo Ortega

El campo está frío, seco y asustado, con unos costes de producción disparados y una situación mundial que puede llevar a un cambio de escenario en cualquier momento. Una nueva ola del coronavirus o una guerra en la otra punta de Europa puede alterar los mercados y tener consecuencias imprevisibles.

La semana pasada el cereal había repuntado de nuevo. Los abonos se han aportado “con relativa normalidad”, destaca José María Santos, de Urcacyl, para quien el que peor lo pasa es el ganadero, con costes de producción muy altos y un precio de venta que sigue bajo. Y luego está el tiempo atmosférico. “El cereal puede tener un problema si las temperaturas suben y el cereal se pone en marcha de nuevo, pero sin agua”, apunta.

Obdulio Barba, de Pozoantiguo (Zamora), aprovecha el tiempo tranquilo para ir preparando el lecho de siembra para las próximas siembras, desde el guisante y la remolacha hasta el girasol. “Los ritmos los marca el tiempo atmosférico y, al no llover, se pueden adelantar determinadas labores”, subraya. En su municipio, dentro de la comarca de Toro, cayeron 140 litros en diciembre. En enero fueron nueve litros, que permitieron que el suelo conservara la humedad y se pudiera “sazonar”.

Por eso se dedicó a pasar el rodillo, de modo que el suelo conservara ese estado. De todos modos, “sería mejor que lloviera, ya que existe la preocupación de si tendremos agua suficiente”. En la misma provincia, Raúl Alonso, de Villanueva del Campo, destaca que tanto trigo como cebada han nacido y se han implantado de forma correcta. Ahora solo necesitan agua y nitrogenado.

Un 20% menos de abono de fondo

Rubén Bueno, de Villar de Gallimazo (Salamanca), destaca que el cereal está en buen estado, beneficiándose de un invierno frío y seco. De hecho, no siente que haya prisa por la lluvia hasta finales de febrero. Está por ver cómo se comportará un cereal que se abonó en fondo, aunque menos que otros años. La cooperativa de la que forma parte, Tierra Charra-Alta Moraña, vendió un 20% menos de NPK.

Algunos han empezado las coberteras, pero son pocos y, de hecho, parece un poco pronto. Él prevé que el aporte de nitrogenado se reduzca del mismo modo que el abono de fondo. Hay que tener en cuenta que si en la cobertera te dejas entre 130 y 150 euros por hectárea te puedes estar comiendo la mitad de la producción de un año normal.

“Mucho peor si baja el precio del cereal o si sacas 800 kilos por hectárea, como sucedió hace pocos años”, apunta. Por eso se plantea una campaña en la que va a minimizar los insumos. Si las heladas del invierno actúan como fitosanitario, mejor que mejor.

El cereal lleva más de diez días de fuertes heladas en la provincia de Salamanca, de modo que se está poniendo difícil aportar el nitrógeno y aplicar el herbicida, ya que ambas labores requieren algo más de calor, recuerda José Antonio Marcos, de Campal.

Hay preocupación por la falta de lluvia y por el incremento en los costes de producción, “que están fuera de lugar”. Por eso se abonará, pero con miedo, porque el coste del abonado se puede llevar el valor de una cosecha media. Por eso muchos están “rezando” para que al menos tengamos un buen año de producciones. O haciendo cálculos para cubrir costes apoyándose en el seguro de rendimientos.

Fertilizantes de liberación controlada

Raúl Campo, de Calahorra de Boedo (Palencia), celebra que por el momento el cereal tiene lo que necesita: temperaturas bajas y escasa humedad. En la comarca de Boedo los inviernos húmedos son muy malos porque tiene suelos que retienen mucho la humedad. También por eso nitrógeno y herbicidas se aportan más tarde que en otras zonas.

Muchos agricultores que compran los insumos en Agropal están comprando abonos de liberación controlada, aunque él no es muy partidario. En cuanto a herbicidas, muchos agricultores palentinos han echado más que otros años, aunque solo haya sido porque no llovía y ha habido tiempo para realizar todas las labores. El herbicida ha dado muy buenos resultados.

En el Cerrato se abonó de fondo con normalidad, aunque algunos almacenes han buscado fórmulas con menos nitrógeno y fósforo. “No solo por el precio, sino pensando sobre todo en las zonas vulnerables a la contaminación por nitratos”, apunta Carlos Lobejón, de Agropal. Las fórmulas también aportaban menos potasio, aprovechando que ese elemento se da de forma natural en el suelo de la comarca.

La cebada se sembró unas dos semanas más tarde de lo habitual, hasta finales de diciembre, tratando de evitar el bromo, una mala hierba que antes tenía sus fechas de aparición, pero que en los últimos tiempos aparece casi en cualquier momento, lo que trastoca la planificación de las siembras.

La principal herramienta contra esta adventicia es la rotación de cultivos, según Lobejón. Por su parte, el volteo siempre es una posibilidad, pero él no se muestra partidario de acabar la siembra directa mientras haya otras posibilidades.

¿Y si tuviéramos un mal año?

En Ataquines (Valladolid), Ángel López de la Fuente destaca el buen estado del cereal, que ya está esperando algo más de calor y alguna lluvia. Algunos agricultores de la zona ya han hecho el abonado de cobertera, y en algunos casos puntuales ha habido problemas de suministro.

Mientras tanto, en Geria, Miguel Ángel Martínez espera el momento propicio para echar el nitrógeno, solo que el tiempo no acompaña y el precio del nitrato anima a esperar. Le parece un escándalo que los abonos hayan triplicado su precio, de modo que “como haya una mala cosecha a la mayoría nos mandan para casa”, dice entre bromas y veras.

En el valle del Esgueva ha llovido la mitad que en otros puntos de Valladolid. Honorato Calleja destaca la presencia muy extendida de bromo, que no se puede tratar por las heladas. Las primeras siembras tuvieron algún problema porque el suelo no estaba en buenas condiciones, pero la sementera posterior fue muy bien.

En la Moraña, Luis Corona ara estos días las parcelas que dejará en barbecho. Tenía brotes de cereales anteriores, además de vallico y bromo. Esta última hierba es muy difícil de controlar. Su experiencia le dicta que la mejor fórmula es rotar con otros cultivos que no sean cereal, como la colza o el guisante. “La gente de antes era sabia; salía adelante con muy pocos gastos, y hoy cada día tenemos más problemas”, apunta.

El cereal, eso sí, parece este año más retrasado que otras veces, pero está sano y bien implantado. En la comarca de la Bureba ya se está abonando. Cayó algo de agua en enero, que se vino a sumar al agua de diciembre. Los agricultores no escatiman en abonado porque estas son tierras productivas: se busca ir siempre a la máxima producción.

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