Ya están en marcha las obras de modernización de la zona regable de Villarnera de la Vega, en la comarca leonesa de la Vega del Tuerto, donde el regadío es “lo único que nos permite subsistir”, señala César Pan, regante y presidente de la cooperativa de patata Prodeleco.
El proyecto ha sido impulsado por Itacyl y adjudicado por 1,59 millones de euros, pero ha seguido un trámite muy largo, “que ha atravesado el mandato de cuatro consejeros de Agricultura”.
Fue en 2006 cuando el consejero José Valín, “un hombre muy inteligente”, propuso dinamizar la zona con una actuación en 2.000 hectáreas de la margen derecha del riego de Villameca, entre Astorga y La Bañeza.
Fue un proyecto que se peleó pueblo por pueblo, “y solo el regante de Villarnera de la Vega fue capaz de entender la importancia del proyecto”, que incluía la construcción de siete balsas. Una de ellas está ahora en construcción.
“Hoy todo son problemas”
“Los regantes de la localidad han sido los impulsores de todas las modernizaciones realizadas en la vega del Órbigo”, recalca Pan, quien lamenta que hoy en día sería impensable sacar adelante un proyecto como el concebido entonces, “tanto por los costes como por la sensibilidad hacia el impacto ambiental de estas iniciativas”.
“Hoy todo son problemas y solo cambiaremos de opinión cuando pasemos hambre, algo para lo que ya falta poco”, advierte. “Pero la gente debe darse cuenta de que los alimentos salen del campo, y de que son más económicos cuanto más cerca están del consumidor”.
Para el regante de Villarnera la inversión planteada hace años resultaba muy costosa, pero se han realizado cambios en el proyecto, como la introducción de paneles solares, “con lo que tendremos una amortización más barata que cualquiera”.
Servirá para regar la margen derecha del río Tuerto, mientras que la margen izquierda se riega con agua del Órbigo. En seis meses se actuará también allí, “lo que nos vendrá bien para subsistir”, ya que a día de hoy “no tenemos garantizada el agua más allá del 15 de agosto”.
Las obras de modernización “traen vida” a la vega. “Sin ellas tendemos a desaparecer”, recalca César Pan.
