Alfonso Palomo. Director comercial de Octaviano Palomo
Mientras los precios siguen subidos a su particular montaña rusa y en el sector la palabra más repetida es la de ‘incertidumbre’, se van produciendo novedades que podrían llevarnos a un nuevo escenario, de precios más competitivos.
En Sudamérica la sequía ha causado una importante caída en la producción de maíz, pese a lo cual Brasil ha incrementado la superficie de siembra; si la meteorología es normal el país dispondrá de un stock récord que llevará a suavizar los precios.
Continúa la amenaza de Vladimir Putin de abrir o cerrar el grifo del gas -o el flujo de cereal- para presionar en las negociaciones. En caso de que ese diálogo fructifique de algún modo y Europa consiga relajar la presión sobre las fuentes de energía, las materias primas terminarán por ceder.
Se vislumbra una caída del precio del petróleo a corto plazo, consecuencia de un proceso inflacionario, que nos aboca a un menor consumo.
Ucrania ya ha sacado 105 barcos cargados gracias al corredor acordado con Rusia. Podemos hablar de cierta fluidez en sus exportaciones, a un ritmo de 4,5 millones de toneladas al mes, no tan lejos de los 6 millones anteriores a la guerra.
La inflación ha detenido algunos movimientos especulativos y en España ya se cuenta con precios competitivos en los puertos a partir de enero. Por eso nadie quiere cerrar operaciones para más allá de ese horizonte: los compradores aún esperan que los precios bajen más.
Los fertilizantes alcanzan valores históricos, que no van a ceder. Es poco probable que haya desabastecimiento, pero sí escasez, con lo que los abonos existentes estarán sometidos a una subasta diaria.
¿Cultivos alternativos, menos demandantes de fertilizante? Es cierto que la PAC que entra en vigor el 1 de enero privilegia a las leguminosas, con lo que cabría esperar una subida importante de cultivos como la veza.
Pero la cosecha de 2021 ha sido muy escasa y, de nuevo, hay que hablar de escasez de semilla, que estará a precios desorbitados.