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jueves, marzo 28, 2024
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Variedades de vid resistentes a mildiu y oídio: una posibilidad real

E. Barajas*, S. Vélez, J.A. Rubio · Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León

Enfermedades fúngicas como el mildiu (Plasmopara viticola) y oídio (Uncinula necator) causan graves pérdidas en el viñedo mundial. Alguna de las dos, o ambas, aparecen de forma endémica en la mayor parte de las zonas vitivinícolas. Los métodos de control de estas dos afecciones están basados en la aplicación de fungicidas a base de cobre y azufre.

La aplicación de azufre no está limitada, aunque tiene una serie de inconvenientes como la afecciones para el aplicador (es irritante para los ojos, las vías respiratorias y la piel), derivas en su aplicación si existen las mínimas condiciones de viento, fitotoxicidad cuando la temperatura y humedad son elevadas y posibles efectos adversos para la fauna auxiliar (Bernard et al., 2010; Sagüés et al., 2017).

Por otro lado, la aplicación de cobre está limitada a 4 kg/ha y año en agricultura con certificación ecológica (Reglamento CE 889/2008), pudiendo ocasionar similares inconvenientes que la aplicación de azufre. Además, los residuos de este tipo de fungicidas que quedan en la uva pueden causar problemas posteriores en la fermentación de los mostos y la aparición de aromas desagradables (Kwasniewski et al., 2014). Por tanto, conseguir un producto final de calidad con bajas o nulas concentraciones de estos compuestos y más sano en comparación con la producción convencional es un reto para el sector vitivinícola (Cravero, 2019).

En los últimos años, han aparecido diferentes iniciativas para la mejora del material vegetal de vid (Fernández et al., 2014), obteniéndose nuevas variedades resistentes a factores bióticos tales como el mildiu y el oídio, cuyos mecanismos de resistencia han sido obtenidos a través de cruzamientos del género Vitis con el género Muscadinia por procedimientos de mejora clásica, introduciendo genes de resistencia a cada enfermedad (Vezzulli et al. 2019).

Estas variedades no pretenden proporcionar un cultivo con cero tratamientos, ya que la propia evolución de los patógenos puede superar en mayor o menor medida los mecanismos de resistencia que se introducen en las variedades. Sin embargo, dependiendo de la presión de la enfermedad, las aplicaciones fitosanitarias se reducirían considerablemente, con el consiguiente beneficio económico y ambiental que ello supone.

El vino elaborado con las variedades obtenidas mediante cruces con géneros no viníferas tendrá que mostrar unas características organolépticas óptimas en las que no exista un marcado sabor “foxé” (metil antrianilato), un elevado aroma a confitura de fresa (furaneol) y un contenido de alcohol metílico inferior a los niveles máximos permitidos por la UE.

El objetivo de este trabajo es evaluar la respuesta a la infección natural de mildiu y oídio de 9 variedades obtenidas a través de un programa de retrocruzamiento secuencial, con alto porcentaje del genoma de Vitis vinifera, y menor proporción de otras Vitis spp. Las 9 variedades son Fleurtai, Soreli, Sauvignon Kretos, Sauvignon Nepis, Sauvignon Rytos, Cabernet Eidos, Cabernet Volos, Merlot Khorus y Merlot Kanthus. También se han estudiado dos variedades tradicionales a modo de testigo, Verdejo y Tempranillo en un ensayo situado en Valladolid durante el año 2019.

Material y métodos

Las variedades estudiadas proceden de un programa intensivo de hibridación realizado por la Universidad de Udine (Italia) con el fin de obtener variedades resistentes al mildiu y al oídio.

Estas variedades son el resultado de un retrocruzamiento secuencial, dando un alto porcentaje del genoma de Vitis vinifera y, en una proporción minoritaria, no más del 5-10% de otras Vitis ssp. que contribuyen a los genes de resistencia a las enfermedades (mildiu y oídio). Estas variedades y los patrones sobre los que se ha injertado son:


Fleurtai sobre 1103-P (blanca).
Soreli sobre 1103-P (blanca).
Sauvignon Kretos sobre 1103-P (blanca).
Sauvignon Nepis sobre 1103-P (blanca).
Sauvignon Rytos sobre 1103-P (blanca).
Cabernet Eidos sobre 1103-P (tinta).
Cabernet Volos sobre 1103-P (tinta).
Merlot Khorus sobre 110-R (tinta).
Merlot Kanthus sobre 110-R (tinta).


También se han estudiado dos variedades tradicionales de cultivo a modo de testigo como son el cultivar Tempranillo (tinta) sobre patrón 1103-P y el cultivar Verdejo sobre 110-R (blanca). El diseño experimental es en bloques al azar con 4 repeticiones de cada variedad y una parcela elemental de 15 cepas. Durante el ciclo vegetativo no se ha aplicado ningún tratamiento fitosanitario en el viñedo.

El ensayo experimental, plantado en 2018, se localiza en la finca Zamadueñas, perteneciente al ITACyL, en el término municipal de Valladolid, a una altitud de 695 metros sobre el nivel del mar. Las plantas están dispuestas en un marco de plantación de 2,8 m x 1,2 m (2976 cepas/ha). Están conducidas en espaldera, y se están formando con un sistema de poda en cordón Royat bilateral. La orientación de las filas es Norte-Sur +25º (NNE-SSO).

El viñedo fue cultivado en régimen hídrico deficitario mediante aplicación semanal por goteo de aproximadamente el 30% de la evapotranspiración de referencia (ETo), desde principios de julio hasta finales de septiembre. Ese régimen favorece la no aparición de hongos, de modo que atenúa en parte los resultados del ensayo, como reconocen sus autores. El suelo es de pedregosidad media-alta, sin limitaciones físicas ni químicas en profundidad, lo que le confiere buen drenaje y adecuada velocidad de infiltración.

Este estudio se llevó a cabo durante la campaña 2019. Los datos termo-pluviométricos fueron recogidos en la estación meteorológica situada en la propia finca. En la época de maduración se ha evaluado en cada planta de cada variedad la afección, de acuerdo a las escalas basadas en las directrices EPPO para la evaluación de eficacia de fungicidas.

Para conocer la presión de afección de mildiu se ha seguido el modelo de crecimiento del hongo propuesto por Goidanich (1959), que presenta una tabla de evolución diaria en la cual, para cada temperatura, se fija un crecimiento diario del hongo en función de la humedad relativa media (mayor o menor del 75%).

Cuando se produce una contaminación por lluvia, bien por su cercanía bien por ser superior a los 10 litros, a partir del día siguiente se inicia la valoración del crecimiento diario, que se irá sumando hasta llegar al valor 100, momento en que el periodo teórico de incubación finaliza y la contaminación del hongo se evidencia por las manchas de aceite y la fructificación asexual.

Resultados y discusión

Según el protocolo establecido por Goidanich para conocer la presencia de mildiu en hoja y teniendo en cuenta los datos climáticos recogidos en la estación meteorológica más cercana (<1 km), el 20 de julio se presentó una alerta en la que se cumplían los condicionantes compatibles con mildiu.

Se comprobó en el viñedo, pero no se observó ninguna afección severa. Según los autores, no fue un año de incidencia de mildiu y es probable que las resistencias se vean mejor cuando haya una alta presión de enfermedades.

Sin diferencia entre variedades

Los resultados observados en cuanto a la afección de mildiu no han mostrado diferencias estadísticamente significativas en las diferentes variedades estudiadas, presentado todas las variedades valores de incidencia por debajo del 5%.

También es cierto que las plantas son jóvenes y aún no podemos sacar grandes conclusiones. Existen dos grupos de variedades según la escala EPPO: un grupo que ha mostrado presencia muy baja (<5%) de mildiu en hoja, tales como Fleurtai, Soreli, Sauvignon Kretos, Sauvignon Nepis, Verdejo, Cabernet Eidos, Cabernet Volos y Merlot Khorus; y un grupo de variedades que no han mostrado presencia alguna de mildiu (0%), tales como Sauvignon Rytos, Merlot Kanthus y Tempranillo.

Cabe destacar que la variedad que ha mostrado mayor porcentaje de afección de mildiu ha sido la Cabernet Eidos, presentando una incidencia de 2,42%, mientras que el resto de cultivares que han mostrado síntomas de afección se encuentran por debajo del 0,3%.


En cuanto al oídio, los resultados han mostrado diferencias significa-tivas entre las variedades estudiadas. La que ha presentado más afección ha sido Tempranillo, que ha mostrado una incidencia del 69,6%.

En un nivel 5 de valoración según la escala EPPO, se encuentran los cultivares Verdejo, Merlot Khorus y Cabernet Volos, que han presentado porcentajes de afección de 43,7%, 35,4% y 29,1%. Con un nivel 4 según esta escala, se encuentra el cultivar Sauvignon Kretos, con una afección del 21%.

Con porcentajes de afección de 6,6% y 5,1%, se encuentran Soreli y Cabernet Eidos.

Por último, con porcentajes menores al 1% se sitúan Fleurtai, Sauvignon Nepis, Sauvignon Rytos y Merlot Kanthus. Estas dos últimas son las variedades que no han mostrado afección alguna. En cuanto a la calidad del vino, se podrá valorar en cuanto se disponga de microvinificaciones.


*Trabajo presentado al II Simposio Ibérico de Ingeniería Agrícola Hortícola: Agricultura 4.0, celebrado en Viana do Castelo (Portugal) del 4 al 6 de marzo de 2020

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