Para el cereal, motivado por los condicionantes favorables para el desarrollo de su ciclo durante el año 2018, en octubre Itacyl emitió un aviso para la vigilancia de zabro (Zabrus tenebrioides) y gusano de alambre (Agriotes spp.).
Si bien habitualmente la relevancia de estas plagas de suelo es puntual, para el zabro se confirmó la utilidad del aviso preventivo, pues finalmente se expresó desde el inicio de campaña en algunas zonas clásicas de Burgos, Soria, Valladolid o Zamora, en las que el problema es endémico, pero también en otras quizá menos acostumbradas al mismo, como algunas parcelas en el Cerrato palentino.
En estas zonas endémicas, o donde se haya observado en esta campaña, se recomienda la vigilancia de la evolución de las poblaciones, de cara a aplicar las recomendaciones básicas de manejo preventivo en la siguiente campaña: eliminación de rastrojo y ricio mediante remoción del terreno, retrasar la siembra o evitar cereal sobre cereal en la rotación.
Más recientemente, el 9 de mayo se emitieron avisos relativos a chinches, garrapatillos o sampedritos (Aelia spp., Eurygaster spp., Carpocoris spp.), con detecciones puntuales, en apariencia superiores a un año normal, en toda la región, pulgón (Rhopalosiphum spp., Sitobium avenae), también en toda la Comunidad, y oscinella (Oscinella frit), con comienzo de detección de vuelos de adultos.
Para pulgón, el mayor problema se asocia a ataques otoñales por la transmisión de virus que afectan posteriormente al desarrollo de las plantas, hecho que en esta campaña no ha sucedido. En la actualidad se detectan pulgones de espiga, cuyos daños directos se asocian a picaduras que pueden provocar malformaciones, enrollamientos, amarilleamiento, aborto de flores o reducción en el peso del grano.
También se ha observado presencia más alta de lo habitual de tropinota (Tropinota spp.), un coleóptero distinguible por su vellosidad. Su adulto se alimenta de flores, normalmente de adventicias, sin incidencia reseñable en los cultivos de nuestras zonas.
Esta campaña, al igual que en algunos casos en la pasada, se ha observado en la espiga del cereal (también en algunas alfalfas), y si bien por el momento la incidencia no parece suponer un riesgo importante, es conveniente estar atentos a posibles incrementos poblacionales.
En leguminosas, con la entrada de la primavera y especialmente en guisante, lenteja y veza, se observó presencia y reproducción antes de lo esperado de sitona (Sitona sp.), lo que motivó emisión de aviso preventivo. Los daños directos que pueden producir los adultos son mordeduras en el borde de las hojas que provocan un aspecto festoneado muy característico, si bien, salvo en el caso de ataques muy tempranos y poblaciones altas, no suelen causar demasiado problema.
Para el caso particular de las alfalfas, se detectaron valores poblacionales superiores a lo habitual de gusanos defoliadores, tanto de plusia (Autographa gamma L) como de gardama, (Spodoptera sp.), recomendándose la vigilancia. Las larvas de estos lepidópteros devoran el parénquima de las hojas, dejando sólo restos de la epidermis y la nerviación. También pueden atacar tallos, yemas, flores y fruto. El umbral de tratamiento se establece en cinco larvas por planta muestreada.
Quizá lo más reseñable haya sido que, tras dos años de nula o muy baja incidencia de la roya amarilla en trigos (en comparativa con las campañas anteriores), a inicios de mayo se lanzó aviso de comienzo de detección de indicios de su presencia, con condicionantes adecuados para su desarrollo.
Si bien desde entonces, salvo en algún caso puntual, no parece haber progresado y extendido, considerando el carácter explosivo y rápido de su expresión y dispersión, se recomienda el seguimiento y la vigilancia, y realizar el tratamiento ante los primeros indicios de aparición.
En cereales, se está detectando, durante toda la campaña y en prácticamente todas las zonas inspeccionadas, presencia de septoria (Septoria spp.) en el caso del trigo y de rincosporiosis (Rhynchosporium secalis) y helmintosporiosis (Dreschslera teres) en cebadas. La detección de estos hongos es habitual casi cualquier año durante prácticamente cualquier periodo, y tan sólo en el caso de septoria en la presente campaña se juzgó de interés emitir un aviso preventivo de vigilancia a mediados de abril.
Respecto a leguminosas, hasta ahora lo más reseñable han sido las detecciones puntuales de bacteriosis en guisante. Considerando que las enfermedades relacionadas son de transmisión fundamentalmente por semilla, permaneciendo el inóculo tanto en la cubierta seminal como en los cotiledones, la principal recomendación, ya de cara a la campaña siguiente, es la no utilización para siembra de semilla procedente de parcelas en las que se hayan observado problemas bacterianos en la presente.
En cualquier caso, es recomendable el uso de semilla certificada libre del patógeno de variedades, especialmente en siembras tempranas, tolerantes a heladas (en siembras invernales las microheridas producidas por las heladas pueden suponer una vía de entrada para la bacteria).
