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jueves, marzo 28, 2024
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La anunciada crisis del agua

La agricultura moderna, que procura la mayor rentabilidad en cada campaña, se orienta al regadío como la mejor fórmula, pero la tremenda sequía ha dejado los embalses sin los recursos para sacar adelante la mayor parte de cultivos

El sector analiza ahora qué debe hacer para que no se repita la misma desgracia que aún sufre por la mala meteorología

Son 600.000 hectáreas de regadío las que están bajo la jurisdicción de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), que son gestionadas por cientos de comunidades de regantes de diferente tamaño y tipología. Años como este, en el que la sequía pone en jaque el desarrollo normal de los cultivos y la rentabilidad de las explotaciones, suponen sombras en una actividad agrícola que se postulaba como la opción de mayor futuro.

El final de esta complicada campaña de riego será “difícil” hasta el último momento, según avanza el director técnico de la Confederación, Alfredo González. Antes de comenzar a aplicar agua a los cultivos, meses atrás, el organismo ya advirtió a las comunidades de regantes para que planificasen cultivos y suministro de agua con la perspectiva de la crisis hídrica que se avecinaba. Tomar en cuenta estas recomendaciones o no ya ha sido responsabilidad de cada cual. El paso de los meses ha acreditado que incluso las peores previsiones eran acertadas.

Hace un mes -el 4 de agosto- las reservas ya eran “muy ajustadas”. Embalses como el de Aguilar de Campoo (Palencia) y Barrios de Luna (León) concluirán la campaña con menos del 10% de su capacidad. Han transcurrido más de veinte días desde que se cerró, por falta de agua, la campaña de regadíos del Pisuerga, Carrión y Duero bajo. Esto con la excepción de las zonas regables de Canal del Pisuerga, Canal de Toro- Zamora, San Frontis y Virgen del Aviso en tanto no agotaran la dotación asignada para este año.

Además, la reunión del día 22 de agosto entre los regantes del Alto Duero y los del Bajo Duero, en la Junta de Explotación en la Confederación Hidrográfica del Duero no sirvió para llegar a un acuerdo. Los cultivos en más de 4.000 hectáreas de Tordesillas, Pollos, Castronuño y Simancas- Geria- Villamarciel no contarán con agua procedente del embalse soriano de Cuerda del Pozo.

Los regantes de Almazán justificaron la negativa de ceder parte de su cupo en que la campaña de riego aún no ha terminado para sus viñedos y frutales. También mostraron su empeño en mantener reservas hídricas para 2018, que puede ser asimismo otro año “complicado”.

Las razones de la CHD

«No se puede hacer nada más. Ya está todo cerrado», admitió tras la reunión el presidente de la Comunidad de Regantes de Tordesillas, Miguel Ángel Peláez. “La gente va a perder mucho”, advirtió. Hay quien ya había comenzado a picar en verde el maíz, que apenas dará nada si esperaban a la producción en grano.

En la Confederación Hidrográfica del Duero señalaron que el organismo ha “cumplido escrupulosamente” el papel que marca la ley, que establece que la Confederación o el Ministerio de Agricultura no puede dar a una comunidad de regantes el cupo de agua que ya corresponde a otra. La cesión solo era posible con acuerdo entre ambas partes.

La legalidad y la disponibilidad o no de agua marcan la pauta. Tal como está previsto en el protocolo por emergencia, habrá comarcas en las que el uso del agua quedará restringido a finalidades prioritarias: el consumo humano y el mantenimiento de los caudales ecológicos.

Los embalses palentinos también han sido ajenos al agua. Los regantes lo atestiguan. La campaña de riego en la vega del Carrión se acabó a principio de agosto.

Los agricultores no fueron autorizados a sembrar ni maíz ni remolacha y solo pudieron regar dos veces a manta la mitad de sus parcelas de riego, tal como informan desde Cooperativa Agrícola Regional (CAR).

Al final, los regantes vinculados a esta cooperativa dieron dos riegos al cereal -demasiado tarde- y solo uno al girasol. En cuanto a la alfalfa se irrigó dos veces nada más. Así, no se hará un cuarto corte. Los ganaderos están a falta de maíz para ensilar y esto acarea problemas de ración y de coste de producción.

Sin agua y más calor

La incógnita es cómo podrán los agricultores planificar y afrontar las necesidades de los cultivos de 2018. La pluviometría, aún por conocer, tiene la llave maestra. Ese es también el planteamiento de la Confederación; ver cómo evolucionan embalses y acuíferos.

Por desgracia, las previsiones meteorológicas de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tampoco son optimistas en cuanto a la llegada de las tan necesarias precipitaciones. No hay nada claro. Para últimos de agosto se anunciaban pequeñas tormentas. “Pero esto no arregla para nada el déficit de precipitación que llevamos”, comentaban en Aemet.

Las predicciones mensuales y estacionales (de septiembre a noviembre) no son tampoco favorables respecto a la precipitación. No hay que perder de vista que todavía las predicciones no son absolutamente certeras (hay dudas). En cambio, no presentan dudas sobre la temperatura: se espera que los valores estén por encima de lo normal.

Para el futuro

Las tormentas de hace dos fines de semana le han servido a Coag Castilla y León para que solicite a la CHD “que evalúe el estado de las reservas hídricas y la posibilidad de que los agricultores puedan dar algún riego más, especialmente en aquellas zonas en las que los cultivos se encuentran en una situación más comprometida”.

Desde la organización agraria reclaman que la CHD “debe tener bien presente que las pérdidas por inclemencias climatológicas en la cuenca a lo largo de la campaña 2016/ 17 superarán los 1.300 millones de euros y, además, sopesar lo que supondría el poder aumentar los aportes de agua en esta etapa final del desarrollo de algunos cultivos”.

La lluvia caída no ha significado apenas solución alguna, aunque el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) sacó a licitación hace doce días -por una inversión de 18,9 millones de euros- los programas de seguimiento para determinar el estado y la calidad de las aguas continentales (ríos, lagos y embalses) y el control de las zonas protegidas en la cuenca del Duero.

La Confederación, en la nota informativa sobre la sesión extraordinaria de la comisión de desembalse de este lunes pasado, concluye que “las lluvias de los últimos días en las cabeceras de los ríos y los embalses no han supuesto un aumento perceptible de los caudales de entrada”.

En la misma comisión se se acordó mantener los volúmenes fijados a comienzos de agosto, “habida cuenta de que no se han producido cambios significativos en la situación desde la última convocatoria y que los embalses de la demarcación siguen registrando niveles muy bajos cuando apenas quedan tres semanas para el final del año hidrológico”, según el mismo comunicado de prensa.

Con la mirada en el futuro

Con la mirada en el futuro cercano de 2018, la CHD se muestra dispuesta a que se reúnan “todas las veces necesarias” los órganos colectivos de gobierno y gestión con la finalidad de “aprovechar la experiencia de este año tan difícil”. Siempre con “diálogo y proximidad a los regantes”. A falta de medidas todavía más concretas, González prescribe al agricultor de regadío que se plantee la próxima campaña “con sumo cuidado”.

Para la cooperativa CAR, la solución pasa por la modernización del riego con el fin de ahorrar y aumentar la eficiencia del agua. “Me costa que en las dos vegas del Carrión se ha aprobado la modernización y la concentración parcelaria”, argumentan como solución.

Respecto a qué puede hacer el agricultor en la planificación de sus siembras para evitar tropiezos en la misma piedra, en la cooperativa palentina proponen que si los embalses no se recuperan deberá cambiar por colza, cereal y girasol los cultivos de regadío “con el fin de poder regar al menos dos veces sus cultivos y no arriesgarse con otros demasiados consumidores de agua, como remolacha maíz y alfalfa”. Estos cambios supondrían “replantear la rentabilidad de algunos cultivos, como la alfalfa, y pondría en peligro la producción de forraje en Palencia”, avisan desde CAR.

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