No hay patata en Europa y empieza a no haberla en las principales zonas productoras del sur peninsular. Sevilla era quien estaba abasteciendo el mercado hasta ahora y ya ha terminado la campaña, mientras Cartagena está a punto de hacerlo.
Una demanda mayor que la oferta se está traduciendo en un alza del precio, hasta el punto de que el agricultor está percibiendo entre 35 y 45 céntimos por kilo de tubérculo.
La duda es qué sucederá de aquí a la primera semana de julio, cuando empiecen los arranques en Castilla-La Mancha, sobre todo en Albacete.
Con estos mimbres, se esperan unos buenos precios cuando comience la campaña en Castilla y León. Para el presidente de Asopocyl, Marco Martín, el riesgo está precisamente en que la expectativa de obtener un buen precio haga que entren las prisas y muchos productores arranquen al mismo tiempo.
Se daría entonces la paradoja de que la perspectiva de recibir un buen precio se tradujera en un hundimiento de la remuneración. “Siempre digo que el sector de la patata tiene más peligro que la Bolsa”, señala entre bromas y veras.
Por eso insiste en el mensaje que se lanza todos los años desde Asopocyl: escalonar los arranques todo lo posible, siempre poniéndose de acuerdo con el operador.
Un dato positivo para que el agricultor defienda su precio va a estar en la calidad. Mientras la superficie de patata se ha reducido unas 500 hectáreas en Castilla y León y los rendimientos no serán muy elevados, las condiciones atmosféricas están contribuyendo a que haya una patata de mucha calidad.
Eso sí, aún está por ver cómo afectará el tiempo al desarrollo de la planta y a la producción, puesto que “tanto el frío como el calor excesivo son negativos, y hemos tenido las dos cosas, con muchos días en que la planta ha estado en ‘stand by’”, como recuerda Marco Martín.
Arrancar a mediados de octubre
Gonzalo Hernando es uno de los agricultores que todos los años sortean el momento de arranque generalizado en Castilla y León. Lo consigue sembrando variedades medias-tardías en su explotación de Campaspero, en la frontera entre Valladolid y Segovia y dentro de la comarca tradicional de la Churrería.
Este año ha sembrado monalisa los días 1 y 6 de mayo, “en tierra virgen”. Lo hizo con tempero, la temperatura subió tras la Semana Santa y realizó un riego de tres horas para que naciera de forma uniforme.
Las plantas acaban de nacer y prevé arrancar a mediados de octubre, cuando la oferta de tubérculo ya no sea tan grande. Como otros años, espera obtener “una patata de calidad, que dure casi un año si se conserva bien”.
