La ola de calor que hemos padecido puede tener consecuencias sobre el cultivo en España y en el conjunto de Europa, sobre todo porque hará que se adelante unos días la fecha de siega.
Con carácter general se puede decir que estas temperaturas ya no han afectado a las cebadas y que se han producido cuando los trigos ya habían madurado, de modo que su efecto sobre las producciones será relativo.
Por desgracia es poco probable que el precio del cereal esté en consonancia con las bajas producciones, dado que todavía hay excedentes y que tendremos una cosecha moderadamente buena en el conjunto de Europa, que va a impedir que los precios se disparen.
Abriendo más el foco, vemos que las subidas registradas en el último mes por los mercados internacionales se han producido por la abundancia de lluvias en el llamado ‘cinturón’ americano, donde se encuentran las grandes explotaciones de soja y maíz. El agua ha retrasado las siembras y ha generado que se reduzcan las previsiones de producción, con la consiguiente subida de los mercados de futuro.
Con todo, esos cultivos ya se han sembrado y ahora estamos pendientes del ‘weather market’, como se refiere el sector a las oscilaciones en los valores producidas por las noticias meteorológicas, y que serán determinantes para el precio final.
El repaso a la escena internacional debe incluir el conflicto entre China y EEUU, que sigue en el aire, y a cómo se concrete finalmente el Brexit: la salida del Reino Unido del club de la Unión Europea, para la que todavía no existe un acuerdo. No podemos perder de vista que el Reino Unido es excedentario de cereales, de los que exporta cerca de la tercera parte.
